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DICKENS Y LA NAVIDAD
Por: Rúbila Araya
Hace poco celebramos la fiesta de navidad, y, muy probablemente, en la mayoría de las casas su verdadero sentido pasó casi inadvertido tras el momento cumbre en el que, después de haber disfrutado de una cena familiar, se procedió a descubrir los regalos, los cuales, como se acostumbra, fueron comprados durante una frenética y casi irracional búsqueda en un atochado mall una tarde de diciembre.
Claro, esa es la imagen más recurrente que se tiene de esta fecha, pero, aunque muchos prefirieron ponerse una venda en los ojos, como todos los años y todos los días del año, no muy lejos se vivió otra realidad, una nada ostentosa, una más triste y tal vez más sola: la de la pobreza. Ajenas a tratados internacionales y al progreso económico, en nuestro país no son inexistentes la cesantía, la indigencia, la injusticia social; y en el mundo, sin necesidad de irnos a tierras distantes, aquí mismo, en Argentina, los niños mueren de hambre.