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HEGEL, EL SER HUMANO
Desde Costa Rica, Rodrigo Quesada Monge 1
Los grandes filósofos tienen la rara virtud de andar por el mundo rodeados de una aura de misterio y seducción que no se encuentra en otros artistas e intelectuales. Es la seducción que genera lo insondable de la gran inteligencia; sobre todo cuando uno se pregunta hasta dónde llega el poder de captación del universo y de las verdades humanas, cada vez menos humanas, de estas dotadas voluntades y disciplinadas intuiciones científicas.
En el caso de Hegel (Alemania: 1770-1831), posiblemente por lo oscuro de su estilo, la seducción de la inteligencia viene por el lado del conjunto de retos y desafíos que implica leer a un autor que se propuso, con toda intención, escribir difícil y complejo para que las autoridades encargadas de velar por la salud mental y espiritual de los ciudadanos, no metieran mano en unos textos que llegarían a ser emblemáticos de la filosofía clásica alemana.