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LA MONTAÑA MÁGICA, NOVELA INICIÁTICA DEL HUMANISMO FILOSÓFICO
Desde Chile: Mauricio Otero
El nombre que Thomas Mann dio a su obra no fue caprichoso, sino, como es digno de esperar de un escritor de genio, plenamente justificado. La montaña, se constituye en el sitio de Iniciación 'epifánica', en la que Hans Castorp, su protagonista, ve suspendido el tiempo, donde se pierden las coordenadas terrestres y ritualiza el saber 'philosophorum', es decir, el auto conocimiento y el comprender el mundo físico y espiritual en su totalidad, -o, a lo menos, su tentativa.
El tierno e inocente Castorp llega un día a pasar tres semanas de descanso venido del país llano, a hacerle compañía a su primo Joachim, y por una suerte de contagio histérico, permanece en ese limbo mágico, sin preocupaciones que no se refieran únicamente a su individualidad de 'niño mimado de la vida', como un 'perfecto burgués'. Allí en ese lugar de las alturas, cercano al cielo prometido, el héroe comprende que, huérfano y sin deberes, recibe la educación que merece de su mentor, el pedagogo Settembrini, quien es el maestro liberador (y republicano) de este joven, que permanece indeterminados siete años fuera del mundo cotidiano, descubriendo en su 'aventura quieta' las verdades sobre la existencia, de lo dulce y venenoso.