'Dark Matter' se pudo ver en Sundance en el 2007 pero su estreno en las salas de cine quedó retrasado debido a la tragedia de Virginia Tech, perpetrada ese año, casualmente, por el asiático Cho Seung-Hui, de 23 años, quien cursaba el último año de la licenciatura de inglés y que fue el perpetrador de la masacre donde murieron más de treinta personas y otras treinta fueron heridas. El tirador se suicido poco antes que lo atrapara la policía. Estos hechos coincidieron con la semana aniversario de la masacre de Columbine en 1999 , donde dos alumnos de 17 y 18 años, asesinaron a un profesor y 14 estudiantes, llevada a la pantalla grande desde dos perspectivas distintas tanto en el documental ‘Bowling for Columbine’‘Elephant’ (2003). (2002) de Michael Moore como en el film de Gus Van Sant

Estas tragedias que se repiten, llaman la atención sobre una crisis de valores a nivel social, la laxitud de las leyes que permiten a los ciudadanos estar armados, y los medios de comunicación que al cubrir estas fatalidades como si fueran estrenos cinematográficos, explotando el dolor de las víctimas, solo genera más violencia. Dark Matter no intenta justificar los hechos ocurridos, pero si es una crítica a una sociedad que venera el éxito de manera exacerbada y que induce a los 'fracasados' a buscar notoriedad a través de la violencia. La película está muy bien actuada por Ye Liu, Meryl Streep, y Aidan Quinn, dirigida con tino, es una cinta algo lenta, de estructura previsible, pero muy correcta. La banda sonora está un poco fuera de contexto, pero lo que al principio parece un relato anodino va tomando fuerza en la medida en que nos metemos en la cabeza Liu Xing y sus teorías. Así mismo, con él descendemos al abismo y la desesperación, que nos llevan al tenso desenlace. Un ópera prima bien ejecutada, que si bien no es una obra de arte, tiene la fuerza de estar basada en un hecho real bien pintado por su director.

Esta producción estadounidense/canadiense/alemana tuvo un costo de al menos 10 millones de dólares, y mezcla imágenes documentales con otras filmadas. Townsend se centra principalmente en los eventos ocurridos en Seattle, en 1999, con motivo de la reunión de la OMC, aunque en el epilogo menciona los movimientos de protesta posteriores llevados a cabo hasta hoy. Lo que comenzó en una protesta pacífica exigiendo el cese de las conferencias de la OMC, se convirtió en un motín que finalmente obligó a proclamar el estado de excepción, lo que desembocó en la adopción de una postura de combate por parte de las autoridades que arremetió contra los manifestantes mayoritariamente pacíficos. Townsend nos muestra el punto de vista de activistas comprometidos con la no violencia hasta algunos grupos violentos, que se encargaron de sembrar caos, la visión de un policía anti motines, de la esposa del mismo que se ve atrapada en la movilización tratando de llegar a su casa, la de gente común, los políticos y comerciantes: la actitud de todos ellos está reflejada en la cinta, que no intenta ser un discurso político, sino un ojo avizor sobre una realidad que se despertó en Seattle y que continuó con otras protestas alrededor del mundo. El film generó mucha controversia y recibió tanto críticas negativas como elogios de los seguidores de la anti globalización, algunos aducen que es inexacta o complaciente con ciertos sectores.