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El texto que les presento este mes a los lectores de Escáner Cultural es una conferencia que fue solicitada por Pablo Rojas en el contexto del primer encuentro de artes visuales organizado por los alumnos de Arcis Valparaíso. Su tono o temperatura es un poco intempestiva y por ello para mi se organiza como un mándala critico que vuelve ha poner en circulación preocupaciones y mal-estares que rondan y acosan la praxis de lo artístico en su praxis global. En el texto lo insinuado es una pregunta por el enseñar en contextos marcados por la diferencia y asfixiados por las estrategias del mercado, la cual desemboca posteriormente, en sintéticas sugerencias de cómo vivir, pensar y sentir en espacios sin afuera. Ambos temas se organizan en torno a una reflexión sobre los posibles rendimientos críticos que pueden tener tácticas culturales que se des-agregan del sistema y forjan desde esta post alteridad un borde que regenera la imaginación social que la tecno-cultura nos esconde. Aprovecho esta ocasión para agradecer a los alumnos de Arcis Valparaíso Cultura Visual que con su actitud critica, su voluntad política y su deseo han generado temas esenciales para sobrevivir nuestro presente.
Conferencia Arcis Valparaíso
Acción escrita o primera deriva cognitiva.
1-¿Cómo vivir en espacios sin afuera?
Intentando responder esta auto-pregunta, recordé que hace un año mas o menos empecé a escribir un texto sobre el poco interés que me provoca el arte, sus espacios, sus problemas y su ensimismada institucionalidad, dicho texto quedo inconcluso y sin revisar, con palabras mal colocadas y términos desajustados, sin embargo, como un muerto viviente o un fantasma digital vuelve a parecer en mi pantalla exigiendo que le ponga fin a su corta vida o le entregue un ultimo aliento, concluyendo las ideas que componen y descomponen, al mismo tiempo, su moribundo cuerpo. Bueno, no haré ni lo uno ni lo otro, simplemente haré algunos ajustes para intentar hablar sobre indebidas cosas en un espacio consagrado al deber ser del enseñar.
Hace muchísimo tiempo que circulo por los espacios del arte, galerías, museos, conferencias, mesas redondas, universidades etc. etc. etc., han sido para mi los territorios donde año tras año e emplazado mis prejuicios, mis dudas y mis deseos, lo curioso del asunto es que dichos recorridos ya no los experimento con la emoción y vitalidad que otrora me provocaban, en la actualidad estos paseos y encuentros llenos de expectación se han tornado en meros reductos para la redundancia y la repetición de lo mismo.
No quisiera ser pesado ni menos aburrido al manifestar mi franca indiferencia respecto de colegas, obras, gestiones culturales, curadurías, discusiones y debates pero no puedo evitar el des- encuentro que tales instancias me generan. Este mal-estar, en un espacio que para mi debiera ser como un hogar o un domicilio se debe en gran medida a que el arte en su performance global mas que ingresar en la era de su mayor apertura esta entrando, contrariamente, en la época de su ineluctable cerrazón.
Paradójicamente el arte actual viviendo su momento histórico más productivo ha comenzado a plisarse sobre si mismo extraviando definitivamente ese borde de alteridad que consolido su modernidad. Con esto quisiera hacer referencia a un problema que si bien no le quita el sueño a nadie y menos aun a los protagonistas del arte a mi me inquieta de sobre manera, ese problema es la perdida de una diferencia radical a partir de la cual la escena plástica chilena pudiera recrearse en función de sentidos y significados mas auténticos, concretos y reales.
Lo peor de todo esto es que el arte siempre sintomatiza una situación mas general, esto significa que si nuestro que hacer cultural padece la falta de un margen desde donde originarse críticamente esta situación no es mas que el reflejo de la macro institución que acoge nuestra micropolíticas de visualidad, en efecto, si el espacio artístico se a quedado girando en la aceleración de su propia inercia inscriptiva, careciendo de fueras que densifiquen sus dentros, dicho cierre no es diferente a la creciente perdida de exterior que ha sufrido nuestra institucionalidad política, la cual, en estos momentos se manifiesta cegada por la infinitud de su burocrática interioridad. Lo que me interesa plantear específicamente es que si bien estamos ingresando en un proceso de mundializacion tal proceso no puede conducirnos a una lógica de estado cultural no relacional, opuestamente, debiéramos en estos precisos momentos salirnos del formato técnico administrativo y abrazar la multiplicidad de estrategias que la comunidad desatendida a comenzado a desplegar.
Es bastante obvio que si cualquiera de nosotros diera un vistazo leve a su alrededor se daría cuenta rápidamente de que lo mas interesante en arte, política y cultura no es lo que se desarrolla en la interioridad del sistema, ni tampoco aquello generado por agrupaciones y espacios alternativos que asumen una posición critica solamente para ser recuperados progresivamente, sino que, lo mas importante en la escena social se esta jugando en las afueras de aquellas prácticas de inscripción de lo igual, quiero decir, que lo esencial de nuestra cultura esta en aquellos que se han atrevido a pensar y pensarse a través de temas, acciones y deseos indeterminados, a partir de axiomáticas liberadas de un destino disciplinar, representacional y territorial preestablecido. Ahora ¿por qué me interesan ellos? nómades sin destino ni suelo firme, me interesan primero: porque su hacer pone en escena la posibilidad de recuperar una diferencia constituyente, un espacio de polivocidad subjetiva desde donde reconstituir ese afuera perdido en los seductores callejones de la institucionalidad cultural; y segundo; porque sus modalidades de trabajo, intencionadas o arbitrarias, han venido a emplazar en el silabario de gestiones y administraciones culturales, modelos de trabajo que ya no se sostienen en pronunciamientos discursivos duros ni lógicas de mercado disfrazadas, sino en la puesta en eficacia de voluntades singulares.
Nota interior:Lo importante aquí, es destacar el tema de las eficacias, dado que, estos grupos sin acogerse en la rigidez catatónica del proyecto realizan su trabajo en la intemperie de su pulsión creativa, pulsión que debemos entenderla en tanto fuga continua o movimiento de des agregación respecto del efecto estado, institución o academia: claramente estas pequeñas tribus transitorias o permanentes han rescatado de la utopía vanguardista su carácter disposicional, evadiendo de manera magistral los impuestos ideológico-totalizantes que sumieron en la inhabilidad política ese conjunto de agenciamientos (ready made, collage, escritura automática, happening etc.) diseñados por los intelectuales críticos en su afán de estar más allá de los marcos de standardización existencial, hay que recordar aquí, que tales dispositivos fueron victimados por la desazón que produjo el fracaso del proyecto moderno y por ende se vieron descartados del inventario creativo en la posmodernidad, sin embargo, estas máquinas de guerra, liberadas de sus correlatos discursivo-mesiánicos, actualmente son devueltas a los campos de batalla alcanzando en estos sitios políticamente específicos altos rendimientos (planos de eficacia) en la recomposición de los mapas interpretativos de una colectividad emergente.
Al interior del horizonte expandido abierto por los procesos de globalización se sostienen varias teorizaciones que aluden a las posibles formas de reorganización del cuerpo social, una de ellas refiere a la nueva división de los individuos entre locales y globales, otra enuncia el fin de la dupla estado-pueblo y el advenimiento de la multitud, en ambas perspectivas societales lo que prevalece o se da con mayor fuerza es una lucha o rivalidad ontológica entre los que tienen acceso a la movilidad y los que carecen de dichos derechos. Manteniendo las distancias pertinentes me interesaría proponer una tercera tesis, la cual consiste en ver nuestro presente social no a través de categorías fundadas en planos de movilidad sino a partir de axiomáticas de agregación y des-agregación al sistema; con estos conceptos no deseo definir nada sino mas bien pretendo establecer ciertas lógicas de actuación critica que percibo en nuestra comunidad país. En efecto, en la actualidad una amplia gama de sujetos chilenos mas que tomar partido por ideas o discursos disciplinadores de mundo han optado por salirse de las ideas y los discursos quedando des-agregados de un verbo legitimador, otros opuestamente, seducidos por los libretos del establisment han preferido agregarse a la maquinaria kafkiana quedando domiciliados en su laberíntica identidad. Lo interesante de este nuevo operar del corpus social es que los primeros trabajan incansablemente por reconstituir una alteridad perdida, llámesela a esta vida, existencia sentido común o placer, y los demás para cuadrar sus diferencias con las planimetrías del poder.
Ambas posiciones me parecen validas, sobre todo en un paisaje donde los axiomas del mercado y las estrategias de representación se han tornado matices de un mismo color. Pero no puede dejar de empatizar mas con los grupos o individuos que se des-agregan del sistema, dado que, encuentro en su actitud un deseo profundo de transformar la intemperie valorica en la que vivimos en un espacio posible para la rearticulación de formatos éticos.
¡PREGUNTAS!
2- Entonces ¿Cómo enseñar a la multitud?
Hace dos semanas y media aproximadamente se acerco a mí Pablo Rojas, alumno de segundo año para solicitar mi oficio de docente, esta vez, para desarrollar una lectura teórica sobre un proyecto expositivo titulado “meada territorial” La muestra en cuestión es una intervención o tal vez sea una interrupción, una suspensión o porque no una anulación o una evaluación de la escuela de artes de la Universidad Arcis Valparaíso realizada por gran parte de sus alumnos mas algunos invitados.
¿Que me sorprende de este gesto y gestión?
1- Aunque parezca obvio, que es una iniciativa surgida de los propios usuarios del sistema universitario, lo cual indica, que por alguna razón extraordinaria han decidido hacer un uso estratégico de su posición de clientes o alumnos para convertir el dispositivo académico en un soporte que cobije la negociación de sus autonomías estéticas y cognitivas.
2- Que este conjunto de estudiantes, entre comillas, no constituye colectividad ni ostenta tener un plan de trabajo sistemático, más bien, se saben emparentados, momentáneamente, por los deseos de hacer algo en un lugar específico y para una comunidad puntual. Dicho hacer, por ende se torna en un hacerse ver y ese hacerse ver les abre un espacio de rehabilitación para el conjunto de sus voluntades políticas.
3- Que su trabajo no constituye un gesto para llegar a ser postulados a la bienal del congo ni tampoco para exponer en los patios traseros de la trienal alguna, su gesto se consume y se realiza en el allí del lugar, quiero resaltar, que su gestión es pensada con rendimientos a la medida y en planos de eficacia no técnicos ni administrativos. Lo que se inaugura con esta gestión es una política de lo no político es decir un hacer critico y afectivo que no desea pisar el gélido palito de la inscripción.
4- Que su gestión se instala en el desenfoque, en el fuera de cuadro, en fuera de si, en la tachadura, el chorreo, en la des-organización del espacio y del cuerpo, en la norma de lo no susceptible de normalizar, en el medio del lo que siempre retorna, en la mitad de lo indivisible, en fin, en todos aquellos afueras que nos faltan para volver a pensar con radicalidad y creatividad nuestro presente.
Entonces repito y redundo ¿Cómo enseñar a la multitud?
Toni Negri Michel Hart nos dicen: “El pueblo es uno. La multitud, en cambio es plural. La multitud se compone de innumerables diferencias internas que nunca podrán reducirse a una unidad, ni a una identidad única. Hay diferencias de cultura, de raza, de etnicidad, de género, de sexualidad, diferentes formas de trabajar, de vivir, de ver el mundo y diferentes deseos. La multitud es una multiplicidad de tales diferencias singulares” luego enfatizan “El desafío que plantea el concepto de multitud consiste en que una multiplicidad social consiga comunicarse y actuar en común conservando sus diferencias internas”.
Educar la multitud entonces no puede ser un ejercicio lineal, jerárquico, ni asimétrico, sino que desde mi particular punto de vista debiera ser un continuo proceso de des-agregación, es decir, enseñar a la comunidad de los que no poseen nada en común nos exige des-agregarnos de nuestro tradicional rol o molde de docentes, des-agregar nuestras materias y conceptos de su matrices endurecidas, des-agregar la universidad de la universalidad mercado-técnica, finalmente des-agregar el arte del arte para que el arte deje de ser un espacio utópico de libertad y se convierta en un agenciamiento eficaz en la elaboración de procesos acotados de transformación social.
Mauricio Bravo Carreño. Agosto del 2008.
Artista visual y teórico independiente Docente de teoría y taller de escultura Universidad Arcis Valparaíso, Universidad Uniacc, Universidad Tecnológica de Chile Inacap, Universidad Andrés Bello.