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REVISTA VIRTUAL DE ARTE CONTEMPORÁNEO Y NUEVAS TENDENCIAS

ISSN 0719-4757
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10 PELÍCULAS, 10 HISTORIAS (3RA PARTE)

 

En esta oportunidad he elegido películas de diversos géneros: acción trepidante, drama, suspenso psicológico, comedia, fantasía, que tienen en común el elemento de la originalidad, ya sea en el planteamiento del guión, la cinematografía o la trama. Son películas que destacan entre el resto, dándonos un respiro de aire fresco ante tanto cine repetido basado en formulas exitosas. Estos films dieron un paso más allá para convertirse en cintas de este milenio que vale la pena destacar.

The Jacket (2005): La circularidad del tiempo

Hay varias cosas atractivas que perfilan a ‘The Jacket’” como una de las películas más interesantes de las estrenadas durante el 2005: Su director, el pintor y cineasta John Maybury, pertenece al cine independiente, ha dirigido mas de 10 películas desde el año 82 y no se ha limitado al rol de director probando su multifacética personalidad como editor, escritor y hasta productor. Es un hombre entregado al séptimo arte, con una pasión por la pintura que le proporciona un sentido muy profundo de la imagen que sabe trasmitir en este film impactante en lo visual y sumamente controversial en su contenido. No pertenece a ningún género específico, porque está muy lejos de ser una mera película de terror y suspenso, si bien estos elementos están presentes, hay en la trama un planteo de ciencia ficción que implica premisas filosóficas frente a la existencia: ¿Podemos viajar al futuro? ¿Tenemos el chance de cambiarlo o somos meros objetos del destino? ¿Existe realmente el libre albedrío?...Lo más interesante es que el film no intenta contestarnos con largas explicaciones, funciona simplemente como botón propulsor de la mente del espectador. Jack Starks (Adrien Brody) es un ex combatiente de la guerra del golfo (1991) que después de recuperarse de un balazo en la cabeza, retorna a su nativo Vermont sin saber muy bien a dónde se dirige. Bajo extrañas circunstancias se verá acusado de un crimen que no recuerda y será confinado a un asilo para criminales enfermos mentales. Allí un doctor lo someterá a un tratamiento experimental que consiste en inyectarle un cóctel de drogas y confinarlo a una chaqueta que lo inmoviliza totalmente mientras a su vez es metido en un cajón de la morgue. A partir de cada sesión Jack comienza a viajar al futuro y se entera que morirá en 4 días del tiempo real, pero no sabe dónde ni porqué. Es así como iniciará una carrera contra reloj para descubrir como evitar su muerte, lo que le da al film un ritmo vertiginoso: ¿Podrá descubrir como seguir vivo? ¿Podrá cambiar el destino?.... No se trata de una historia lineal, no tiene un final claro, por lo que puede resultar algo densa y compleja por su estructura narrativa. A través de Flash Backs vamos recordando el pasado de Jack, teñido de tonos verdosos. Con un sugestivo montaje entramos a su mente y nos deslizamos al futuro ambientado con colores cálidos primando los naranjas en un magistral manejo de la fotografía. Varios tiempos se desarrollan paralelamente y están profundamente entrelazados, como lo están pasado, presente y futuro, en un juego de causa consecuencia que nos plantea dilemas existenciales. ¿En que punto se rompe la barrera entre lo que fue y lo que será? ¿Existe la posibilidad de viajar en el tiempo tan solo con la mente?. ¿Es el tiempo circular? ¿Son el pasado, presente y futuro paralelos?.....estas son algunas de las interrogantes que nos deja esta impresionante película.

 


 


The Others (2001): Escalofriante historia


Hay pocos directores con la libertad necesaria para abordar los temas que quieren cuando quieren. Hay pocos con el talento suficiente para hacerlo y lograr sorprender, mover al espectador en cada intento. Hay pocos directores, que además son guionistas, editores, actores y músicos en sus propias películas. Y es que hay pocos directores con el talento de Alejandro Amenábar, que ha demostrado desde su primer largo en 1996 que lo suyo es el mejor cine de autor, ese que nos desafía, ese que se queda como una experiencia en la memoria, cuyos personajes nos visitan y sus ambientes nos trasportan. Después de la impactante 'Abre Los Ojos’ parecía difícil superar su compleja y sorprendente trama, pero sin embargo eso fue posible gracias a Los Otros (The Others), su primera película en terreno norteamericano que supero ampliamente las expectativas del público y la crítica. Con una soberbia actuación de Nicole Kidman, filmada prácticamente dentro de una asfixiante casa, y en base a una premisa tan aterradora como original, el film adentra al espectador en un suspenso crudo, sin concesiones, que se adhiere a nuestras emociones sacudiéndolo todo. Una de las mejores películas de ‘terror’ de los últimos tiempos. Esta cinta se alzó con ocho premios Goya, incluidos el de Mejor Película, Mejor Director y Mejor Guión Original. Además de recibir una nominación al Premio de la Academia de Cine Europeo a la Mejor Película.El film trata la historia de Grace (Nicole Kidman), quien sola en un aislado caserón victoriano educa a sus hijos dentro de estrictas normas religiosas. Éstos sufren una extraña enfermedad: no pueden recibir directamente la luz del día. Los tres nuevos sirvientes que se incorporan a la vida familiar deben aprender una regla vital: la casa estará siempre en penumbra; nunca se abrirá una puerta si no se ha cerrado la anterior. El estricto orden que Grace ha impuesto hasta entonces será desafiado. Grace, los niños y quienes les rodean darán un paso inesperado y definitivo. ‘La senda del terror que produce lo invisible se había en cierta medida abandonado en aras de la espectacularidad. Los otros -como también han hecho otros filmes del género- demuestra la eficacia de este recurso plenamente cinematográfico.’ ( la Butaca) Se trata en suma de una cinta que maneja el misterio de manera espectacular, alejándose de los estereotipos del género a través de sugestivos silencios, miradas furtivas, señales diversas que el director nos brinda a cuenta gotas para que lleguemos ansiosos a su impactante final .Es una película que resalta tanto en sus elementos técnicos como creativos que sumado a solventes actuaciones dan a luz una cinta que destaca en un género gastado y lo vivifica al mismo tiempo que nos hiela la sangre. Vale puntualizar la excelente banda sonora, a cargo del mismo director y sus apreciados silencios en escenas claves, que terminan, con un excelente manejo del suspenso y una premisa inteligente para desafiarnos como espectadores. Definitivamente se trata de un film de terror fuera de lo común que conjugando todos sus elementos conforma una película integral. Una cinta escalofriante de cita obligada para los amantes del buen cine de autor.



War of the Worlds (2005): Genuina Angustia

En una adaptación libre y moderna del clásico literario de H:G: Wells, Steven Spielberg nos recuerda su maestría para realizar películas taquilleras que preservan su calidad como obras de arte llenas de entretenimiento. ‘La Guerra de los Mundos’ es una cinta capaz de helarle los nervios a cualquiera, posee excelentes actuaciones y un manjar de efectos especiales para una recreación acuciosa y angustiante de un posible ataque extraterrestre. Steven Spielberg vuelve a demostrar su carácter de director multifacético, retomando la ciencia ficción y el tema de los extraterrestres, esta vez no desde el punto de vista amable ofrecido en ET o Encuentros Cercanos del Tercer Tipo, sino todo lo contrario, desde una perspectiva amenazante Haciendo una versión contemporánea y bastante libre del clásico literario de H.G. Wells, escrito originalmente en 1898, el director recrea un ataque alienígena impresionante, que sucede un día cualquiera y que arrasa con los humanos como si estos fueran insectos. Nuestra especie, presa del pánico se ve obligada a intentar sobrevivir de cualquier manera. Para humanizar la historia, el film se centra en una familia disfuncional, con un padre prácticamente ausente y distante, que se ve obligado a cuidar a su hijo adolescente y a su pequeña niña por un fin de semana. Tom Cruise es Ray Ferrier, un descargador de muelle, que poco sabe de la paternidad responsable o afectiva ya que es un tipo tosco emocionalmente. Sus hijos acostumbrados a una vida cómoda que les proporciona su padrastro, tampoco están felices de estar allí y ninguno de ellos sospecha que en cuestión de horas vivirán las circunstancias más extremas y extraordinarias juntos que cambiarán su relación para siempre. Impacta la escena donde aparece por primera vez una enorme maquina de tres patas, que emerge del suelo y antes de que alguien pueda hacer algo, arrasa con todo lo que está a su alcance. Esto sucede ante los ojos de Ray, a unos pocos kilómetros de su casa. De pronto este hombre que caminaba tranquilamente quejándose por tener que estar con sus hijos, presencia unas circunstancias insólitas, el primer ataque extraterrestre contra la tierra, que de manera brutal evapora humanos y destruye todo a su paso. Ray escapa milagrosamente y corre a su casa para proteger a sus hijos, pero llega totalmente fuera de sí. El director refuerza de forma inteligente una completa identificación del espectador con la experiencia de Ray cuando la locura se desata, en base a planos subjetivos y una convincente puesta en escena nada confusa que permite seguir con detalle todo lo que va pasando, hasta tal punto que su impotencia y su angustia es también la nuestra. Destaca el carácter humano del personaje y la excelente calidad de matices que le imprime Tom Cruise, que nos muestra un ser en schock que solo sabe instintivamente que debe proteger a su familia y no tiene idea de cómo hacerlo. ¿Acaso alguno de nosotros sabría qué hacer ante una situación similar? y es que esa es la premisa básica que caracteriza al film, imprimirle veracidad y humanidad a los personajes, seres normales que deben afrontar lo que creían imposible para vivir un experiencia transformadora. Este tema de las familias disfuncionales y el desarraigo viene apareciendo en los últimos títulos de este genial director en películas como La Terminal, Atrápame si puedes y AI Inteligencia Artificial, que cuestionan las relaciones humanas, poniendo el acento final en la confianza sobre un mundo compuesto por mejores personas. Es inconfundible el sello de Spielberg, en la narrativa, el carácter estético, el montaje y la excelente dirección de actores que logra arrancar impactantes performances de Tom Cruise y Dakota Fanning, ambos creíbles y desgarradores en sus papeles. En suma esta es una película que vale la pena ver, propone una buena dosis de entretenimiento y tensión que logra mantener la atención del espectador, produciendo una angustia genuina. Spielberg consigue dejar en nuestras retinas imágenes de una contundencia difícil de olvidar. La ausencia de explicaciones científicas y/o mágicas incrementa ese miedo a lo inexplicable, como el simple porqué de cualquier guerra, nunca explicado en detalle, aunque los escépticos lo vean como una laguna argumental, los verdaderos amantes del cine dramático de ciencia ficción lo verán como un mero detalle. El punto no esta puesto en un complicado guión que intente explicar las causas de esta invasión. El film se mete de lleno en el hecho mismo, en la celeridad de los acontecimientos, en la carrera por la supervivencia de sus protagonistas y nosotros, los espectadores, permanecemos igual de atónitos que los personajes ante los eventos increíbles que suceden.’La guerra de los mundos’ es una película convincente, una obra angustiosa que consigue de sobra su propósito de hacernos sentir esa necesaria impotencia ante la enormidad de todo lo que acontece, recordándonos lo valioso de lo simple de la vida, de todo aquello que damos por sentado y que inequívocamente terminamos por no valorar. Este brutal ataque, de seres superiores en tecnología, nos arranca todos los sueños de eterna tranquilidad y superioridad del hombre en el espacio, dejándonos dentro un gusanito que se pregunta ¿Y que pasaría si algo así sucede repentinamente? Definitivamente un film que sabe combinar el drama con la acción, al mejor estilo de Spielberg, quien despliega sus mágicas dotes de director de grandes películas para ofrecernos una visión descarnada de la debilidad y fortaleza humana.



Crank (2006): Corre o morirás

Realizada por dos directores noveles en el cine, pero de amplia experiencia en comerciales, video clip y hasta el documental, esta ópera prima, si bien carece de trascendencia intelectual, desborda dinamismo, proporciona una inyección de adrenalina de la cual es difícil escapar entrando junto con el protagonista un sobrio y arriesgado Jason Statham, en una carrera que logra hacernos comprimir todos los músculos del cuerpo y de vez en cuando relajarlos con una buena dosis de humor negro. Indispensable para los amantes de la acción imparable. Para los directores y guionistas de este film Mark Neveldine y Brian Taylor, Crank fue fruto de su deseo personal de realizar una película de acción sin tregua. . El film mezcla el estilo del video clip con el publicitario creando una imagen atractiva, una cinematografía sin duda interesante y muy de esta década. La historia versa sobre Chev Chelios, un asesino que esta intentando llevar una vida normal con su novia pero se mete con la gente equivocada por lo que una mañana amanece aturdido y recibe una llamada del matón Ricky Verna que le devela que ha sido envenenado mientras dormía y que sólo le queda una hora de vida y le indica que vea un video donde se ve claramente el envenenamiento del que ha sido víctima. Envuelto en furia, sale a la calle con la única oportunidad de sobrevivir: mantenerse en movimiento ya que sólo con adrenalina podrá impedir que el veneno llegue a su corazón y le acabe matando. Mientras corre el reloj, Chelios se ve obligado a correr por la ciudad de Los Ángeles, provocando el caos y arrollando a todo el que se interpone en su camino. Tendrá que rescatar a su novia Eve (Amy Smart) del peligro que la acecha y tratar de dar con el antídoto que le podría salvar la vida. En su frenética búsqueda de venganza y salvación, Chef nos llevará por toda clase de peripecias, peleas, carreras de autos y diversas situaciones extremas. El hecho de que el protagonista necesite adrenalina para poder continuar con vida le da un toque casi histérico a la cinta que en sus 87 minutos de duración no da respiro. Cabe destacar varios detalles interesantes alrededor de la realización del film, sus jóvenes directores usaron la tecnología de la nueva generación de equipos de Alta Definición (HD) que les permite, al ser las cámaras tan pequeñas, colocarlas en lugares insólitos y lograr planos originales. Los directores querían utilizar la HD para dar forma a un planteamiento visual propio y singular: esto les permitía rodar en un mismo momento en exteriores e interiores, ver al instante lo filmado, entre otras ventajas. Se trata de realizadores que no usan la tecnología HD por una cuestión de bajar presupuesto sino porque son amantes de esta nueva forma digital y la explotan al máximo. Otro detalle a destacar es la actuación del británico Jason Statham, quien con sus expresiones faciales logra enriquecer las fuertes situaciones que vive el personaje. Por otra parte este actor no suele usar dobles en las escenas peligrosas, las hace el mismo y las repite una y otra vez con entusiasmo. Para simular una caída desde gran altura en vez de usar la cámara lenta fueron bajando al actor de a centímetros mientras este simulaba las emociones con su rostro, colgado de dos cables, suspendido en el aire por largo rato. Esta escena hubo que repetirla varias veces y el exigente Statham insistía en hacer esa y las demás por sí mismo. Esto evidentemente le agrega realismo a las espectaculares escenas de acción. Vale también puntualizar un inteligente uso del humor negro y una evidente burla al género gore, usándolo de manera tal que en vez de causar los supuestos escalofríos que su sangrerío conlleva, genera risa por su extrema ridiculez. Finalizando, Crack tiene una impecable factura, sus directores muchas veces hicieron ellos mismos de camarógrafos estando completamente involucrados en el aspecto cinematográfico del film. Es una cinta de acción original, acelerada, atrapante, de duración justa y de excelente final….Los que gustan de este género a veces tan gastado encontrarán en Crank el oxigeno que les faltaba.


 

 

Charlie y la fábrica de chocolate (2005): Tim Burton haciendo de las suyas

Al entrar al mundo de Tim Burton las palabras claves son imaginación , excentricidad y algo de oscuridad. Este director de corte surrealista ha recreado múltiples ambientes en sus películas, mundos extraños pero siempre estéticamente coherentes. Es de destacar que su afición por lo absurdo y sorprendente lo lleva a recrear escenarios fantásticos que se cuelan en nuestra memoria. Recordemos que hablamos del creador de películas que suelen girar alrededor de bizarros personajes como Betlejuice, Edward Scissorhands, El jinete sin cabeza, etc , que suelen trasportarnos a esferas conceptuales desbordadas de ingenio y sátira como en Big Fish, Ed Wood y hasta El Planeta de los Simios con su irónico final. Este director le pone su sello personal a todo lo que hace y Charlie y la fábrica de Chocolates no es la excepción. La película versa sobre el excéntrico chocolatero Willy Wonka (Johnny Depp) y Charlie (Freddie Highmore), un niño de buen corazón que procede de una familia pobre que vive a la sombra de la extraordinaria fábrica de Wonka. Aislado desde hace tiempo de la sociedad, Wonka lanza un concurso a nivel mundial para elegir un heredero para su imperio de golosinas. Cinco niños afortunados, entre los que se encuentra Charlie, obtienen Billetes de Oro de las tabletas de chocolate y ganan un viaje organizado a la legendaria fábrica que ningún extraño ha visto desde hace 15 años. La fábrica es un misterio para toda la ciudad, ya que nadie entra ni sale de ella en todo el día y sin embargo produce millones de golosinas distribuidas a nivel mundial. Una vez que los cinco pequeños y sus acompañantes adultos conocen a Wonka, quedan impactados por este personaje caricaturesco, al que Johnny Depp le saca el jugo, con una actuación muy pulida aunque algo maniqueísta (por este performance ha recibido fabulosas y horribles críticas a la vez). Wonka es un lunático que no ama en absoluto a los niños, de aspecto algo amenazante, una especie de payaso freak, que esta dispuesto a hacer pasar a los muchachos por varias pruebas antes de elegir al futuro encargado de su amada empresa. Cuando los visitantes entran a la fábrica, nosotros, los espectadores, entramos con ellos en un mundo surrealista, con enormes piscinas de chocolate, ardillas que trabajan de a miles pelando avellanas o los increíbles Oompa-Loompas, que se roban el show con sus interpretaciones musicales. Esta suerte de ejército simpático de Wonka tienen el tamaño de una mano y todos poseen la cara del actor Deep Roy, quien se luce en este rol. Este es un film tanto para adultos como para niños, que ofrece un humor oscuro pero sorprendente, situaciones inverosímiles pero fascinantes y una producción sumamente cuidada en todos sus detalles estéticos y narrativos. Detrás de la excentricidad de las situaciones y los personajes hay una profunda historia del amor de un niño por su familia, un mensaje humanitario, simple pero conmovedor. Y vaya que vale la pena emprender este viaje por la fábrica de Wonka, un mundo alucinante, explotado en color, lleno de seres extraños y raras maquinarias que nos atrapa de principio a fin. Tim Burton hace de las suyas y como siempre nos entrega una obra de calidad que exuda ingenio y fantasía, que con una banda sonora imponente compuesta por Danny Elfman, se convierte en otro film de culto de este excéntrico director que sabe dejar su huella indeleble en todo lo que hace con su indiscutible cine de firma.


 

 

United 93 (2006): Minutos de terror
 
El director británico Paul Greengrass, decide recrear en este film los eventos ocurridos dentro del avión ‘United 93’ (Vuelo 93), el único que no alcanzó su objetivo en los atentados del 11 de Septiembre, gracias a la determinación de los pasajeros y el personal de vuelo, personas comunes y corrientes que se vieron enfrentados a una situación de vida o muerte. Con el aire documental de este director, que suele darle a todas sus películas, aunque sabemos el desenlace final, en este film los minutos pasan rápido, dejando un hueco en el pecho y la sensación de haber presenciado los hechos. Realizada en tiempo real, la narración es impecable al igual que la factura para lograr finalmente una cinta sobrecogedora que quedará estampada en la historia de la cinematografía de este milenio. ¿Es Paul Greengrass un oportunista? Esta es una pregunta que ha surgido inevitablemente con la aparición del polémico film, en un momento en que los norteamericanos se planteaban si los eventos del 11 de Septiembre debían o no debían ser recreados en el cine, si había pasado el tiempo suficiente, si las heridas estaban ya cerradas. Sin embargo, el director estadounidense, Oliver Stone, ya recreó la tragedia de las Torres Gemelas en el reciente film ‘World Trade Center’, basado en una historia real. Los hechos del 11 de Septiembre forman parte de la historia de la humanidad, como otros atroces actos y las muchas injusticias que pueblan nuestro existir y que gracias al arte: literatura, fotografía, cine, etc., uno puede recrear y así entender mejor el presente. El cine crítico, representa a través de la imagen, el reflejo de los tiempos y de nuestra golpeada condición humana. En Vuelo 93, los hechos son presentados con respeto a las victimas y nos permite un acercamiento a un acontecimiento que cambio el curso de la historia contemporánea. En este film del cual fue también fue el guionista, Paul Greengrass se mantuvo fiel al estilo documental que lo ha caracterizado, logrando una historia tensa que se desarrolla en tiempo real y que logra atraparnos a pesar que conocemos el desenlace de los hechos. ‘United 93’ recrea el fatal vuelo, partiendo del despegue, pasando por el secuestro, hasta el momento en que los pasajeros se dan cuenta de que forman parte de un plan de ataque terrorista perfectamente hilado. Ante la cruda verdad deciden unirse y el film explora el miedo, el terror y las valientes decisiones de esas personas que, en 90 minutos, pasaron de ser meros pasajeros de un avión a convertirse en íntimos compañeros y héroes enfrentados a una situación impensable. Como no existe un informe exacto que describa realmente el secuestro ni el comportamiento de los rehenes, el director improvisa con sumo cuidado los hechos utilizando un reparto de actores desconocidos, mas idóneos para representar a las personas reales que estuvieron allí, seres comunes y corrientes dentro a una situación extrema. La genialidad y quizás integridad de Greengrass, radica en que de un tema del que podría haberse explotado el lado trágico y dramático, cayendo en una sensiblería malévola, por el contrario el director es comedido con una narración que discurre con sobriedad. El realizador comenta 'Cuarenta personas tuvieron treinta minutos para comprender la realidad que vivimos actualmente, tomar una decisión y actuar. Fueron los primeros en vivir la realidad posterior al 11S, mientras nosotros mirábamos la televisión boquiabiertos, sin acabar de entender lo que pasaba. En aquel momento, los pasajeros tuvieron que tomar una terrible decisión, quedarse sentados sin hacer nada y esperar que todo saliera bien, o hacer algo…' Así mismo confiesa haber querido desde hace varios años tratar este tema en el cine pero no sabía cuál sería el momento oportuno hasta que se entrevistó con los familiares de las víctimas y estos le dieron el visto bueno y desempeñaron un rol básico para recrear los acontecimientos lo más cerca posible de la realidad, manteniendo una constante comunicación con todo el equipo. En el film, no solo presenciamos el drama de los pasajeros sino el caos total que explotó en los centros de controladores aéreos y militares. La película abarca dos escenarios: por un lado, los incidentes de ese vuelo 93 y simultáneamente, se enfoca en las actividades en las torres de control de los aeropuertos que supervisaban dichos vuelos, en Nueva York, Newark, Cleveland y Boston, así como en la base de control principal y en la comandancia aérea militar. Greengrass, en una sabia decisión, se desvincula de cualquier discurso político, sin nombrar religiones, mandatarios o países. A nivel de realización el film no decepciona, con una fotografía resaltante, cámaras nerviosas, súbitos primeros planos e interesantes encuadres que logran construir a la perfección el ambiente de tensión y resaltar su gran virtud: el toque realista. Es en definitiva un film que hiela la sangre, que nos recuerda un momento trágico de este milenio, que nos deja un nudo en el estomago y nos hace reflexionar sobre el mundo en que vivimos. Cuando el cine retoma su derecho a hacer algo más que entretenimiento, se torna aún más interesante, porque intenta abrirnos los ojos frente a realidades lejanas o silenciadas, a cuestionarnos la sociedad que hemos forjado, el rumbo que llevamos y especialmente la amarga locura que produce el odio y la violencia. Este es el caso de esta excelente cinta.

 

 

About Schmidt (2002): La búsqueda de sentido

Alexander Payne, escribe y dirige esta obra que es un viaje acerca de la condición humana, del propósito de la existencia, de la soledad interior y de tocar fondo para volver a pararse ante la vida. Dicho viaje lo hacemos a través de la vida de Warren Schmidt, magistralmente interpretado por Jack Nicholson, un hombre corriente, vendedor de seguros recién jubilado, casado desde hace cuarenta y dos años y con una hija a punto de contraer matrimonio. Como primer paso para dar un nuevo sentido a su vida, Schmidt decide apadrinar a un niño africano llamado Ngudu Ubu, al que comienza a escribir cartas exagerando notablemente todo aquello que tiene que ver con su vida y su trabajo. En estas largas cartas llenas de una vida de cosas no expresadas, Warren empieza, quizás por primera vez, a conocerse a sí mismo y la vida que ha llevado. La odisea personal de Schmidt comienza cuando su esposa muere inesperadamente. Días después, revisando los objetos personales de ella, descubre unas cartas que demuestran que hace veinticinco años tuvo una aventura con su mejor amigo. Decide entonces hacer un viaje en carro a Denver donde se casa su hija, en el cual vivirá muchas situaciones vitales, que maquilladas con una buena dosis de humor negro le dan a la cinta un carácter interesante sin perder el sentido dramático. Al igual que su vida, el trayecto que emprende el protagonista, está lleno de frustraciones, rechazos, humillaciones y fracasos. Schmidt se da cuenta de que nunca ha hecho nada destacado en la vida, ni tampoco ha hecho nada por mejorar la vida de los demás... hasta que recibe una carta del pequeño Ngudu Ubu, que le cambiará el sentido a las cosas. Resalta un guión certero muy bien escrito y una pulcra realización este drama comedia que destaca las capacidades de su autor para poner el dedo en la llaga con humor en las miserias de la sociedad norteamericana, retratando a un individuo si se quiere patético con una vida mediocre. Es una cinta verdaderamente inteligente en la cual sentimos empatía por el perdedor Schmidt porque de alguna manera nos representa un poco a todos, dentro de una sociedad que deja pocas salidas creativas, que emula el conformismo y margina lo diferente. ‘Material tan dramático y lúgubre adquiere una fluidez, una complejidad y una gracia notables en manos de un director que sabe alternar las luces y las sombras, explotar el lado cómico de situaciones trágicas, combinar la piedad con la sorna, el realismo con el humor negro. Alexander Payne dispone de un transmisor excepcional de esas sensaciones, de un Nicholson en permanente estado de gracia que enriquece al personaje hasta extremos geniales, que lo hace patético y adorable, cercano y conmovedor, jocoso y profundamente humano. Interpretación comparable a la que logró en la preciosa comedia ‘Mejor imposible’; te hace reír, te emociona, te enamora’ (Carlos Boyero: Diario El Mundo). Estamos frente a un film difícil, ya que esta plasmado en él un cierto desasosiego y un alto grado de frustración, sin embargo es un retrato crítico sobre el hombre en el mundo globalizado y moderno, una sociedad normativa que deja pocas salidas y poco tiempo para el autoconocimiento.

 

Brokeback Mountain (2005): Intensa historia de amor

Manteniendo una realización impecable, un estilo distinto y una fluida capacidad narrativa, Ang Lee es un director capaz de cambiar de género como un camaleón y ser exitoso en el intento. Desde las artes marciales, el humor, la mitología, el western , el drama y hasta el cómic en películas memorables como ‘Pushing Hands’ , ‘The Wedding Banquet’ , ‘Eat, drink, Man, Woman’- Sense and Sensibility hasta ‘Hulk’ sus películas son un abanico de valiosas rarezas. ‘Brokeback Mountain’, es otra de las peculiares joyas de este talentoso director asiático, que ha logrado imponer su cine a ambos lados del pacífico. Como en otros anteriores, el tema fundamental son las relaciones, el amor y las trabas sociales que lo impiden. Este creativo busca indagar en la condición humana, en las emociones que nos conforman, las pasiones que nos marcan y los secretos que nos acosan. Presenta una realización soberbia, una fotografía exquisita que sabe usar el contexto como reforzador de la historia, al punto que los paisajes de la montaña Brokeback, hermosa pero inhóspita, son una extensión de la pasión de sus protagonistas. La trama parece simple pero no lo es: dos hombres jóvenes vaqueros deben marcharse a trabajar juntos a la montaña para cuidar unas ovejas. Ellos parecen estar seguros del lugar que les corresponde en Signal (Wyoming): conseguir un trabajo estable, casarse y formar una familia, sin embargo entre ambos surgirá una relación íntima que derivará en un amor puro e incontenible. Con un ritmo magistral, una lentitud deliberada, aprovechando el clima y los paisajes, el director logra plasmar con transparencia y absoluta intensidad el amor que surge entre dos seres del mismo sexo. La historia se encuadra dentro de una sociedad cerrada y machista característica del sur de EEUU y en los años sesenta, donde la apertura hacia las relaciones entre un mismo sexo apenas comenzaba. En un estado de vaqueros la homosexualidad era, y lo sigue siendo, inaceptable. Ennis Del Mar (Heath Ledger) y Jack Twist (Jake Gyllenhaal) viven la tragedia universal del amor encontrado pero imposible. Ambos siguen sus caminos, casándose y teniendo una vida ‘normal’ hasta que un nuevo encuentro, sellará el pacto de sucesivos escapes a Brokeback Mountain, que serán los momentos más felices de sus vidas. El film no intenta ser un panfleto, ni reflejar la llamada cultura gay. El director tiene la maestría de hacer prevalecer el amor indistintamente del género sexual convirtiéndose en una alegoría de cómo la moral imperante castra cualquier intento de diferencia. Una historia de amor hermosa, que conmueve por las espectaculares actuaciones de sus protagonistas. Definitivamente esta película es excelente tanto por su estética como por el tema tratado. Con altura aborda una temática controversial y conlleva un mensaje de amor universal que trasciende cualquier cultura o canon moral. Creo que es una de las primeras historias de amor, protagonizada por hombres, que conmueve a todo tipo de público, demostrando que el género sexual es un detalle cuando hablamos de verdadero amor. Si bien algunas críticas consideran que la historia sólo trasciende por tratarse de una relación homosexual en un ambiente homofóbico, considero que el film es valioso por la historia de amor que relata y por la denuncia acerca de la hipocresía e ignorancia de la sociedad en que vivimos donde las relaciones entre personas de un mismo sexo siguen siendo juzgadas desde una óptica de intolerancia y exclusión.

 

 

Adaptatión (2002): El ingenioso Kaufman

El dúo, Spike Jonze (director) y Charlie Kaufman (guionista), quienes ya en colaboración conjunta nos entregaron en el 2000, la disparatada ¿Quieres ser John Malkovich?, volvieron a unirse para traernos: ‘Adaptation’ (Adaptación). Todo comenzó en 1999 cuando se le pidió a Charlie Kaufman adaptar para el cine "El ladrón de orquídeas", un libro de gran éxito basado en la vida real y escrito por la escritora del New Yorker Susan Orlean. El libro trata acerca del fanático injertador de orquídeas John Laroche y su incansable pasión por dichas flores. Sin embargo la estructura narrativa del libro no es nada convencional, por lo que Kaufman, después de varios intentos, decidió abandonar el trabajo, casi dándose por vencido. En algún punto de su lucha creativa, tuvo la brillante idea de incluirse, junto con otros elementos de ficción, dentro del guión, para un resultado complicado pero fascinante. El film trata, en consecuencia, de un guionista, inseguro y acomplejado, que tuvo un enorme éxito con su primer guión y se encuentra en pleno bloqueo creativo mientras trata de adaptar ‘El ladrón de orquídeas’ para el cine. A la vez tiene que lidiar con su hermano gemelo, que además de ser su antítesis: simpático y extrovertido, se encuentra escribiendo fluidamente un guión superficial. Mientras afrontamos el proceso de escritura de Kaufman se va colando la historia de John Laroche y su mundo de orquídeas, la de la periodista que va siendo atrapada poco a poco en la pasión de Laroche y la del guionista, su hermano gemelo y el mundillo del cine. El resultado, es un guión diferente, un film atrevido, que exuda originalidad y audacia narrativa. Un film de alta costura, por momentos algo recargado, pero que sin duda rompe todos los esquemas. Se trata de un cine que apuesta a nuevos caminos, de hecho la cinta recibió con ovación el Oso de Plata en el festival de Berlín. Para el papel del torturado guionista, nos encontramos con un Nicolas Cage en una actuación impactante haciendo de Kaufman, que se ve a sí mismo: gordo, calvito, con un brillante cerebro pero con la incapacidad de relacionarse con seres de carne y hueso. Así mismo, representa con solvencia a Donald, el gemelo antítesis: confiado, sereno, alegre y encantador. Como el amante de la vida, John Laroche, nos encontramos con un Chris Cooper sorprendente. Probablemente no les suene el nombre, pero este actor ha representado incontables papeles secundarios a lo largo de su carrera. Apenas vean su rostro lo reconocerán. Y para terminar el banquete, la periodista Susan Orlean, es mágicamente representada por la siempre solvente Meryl Streep. Como bien dice el título, la cinta versa sobre distintas adaptaciones, no solo del proceso de adaptar una novela, problema del guionista, sino de seres solitarios que buscan una pasión para sus vidas y lo hacen a través de la reformulación de sus mundos creativos, readaptándose a raíz de sus experiencias. Un elenco de lujo, una acertada dirección y un excéntrico y complicado guión, dan como resultado un film muy interesante, con muchos puntos de giro, especial para los amantes de lo diferente en materia de cine.


Batman Begins (2005): El alma de un justiciero

En Batman Begins, la dupla entre dos jóvenes talentos, el director Christopher Nolan y el actor Christian Bale , dio comienzo a una saga que parecía agotada y que en su primera entrega nos dejó hambrientos por más. Este Batman real, tangible pero igualmente impactante atrapa y convence como justiciero de las sombras. Sin duda una de las más interesantes películas realizada sobre este torturado hombre murciélago que nos embarca a todos en su constante búsqueda por la justicia y que sigue su curso con la magistral ‘The Dark Knight’ (2008) que nos ha dejado a todos sin palabras. Batman Begins, se acerca al personaje con un enfoque distinto. Más fiel a los primeros trazos de Bob Kane para DC Cómics, esta cinta nos adentra en el misterio de Bruce Wayne, en las razones que lo llevan a convertirse en el hombre murciélago, en el proceso de preparación física y mental que debe atravesar, en su crisis existencial y sus motivos ulteriores. Es en suma la historia de la verdadera génesis de Batman. Lo primero que resalta es el corte realista de la trama y del mismo superhéroe, que en realidad es un hombre común que no posee superpoderes. En esta asertiva versión todo está justificado en el guión, cada truco, cada habilidad, cada decisión, todo posee una coherencia narrativa impecable. Desde el principio, se nos muestran escenas claves que marcaran el tono de la historia: un pequeño corre junto a su amiguita sobre unos pastos verdes cuando cae accidentalmente en una zanja que resulta ser una cueva de murciélagos. Antes la entrada de luz, los animales saldrán en estampida golpeando la humanidad del niño, que quedará obsesionado con el episodio durante toda su vida, desarrollando una fobia a los murciélagos que lo perseguirá hasta en sueños. Este pequeño es Bruce Wayne, que poco después presenciará el asesinato de sus padres, del que se sentirá indirectamente responsable. Bruce que queda al cuidado del fiel mayordomo Alfred, decidirá en su juventud partir en un viaje por el mundo, buscando comprender el mal, entender su alma y encontrar su camino. En su búsqueda por aprender los orígenes de la mente criminal, Bruce es adiestrado por un misterioso hombre llamado Ducard (Liam Neeson) en el dominio de las disciplinas físicas y mentales que le otorgarán el poder para combatir el mal que ha jurado destruir. Pronto se ve convertido en el objetivo de los intentos de reclutamiento de la Liga de las Sombras, un poderoso y subversivo grupo de vigilantes. Bruce, pronto se da cuenta que sus valores morales difieren de los proferidos por sus maestros y vuelve a Gotham, consumida por el mal y la mafia, dispuesto a hacer algo por recuperar la ciudad que tanto amaron sus padres. Christopher Nolan realiza un impecable trabajo de dirección. La película nunca se diluye. Pese a sus más de dos horas de duración, transcurre casi sin perder consistencia de principio a fin. La tensión se va hilando entre escena y escena, algunas casi hipnóticas, desde el tramo dedicado a la génesis de Batman, hasta sus apariciones como Batimurcielago en una ciudad gótica atemporal y fascinante llena de oscuros personajes y azotada por la corrupción. Bruce/Batman está dispuesto a rescatarla y elige su símbolo de murciélago porque decide usar su más crudo temor para infringir miedo en aquellos que se lo infringen gratuitamente a otros. Su temor más antiguo es su símbolo para atemorizar a todos los malvados de Gotham City. Nada permanece sin explicación, desde la elección del símbolo hasta la adquisición del Batimovil. No se equivoquen, si bien el film tiene su buena dosis de acción, se trata de una película oscura, donde cada fotograma compone una ambientación densa. Desde las tribulaciones de Bruce hasta una ciudad gótica de enorme rascacielos y callejones siniestros, esta es una cinta intensa. Con excelentes actuaciones, un plantel de secundarios de lujo y la asertiva dirección del joven Nolan, este film les gustará a los amantes verdaderos de Batman por su impresionante realismo que nos hace desarrollar un vínculo emocional con nuestro héroe: un alma justiciera escondida detrás de un hombre común, que con voluntad e inteligencia, ha sabido convertirse en el azote del mal. Aunque sin duda la última entrega de Batman del mismo director logra superar en intensidad y calidad a esta imperdible cinta. Una saga que promete excelencia.

 

 

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