OBRAS COLABORATIVAS, IDEAS DERIVADAS, HACKTIVISMO Y COPYLEFT (O COPYARTE?) |
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Hace unos días atrás, nos escribía nuestra directora de escaner.cl, Isabel Aranda (YTO), para comentarnos que - si estábamos de acuerdo - publicaría los artículos de la revista bajo una de las licencias que se inventaron la exitosa organización Creative Commons , las que "te permiten ofrecer tu trabajo creativo con algunos derechos reservados ".
Este hecho me llamó la atención porque, según las observaciones que he tenido en relación a la vida en red , cada día más, estamos intentando abrir los territorios intelectuales, compartir, colaborar, reciclar, bajar las defensas, crear una ética tácita de respeto mutuo, libertad, democracia y retroalimentación.
Lo que voy a comentar en este artículo es una reflexión que, respetando el lucro que cada uno pueda hacer de su trabajo, así como, el derecho al reconocimiento, implica que quizá, de cierto modo, podríamos estar cayendo en un retroceso en los avances que algunos intentamos hacia una construcción creativa de co-autores
Sin embargo, está claro que no sólo nos protegemos por la falta de oportunidades y el poder de algunos, sino que seguimos siendo humanos y con ello quiero decir más bien, animales: Celosos y territorialitas y, además, como una sofisticación del celo natural, ¡Nos joroba que nos copien!
Pero ¿qué es lo que realmente nos pone celosos? ¿Porqué queremos aprehender nuestros hallazgos, nuestras palabras, nuestras ideas, nuestras imágenes, nuestras melodías, en definitiva, nuestro intelecto? En una primera instancia, creo humildemente, que se debe a una necesidad de reconocimiento hacia nuestras iniciativas y, en segunda instancia, creo que la posibilidad de que otro saque mejor provecho de nuestro trabajo es insoportable.
De un modo consciente o inconsciente, no estamos dispuestos a concederle a ningún extraño la apropiación de nuestras ideas, fruto de nuestro esfuerzo e ingenio, y ¡mucho menos a un amigo! el que eventualmente ha podido estar en nuestras divagaciones hasta que hemos dado con la clave de algo que nos parece genuino. Esto, para cualquiera, sería una traición.
En los peores casos, es motivo de enfrentamientos y rupturas si tenemos que lamentar el que habiendo invitado a un colega a participar en alguno de nuestros proyectos luego éste predique acerca del proyecto como una iniciativa propia o emprenda copias pobres y malversaciones de nuestra magnifica imaginación, la que, por supuesto, va siempre acompañada de un rigor y seriedad profesional.
Así es como los humanos hemos visto una amenaza en cada rincón del planeta y así también hemos visto nuestros temores hechos realidad: ¿Quién no se ha sentido plagiado alguna vez? ¿A quién no le han "robado" su chiste favorito o, sencillamente, su amigo lo ha repetido en voz alta para los demás cuando se lo hemos susurrado al oído? Esto que digo puede parecer algo pedestre, pero en muchas ocasiones he visto a algunas personas meticulosas o relativamente inseguras sentirse realmente ofendidas por estos pequeños o grandes comportamientos de suplantación.
Cita, coincidencias o copia descarada, la cuestión es que mientras podamos intentaremos protegernos. ¿De qué me pregunto a veces? Pues ¡De los impostores! (me dice el subconsciente), de aquellos seres abusones que inspiran rosarios y sacan perlas negras por nuestra boca cuando nos toca uno que se hace con nuestro trabajo.
Dicho estas últimas líneas, he de decir que, personalmente, creo que somos unos paranoicos.
En alguna parte del cerebro de un ser afectado por el plagio podría surgir algo para su plagiador:
Mediocre el intruso
Mis versos están rotos
Tus resultados son mendrugos de ideas robadas.
Dolor en las venas
Falsificaciones traicioneras
Frustración de no denunciarte
Decepción de la audiencia ingenua
Vas haciendo cómplices a ese jurado incauto
Que en manos del fraude concede honores corrompidos
Espía de los sueños gestados arriba
Poderosa es tu fama
Maligno el presupuesto en el que enjugas tu ingratitud
Nunca serás yo
Pero mis pasos van desandados por tu depravación
Has sido tú de piedra, con ojos brillantes incrustados en tu cara dura
Me quemabas con brillo de espuma
Mamón, Desviado y demoníaco.
Me lleno de fuerzas…
Pero ¿cual sería la prosa para quien nos pudiera haber dicho alguna vez copiones a nosotros? o ¿cual sería la enmienda para quien fuera difamado por aquellos que seguros o no de una infracción por nuestra parte o por pura alucinación e incomprensión de su propia obra nos hubiera perjudicado seriamente con tales acusaciones?
Depende el caso, ¿no? (Ciertamente, yo he respondido con una obra acerca del rumor para esa gente, cuando en su día me tocó a mi también)
Volviendo al punto en cuestión. A raíz de estar escribiendo acerca de este tema, sin querer me interiorizo en una sensación desagradable, poniéndome en la posición de los muchos que atesoran sus imaginarios e ideas con ineficaces métodos de protección, que, por ingenuidad o pre-ocupación, no han caído en la cuanta de que, al fin y al cabo, la copia se ha usado como "aprendizaje" (1) y método de reciclaje desde hace muchos siglos y actualmente, bajo el código binario, su reproducción es directamente un clon.
Creo que reservar derechos o condicionar el flujo de la información es una pretensión que busca el hacernos autores y este término me parece inexacto para los creadores que trabajan en soportes digitales (2) o en el arte efímero en general, en suma, creo que es una contradicción que sólo conlleva dolor.
Entonces,
¿Copiar o pegar?
¿Copia o derivación?
¿Copiar o mejorar?
¿Código abierto y copyleft?
¿Copión o copiado?
Sinceramente, pienso que la idea de publicar algo es básicamente compartir. Una vez introducida la información, voluntariamente concedida, no hay más remedio que atenerse a las consecuencias. Por regla general, si respetan lo que dices, los demás lo harán suyo y con esto quiero decir realmente suyo y no mío , es decir, el otro lo deformará, tal vez lo mejorará si es algo práctico, pero si son ideas, sencillamente, éstas serán digeridas por un organismo diferente y apenas una porción de lo dicho o expuesto permanecerá fuera de la obra.
Me he formado como pintora y luego como artista multimedia donde el "COPY-PASTE, COPY LEFT Y FREE CODE" es una realidad como en pintura la "CITA".
La información en la red es código y esto ha hecho que, en la cybercultura y la era de los clones e incluso antes, bajo los mecanismos de reproductividad técnica de la obra, artistas, intelectuales y parte de la sociedad se hayan replanteado la deslocalización técnica y filosófica como un elemento más.
Un texto interesante es el de WALTER BENJAMIN: "La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica" (1936) y otro texto aclaratorio y más cercano a los nuevos medios - los que con mayor razón nos dan un nuevo marco teórico- es el texto de Luther Blissett 0100101110101101.ORG--art.hacktivism. (sin URL disponible), pero se puede acceder a ella desde http://aleph-arts.org/ .
Para Luther Blissett (2.1) "No hay ningún Genio aislado del mundo e inspirado por las Musas - la cultura la construye la gente en su intercambio de información, en la reutilización de cosas que ya se han hecho en el pasado, y siempre ha sido así. La cultura no es sino un enorme plagio sin fin en el que nadie inventa nada, la gente sólo reutiliza lo existente y esta remezcla siempre se produce de un modo colectivo; nadie crea de la nada. Esto también ocurre en el "mundo real", lo que sucede es que la red lo pone en total evidencia. Ya no es necesario mutilar cuadros (Alexander Brener) o ponerles un bigote a las postales de Mona Lisa (Duchamp), ahora el arte puede ser descargado en el ordenador, modificado y subido de nuevo a la red con facilidad".
Desearíamos ver cientos de 'sites' 0100101110101101.ORG repetidos sin fin, de tal manera que nadie pudiera adivinar cuál es el "original", nos gustaría ver cientos de Jodi y hell.com, todos diferentes, todos iguales, sin nadie que se dedique a archivar procesos por infringimiento de copyright, ya no habría más originales que preservar. ¿Será "WebDevil" el pincel de una nueva generación de artistas?
En este sentido, tal vez, el punto más crítico esté en que mientras algunos todavía hablan de que el original de una obra es una sinrazón en la era de la producción en serie, habemos otros que pensamos que la idea de autor en una comunidad en red es absurda. En esta última sentencia, hago hincapié en el soporte como contexto.
Ahora bien, una cosa es que sepamos que el conocimiento universal es un trabajo colectivo y que las construcciones colaborativas estén en boga, acaballo de los nuevos medios y la otra, muy distinta, es que aprobemos la mentira. Realmente, creo que el agravio no está en el hecho de tomar referencias o reciclar (hecho cotidiano y natural), aunque mencionar la fuente es una respuesta justa a la generosidad de quien comparte sus ideas también, sino que, bajo mi punto de vista, el auténtico drama es cuando el que copia está en una situación de poder sobre el sujeto a quien le plagia.
Dos ejemplos recurrentes:
1.- Cuando los profesores roban investigaciones y textos de sus alumnos.
Noticia: La UPV investiga el supuesto plagio por un profesor de una tesis que dirigió
2.- Cuando figuras poderosas e influyentes proponen las ideas de "anónimos currantes", recibiendo financiaciones, ganando concursos y aceptando congratulaciones por ellas.
También hay casos de obras que, por el desconocimiento de sus creadores, pretenden lo mismo que otra obra hecha con anterioridad por otro creador y ¡para qué mencionar aquellas veces en que dos personas llegan a la misma conclusión!
Los creadores del Blogg y el Wikinews pudieron haber llegado al mismo concepto que tuvo Tim Berners Lee, el creador de la Worl Wide Web, cuando crearon sus páginas y portales colaborativos. Tim Berners Lee, concibió, en principio, un navegador que tuviera hipertextos (http) que a su vez permitiera agregar y editar información (3). Hasta ahora, no tengo noticias de que les haya demandado. Cabe preguntarse, entonces, si ¿Será porque Tim Berners tenía un sueño donde la construcción ideal del conocimiento estuviera basada en una sociedad inteligente y colaborativa, que por tanto, se puede permitir la desaparición del autor o porque, simplemente, no le falta el dinero de la indemnización?
En lo personal, creo que no es el autor de la obra quien debe protegerla, sino el plagiario quien debe temer a su propia neurosis sobretodo si éste lo hace bajo su propio autoengaño.
En todo caso, he leído que " El plagio literario es el homenaje más primitivo que esconde la más temeraria forma de veneración de la envidia. Así lo entienden los psicoanalistas por ese desvío existencial que el plagiario intenta identificarse con el plagiado." (5)
Anexo:
El clon de la web del Vaticano por los 0100101110101101.org:
http://www.0100101110101101.org/home/vaticano.org/spoof/index.html
Para ver casos escandalosos de plagio de manera didáctica, podéis visitar estos sitios:
http://javimoya.com/blog/2005/10/09/canciones-que-suenan-parecidas/
http://www.mundocarrete.com/secciones/articulos/ene31_plagios.htm
http://www.cita.es/plagiadores/
http://pincheschinos.blogspot.com/2005/01/el-pirata-chino-del-da.html
http://paspespuyas.com/comunidad/index.php/b/2005/10/11/
de_plagios_musicales_de_forma_divertida
Referencias:
(1) La normativa dice que la obra de un pintor puede ser copiada, de forma exacta, si el pintor lleva más de ochenta años muerto.
[+ info donde comercializan la obra de pintores amparandose en la ley] http://www.el-mundo.es/sudinero/noticias/negocio/negoc-67.html
(2) Conceptos asociados: copyleft y free code o código abierto
(2.1) http://www.merzmail.net/fuck.htm
(3) Tejiendo la red. Tim Berners Lee.
(4) Imágenes tomadas de la web