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EL LORO COIRÓN. THIERRY DEFERT
Por: María Soledad Mansilla Clavel
El personaje es algo especial. Por si mismo vale la pena de conocer y por supuesto, también por su obra plástica. Apareció como naturalmente, entremedio de sus grabados cuando ellos parecían envolverme. Es que sus trabajos, más que xilografías o grabados resultantes de matrices de madera, debieran llamarse gigantografías, porque son una consecución de estampas, restringidas solo por el tamaño de la prensa del taller parisino del artista, pegadas en inmensas series que ocupan completas las amplias murallas de la Sala El Farol de la Universidad de Valparaíso. Es que el autor piensa en macro y las partes han sido concebidas para una suerte de mural de 300 metros de largo. Sí, no es error de impresión: trescientos metros de mural donde se va narrando ni más ni menos que a Valparaíso.