Santiago de Chile.
Revista Virtual.
Año 7

Escáner Cultural. El mundo del Arte.
Número 79
Diciembre 2005


¿SURREALISMO EN EXTINCIÓN?
Desde Chile, Enrique de Santiago

 

"La materia ingravida"
de Miguel Ángel Huerta

Las obras, dentro del Arte no poseen una mirada definitiva, pues cada observación a la cuales son sometidas poseen un fragmento, o momento del tiempo de percepción, establecidas como únicas. Estas obras al perdurar a través de los años y también de los siglos, van adquiriendo un nuevo valor (en termino estéticos y semánticos), ya que de alguna manera muta el espacio que hay entre ellas y el espectador, lo que conocemos como la nueva mirada, pero para ser mas precisos es este espectador el que se transforma, y por ende es el que hace que la obra despliegue una nueva sumatoria de códigos semánticos, una nea-conjugación de información, por eso me refiero a que lo que cambia en realidad es el espacio que hay entre la obra y el espectador, y no la obra como tal, pues es ahí, en ese espacio de transito visual donde se trastocan los códigos impresos en esta, pues al fin y al cabo, la obra se mantiene igual, es la misma. Ejemplos de estos en el Arte hay muchos, y necesitaríamos un espacio muy extenso para referirnos a estos fenómenos. Lo que es claro y a lo cual apunto, es que pese a la oposición con la que se encuentra la actividad surrealista en el mundo, y por lo mismo también la actividad de inmersión en los mundos metafísicos y pathafísicos, esta a pesar de todo goza de buena salud, su actividad crece alrededor del mundo, y es más provocará a un corto plazo, un nuevo acercamiento hacia esta forma de pensamiento, debido al desgaste notorio en el que están concurriendo otras formas de expresión en el mundo de las Artes en general. Ahora ¿como se presentará esta nueva dinámica en torno a lo surreal?. Es lo que estamos percibiendo como primeros asomos ahora, y lo que me queda absolutamente claro que no será a partir de la imaginería que conocíamos en las nutridas producciones de décadas anteriores. Hoy existen y coexisten nuevas maneras de reflejar un estado de cosas o una idea o la suma de ideas. Están por un lado una serie de soportes nuevos, existe abundante material científico que ha volcado muchas teorías que se exponían como paradigmas infalibles, hay también un nuevo modelo político social, el cual se nutre y cohabita con una poderosa red de comunicaciones, en fin hay toda una nueva y compleja ambientación y nicho habitable, con el cual los surrealistas primeros nunca se imaginaron que existiría.

Manuel Concha, proyecto de instalación y pintura llamado Cenotafios

Hoy me referiré a lo que acontece con una buena cantidad de nuestros artistas en torno, a lo que sucede con los planos metafísicos, y mas aún a lo que está ocurriendo con nuestros planos físicos inmediatos, y especialmente al entorno social. Es claro que estos artistas buscan y recavan su información, en las antiguas y arcanas tradiciones de nuestro continente y especialmente de lo que sucede en Chile, y lo mismo puedo decir de los artistas argentinos, como el celebrado grupo Etcétera de Buenos Aires. Aquí como allá se esta presentando un fenómeno muy especial e interesante, donde hay una respuesta muy sensible al acontecer social, pero además esta co-existe con una propuesta instantánea, que generalmente proviene de una búsqueda profunda de nuestras sabidurías ancestrales como habitantes en las latitudes australes Latinoamericanas, y mas aún una búsqueda de información, dentro de los estamentos permanentes metafísicos de nuestra geografía, y es aquí donde me quiero referir por ejemplo al trabajo del curador y artista chileno Manuel Concha. Él posee desde hace un tiempo un trabajo que ha ido evolucionando con mayor fuerza cada vez, dentro de la investigación de los elementos que de alguna forma se perpetúan en la popularidad de nuestras tradiciones, ya sean urbanas o rurales. Él por cierto ha trabajado en culturas extintas, como los Selk’nam, y además ha propuesto en estos trabajos el traslado de un sentir milenario extinto, de manera dialéctica e inserto dentro de la nueva o apócrifa cultura imperante, recurro al termino apócrifo, tomándolo de su cuna etimológica que significa no recomendada, ya que en la mayoría de los artistas, que traen estas nuevas y contundentes propuestas, el fin último es desarticular el estado imperante de las cosas, y recomponer la sabiduría y orden ancestral, mas inherente al ser y sentir vernácular.

Manuel Concha, proyecto de instalación y pintura llamado Cenotafios

Manuel Concha hace unos meses nos presentó en Valparaíso su trabajo denominado Cenotafios (Lat. Cenotaphium. Monumento que no contiene el cadáver a quien se recuerda). El cual aludía a la actividad procedente de la cultura popular, conocida como las animitas, las cuales todos nosotros conocemos y que en mas de una oportunidad en nuestros tránsitos, ya sea citadinos o rurales, nos hemos encontrados con estas pequeñas estructuras semejantes a un apequeña capilla, generalmente acompañada de velas. Estas según la cultura popular se erigen en memoria de aquel que ha muerto en forma trágica o violenta, y cuyo espíritu doble queda transitoriamente animando el lugar o algún objeto, u otro elemento orgánico cercano, este culto bastamente extendido en nuestro país tiene sus orígenes en las civilizaciones originarias, y ha permanecido intacto con los siglos, sin que este pierda vigencia. Muchos de nosotros por cierto las han visto a las orillas de las carreteras, al costado de las líneas ferroviarias, o en sitios eriazos donde probablemente ha ocurrido un homicidio o una muerte de carácter violento. Dentro de las mas conocidas está la de Romualdito en calle Borja al costado de la Estación Central, sus velas perennes dan cuenta además del fervor popular que existe por estas manifestaciones, ya que entre otras cosas se produce en sus cultores, un trasvasije de creencias que contemplan la mezcla de lo religioso con lo pagano. Pues bien los orígenes de las religiones que hoy conocemos como mas desarrolladas, tuvieron su partida en lo que se denomina como paganismo primitivo.
El animismo se remonta al principio y origen de la humanidad, cuando el ser humano, el hombre primitivo, siente inquietud por la muerte, a la cual no logra darle una explicación lógica ni razonable, es ahí cuando se suceden las primeras preguntas trascendentales, y comienza en parte la evolución de las creencias y por cierto posteriormente de las religiones. El hombre entonces empieza a buscar respuestas a partir de los grandes fenómenos naturales, las erupciones volcánicas, las tormentas, las riadas etc, para él estos son acciones movidas por grandes espíritus que las animan, entonces empiezan a ver esta animidad también en todas las cosas u objetos, por lo cual deducen que el espíritu humano es parte de ese animo cósmico.
Quien primero define el animismo como concepto es el antropólogo inglés Edward Taylor, en 1866, el cual según sus estudios logra definirlo como un termino para esta practica, ya que esta era una creencia en seres espirituales que animaban el universo, personas o cosas. Y es a partir de ahí que la humanidad evolucionó hacia el politeísmo, como el Babilónico el Grecolatino, Egipcio etc. Ya que cada Dios o divinidad era el controlador de los fenómenos circundantes a la observación humana. Esta practica politeísta va sufriendo encuentros con las nuevas ideas religiosas, para culminar posteriormente en las grandes religiones monoteístas que predominan en muchas parte del mundo. Pero también es cierto que en vastas zonas del planeta estas co-existen con sus respectivas creencias de antigua data, mas conocidas como practicas paganas. Esto sucede en África, en Asia, y por supuesto en nuestra América Latina, y como lo exponíamos antes en Chile, con un fuerte arraigo en las capas medias y sobre todo bajas y rurales, por lo que deducimos que estas están insertas aún en gran parte de la población. Esto sucede por la gran carga indígena que posee nuestra raza, que a pesar de el mestizaje, esta ha prevalecido frente a las creencias monoteístas foráneas enquistándose en ellas y conformando las culturas propias actuales. Es como si el animismo hiciera eco desde las zonas telúricas, hasta nuestro ser en toda su magnitud. Manuel Concha me hacía mención que en su trabajo el había determinado que la animitas, solo se encontraban en las zonas de marginalidad del gran Santiago, y es cierto en el centro cívico, uno no encuentra estos Cenotafios, sobre todo cuando es sabido que en muchas oportunidades la muerte violenta, sucede también en esta zona, pero algo sucede en este lugar del mapa de la capital, que es imposible erigir estas estructuras en este perímetro. Pero a solo cuadras de este uno ya empieza a encontrarse con esto pequeños monumentos, como en las cercanías del Río Mapocho, o el sector de Alameda hacia el Sur, y también hacia Estación Central como decía anteriormente. Bueno esto responde según Manuel, claramente a que esta es una exclusiva practica de los sectores mas populares, donde al parecer el contacto con la precariedad de sus vidas los vuelca, hacia la misma pregunta que se hacían aquellos primeros seres enfrentados a la incógnita de la muerte, y la posible trascendencia del alma . Entonces el me dice que en su trabajo esta plenamente el acento en aquel elemento de marginalidad que contienen estas manifestaciones, que poseen además una cultura propia, una manifestación que les pertenece y los y lo identifica, y por otro lado esta lo esencial del ritual, la trascendencia del espíritu, la forma como se ha vaciado de manera intacta la tradición , y sobre todo de manera oral sin interrupciones, por otro lado esta adopción que hace el “Poder”, sobre las culturas y manifestaciones foráneas, que se desprende por la forma en que se normó su educación, ya sea en colegios preferentemente religiosos extranjeros, o de sonoro progresismo laico. Y es por esto que él ve en estas practicas una manera disonante de cultura, que se remite a lo puramente propio y trascendente, y que no corresponde a quienes de alguna manera tejen los hilos conducentes de nuestra sociedad, quienes por otro lado van en pos de un desarrollo cultural, que a su manera obedece de mejor forma a los intereses del ser humano, o de la ciudadanía para usar el termino preciso de aquel discurso. Ya que este nuevo modelo cultural importado o impuesto va mas acorde con los nuevos tiempos, y me refiero con esto con una actitud xenofílica practicada en Chile mucho antes del siglo XVIII. Es entonces la manifestación artística, en este caso un hermano de camino de esta otra expresión popular, y que son vecinos allegados en el terreno de la marginalidad. Y surge la pregunta y la respuesta ¿qué es en cierta manera el arte de vanguardia hoy?.
Bueno es este un actor importante, victima de políticas excluyentes y miopes, es por lo tanto la voz que hay que esconder y marginar, y como en muchos casos, el acto impuro para los poderosos al cual se merece obviar.

Manuel Concha, proyecto de instalación y pintura llamado Cenotafios

Bueno para el artista hoy, que se sumerge en los mares amplios de la fenomenología humana, busca y encuentra, pues descubre algo que le suena familiar desde hace mucho, aquello que recibía por boca de sus abuelos o por oídas en el barrio. Y se confronta con los elementos que lo mueven, lo sacuden en lo mas interno. Son pues las Animitas, parte del paisaje desde hace mucho, y ellas responden a la herencia cultural de los antiguos, aquellos que veían el espíritu del o de los inefables, construyendo, transformando, dando una organización propia y definida al cosmos, o quizás dicho de otra manera las partes divisibles del todo contenidas en el Holograma. Como decía anteriormente, el Universo puede ser una proyección ilusoria, y nuestros cuerpos físicos parte de esa ilusión y por otra parte lo real, lo verdadero, y lo tangible habita y existe en lo surreal, sea este el animo que se esconde en el secreto arcano, aquella pequeña llave que llevamos dentro, que se conecta en cada momento con el cosmos animado por uno y por todos.
Pero con cierta amargura vemos como cada uno de los seres humanos son desviados por los nuevos artificios, las bisuterías que aturden. Elementos a los cuales alude Manuel, al usar y reemplazar en su instalación Cenotafios, las velas de cera por pseudo-velas de fantasía lo mas probable, de procedencia China, que nos invitan a reflexionar, sobre como en cierta manera, lo que no pudo hacer las religiones monoteístas, quizás lo logre de alguna manera la nueva religión neoliberal y globalizada. Habrá que esperar entonces por ese momento de definiciones.
Queda también aludir como manifestación originaria y propia, a la cultura de los chamanes y por supuesto a las manifestaciones totémicas. En nuestro quehacer artístico, estos mundos quedan reflejados in extenso, por el artista Miguel Ángel Huerta, así como el trabajo de José Duarte, quienes llevan largos años desarrollando su obra en torno a la cultura que manifestaran los antiguos habitantes de esta zona denominada la Finis Terrae Tema del cual hablaremos en el siguiente número, al igual que de la Aritmética, y la Geometría en la cosmogonía de los pueblos originarios.

 

 




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