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ESTAMOS HECHOS DE RETAZOS
Por Vicky Larraín
niarral@hotmail.com
Entrevista a Isabel Bustos coreógrafa cubana.
Conocí a esta mujer artista en el periodo que residí en Cuba 1987.
Cuando me invito a ver sus ensayos, fui curiosa y expectante.
La música comienza, una mujer vestida de negro aparece en gestos absorta, dejando espacios para que otras figuras vayan apareciendo.
Definitivamente Isabel es del sur. De este nuestro sur e América Latina.
Su trabajo así se expresa, con las emociones y sensaciones que te entrega esta geografía, nuestras costumbres, que por mucha tecnología avanzada, que desee integrar el mundo artístico, escapa la expresión corporal en vitalidad y perímetros de rescate de las posibilidades de las propias.
Después de ver sus ojos claros y su actitud serena, me asombre de la fuerza y coraje de sus coreografías, y hablamos:
Para mí, dice Isabel, la coreografía tiene mucho que ver con el individuo; es la manera como cada persona ve el arte y, en este caso, a través del movimiento. De golpe, comprendí que lo más profundo del crear es encontrar una identidad, ahondar en una forma de decir y hacer. Entendí que los latinoamericanos tenemos que encontrar nuestro propio sello a nivel individual y continental. La problemática de los latinoamericanos no es la de los europeos, eso lo entendí en la beca que obtuviera para estudiar coreografía en París.
Comprendí la importancia de Fernando Botero, entendí a José Lezama y a Pablo Neruda… comencé a advertir la importancia del arte latinoamericano y de las propuestas de nuestro continente. La técnica es muy importante, pero cuando hay algo que decir. La técnica pura no lleva a ninguna parte. Lo imprescindible es el lenguaje individual que busca la universalidad.
Descubrí que todas las artes están interconectadas y la danza tiene mucho que ver con la plástica, con la escultura, con el cine, con el video, con el teatro y, ante todo, la importancia del gesto. Al final, el arte es uno sólo y en particular la coreografía está casada con las demás manifestaciones artísticas.
Isabel crea el Grupo Retazos en 1987.
Retazos; retazos de emociones, retazos de vivencias de cada uno de los muchachos que incorporaba al trabajo, retazos de pensamientos, de filosofías que circulaban de un lado a otro y de una persona a otra. Llegué a la conclusión de que todos estamos hechos de retazos, somos retazos de algo más grande. Así nació el nombre y desde entonces Retazos anda retaceado por la vida y en cada etapa se plantean cosas diferentes, pero tiene un gran abanico de posibilidades. Hoy cumplimos 20 años.
¿FIEL A SUS PROPUESTAS INICIALES?
Creo que soy bastante fiel a los inicios. Pienso que esa dramaturgia emocional que está implícita en el trabajo de Retazos se mantiene intacta aun cuando hagamos algo que no pasa de un mero divertimento. Eso es muy importante. Creo que sin poesía no hay nada y trato de que en cada puesta se manifieste un sentido poético.
Ha cambiado en el sentido de la técnica, tratamos de hacer puestas que busquen y expresen la contemporaneidad, que conmueva la vida de los bailarines, del individuo; pero siempre es muy importante no perder la universalidad. Por supuesto que uno va evolucionando, la gente va cambiando, la gente va creciendo y uno trabaja con los elementos de la realidad circundante, que son maravillosos.
CIUDADES QUE DANZAN
Isabel ha participado desde el inicio en este encuentro de Habana Vieja Ciudad en Movimiento, donde el artista se integra a la ciudad y realiza lo que aquelos espacios sorprendentes de la habana Vieja le sugieren
ASI NOS CUENTA
Cuando en el llamado período especial —momento en que la economía cubana sufrió un duro golpe luego de la caída del campo socialista— se cerraron los teatros, me dije: si no haces nada, mueres. Un artista que no realiza o crea nada, muere.
Había que salir a buscar un espacio para seguir existiendo y haciendo. Empecé a recorrer los interiores de La Habana colonial, y así conocí la intimidad del patio de la Casa de México, la Casa Guayasamín, la Casa Simón Bolívar, los parques. Esos lugares me convencieron que eran espacios poéticos y espirituales, capaces de provocar mis impulsos creativos.
Me identifiqué de inmediato con este entorno, y decidí que era el ideal para crear a partir de las escaleras, de los espejos, y de cuanto elemento Eusebio Leal —ese maravilloso ser que es el historiador de la Ciudad de La Habana—, ha rescatado con tanto amor y con tanto primor. Me dije: tengo que sumarme a esto y crear aquí.
Empezó Retazos solo, y luego comencé a preguntarme, ¿por qué no invitar a otros artistas a hacer sus obras aquí? En vez de traer una pieza y ponerla en un teatro creo que el reto de crear en estos espacios es mucho más interesante. Así empezamos.
LA IMPROVISACION OCUPA UN ESPACIO IMPORTANTE EN SU OBRA
Le pregunto acerca del tema
Al decirte que es un reto es porque estás delante de algo que no está hecho, que tienes que crearlo al instante, que tienes que hacerlo al momento, o sea qué te sugiere una puerta, qué te sugiere una ventana y eso te da mucho pie a la improvisación y a la capacidad creativa de cada intérprete. Muchas veces artistas invitados se involucran con la población y esta, a su vez, se incorpora a la obra. Hay también algunos creadores que trabajan con los transeúntes o personas de la tercera edad y hasta con los niños.
Así se abren espacios emocionales, corporales e intelectuales y, por ende, la gente comienza a percibir la ciudad de una manera diferente. Creo que este evento ha servido, también, para eso. Muchas personas esperan el festival y se sienten emocionados en esos días.
EL COLOR NEGRO EN SUS VESTUARIOS
Personalmente me gusta mucho el negro y me visto, generalmente, de ese color.