Santiago de Chile.
Revista Virtual. 

Año 7
Escáner Cultural. El mundo del Arte.
Número 69
Enero y Febrero 2005

INTERNET, QUÉ VIEJA Y ENREDADA TE HAS PUESTO
(¿qué teje la araña bajo las sábanas?)

EL SECRETO MÍO QUE NADIE CONOCE

EPILOGANDO la noche ventrílocua, en el trapecio de seda
(Sumatra, el Apocalipsis bajo el agua)

 

EL AÑO DEL PEQUEÑO DIOS ENDIOSADO
(un tiempo para suicidas)

Por: Silvia Banfield

El poder y la fama son el supositorio del siglo XXI. No sé si lo leí en un baño de Boulder, o es un invento mío. Para la literatura no tiene importancia y la historia, menos. La muerte sigue plagiando a la vida. Los restos de un cenicero me hablan del futuro. Y no es nuevo lo que se registrará mañana. Repasar lo que viene es una tarea inútil, decepcionante, absolutamente descriptiva. Lo que pasa bajo la puerta, es el hilillo dorado del miedo. Son las viejas manguillas negras de los contadores públicos que desautorizan la vida real junto a la miseria de solapa angosta y gris que ejercita una risa publicitaria, en el sillón reclinable de la burla y de la supuesta fama. ¿Todo pasa, cambia o nada queda porque todo es? La ciudad se entrega a la nieve como un ciego al sol del mediodía y brilla detrás del sueño su alba espuma. Las calles perecieran roseadas de vaselina y a ambos costados se acumula una nieve cada día más sucia. Se hace costra y marca el camino sobre el negro asfalto, que lo es todo para el automóvil y el conductor anónimo que cumple con su ruta diaria. En la calefaccionada cabina del Mack, una canción en su hilo recuerda que Un sueño verdadero jamás se deshace o lo borra la nieve/ Y puedes hacer mil veces el mismo camino/ pero ella volverá a remarcarlo en invierno/ No olvides el sueño escrito en tu ruta sobre el horizonte/ Más visible es en el corazón/ que en las huellas de las negras ruedas/ que viajan junto a un bosque de pinos blancos/ una mañana donde el sol rompe debajo de la montaña/ Volverá el día como tu amada, azul bajo la nieve/ Sólo deja que tú y ella/ compartan la huella del sueño y el camino. /La canción irá hablando por todos los silencios/ Un sueño verdadero nunca se acaba./Deja correr el hilo/ construye tu destino/ La nieve no lo borrará./Aunque el sol la derrita en tus manos. /Quedará la tibieza de tu amor /las horas del futuro /sus noches blancas y azules/ tu destino.

El Gran Sueño Americano, revolotea en la matriz de su pesadilla violeta, la edad de oro de su pasado, se descompone en millones de fragmentadas pesadillas habidas de acción, aterciopeladas, que sonríen en una gran vitrina de Manhattan, mientras cae la nieve distraída, persistente y absoluta, con la belleza de su oficio. Los íconos de la Gran Dame de N Y, sobre una bandeja de plata, suben en los invisibles pasos de camareros asustados frente al cristal de sus torres adivinadas en el sueño, peldaños de agua por el Hudson arriba, mucho aceite de motor negro, las cabezas de unas rosas gastadas por los días, y atraviesan manglares con lagartos bilingües que conocen las leyes migratorias al revés y derecho, casas rodantes rosadas blancas, que dejan correr canciones de Bob Dylan en el desierto y el amor rabioso que se siente al pasar frente a sus ventanas. Flores desnudas, nevadas, yertas sobre un colchón suavemente viajado. Todo huele al aroma de los cuerpos. Las ilusiones ya van montadas en el espinazo dormido de la frontera, y sobre el lomo silencioso, arrugado, de un elefante blanco, ojeroso, abandonado por un circo infantil de Las Vegas, ella va en la grupa con su antorcha iluminada, en el pálido candor de su ansiada libertad, mezcla irlandesa, italiana, latina, con su porte francés, aire de muñeca inglesa, en el frío resplandor del atardecer, camino al cementerio con el deber cumplido. ¿Se puede seguir cumpliendo más allá de la muerte? El boleto comprado en la vieja estación, pareciera ser útil para todos los andenes. Al fondo, se escucha música de circo, los payasos lloran, ríen, los enanos cantan canciones medievales, una fría ilusión reservada a los magos recorre el último tren solitario. La fiesta de la derrota es un buen comienzo y tan meritoria como si fuera un triunfo .

§ Año suicida, sólo la muerte bajo tierra

Año suicida, el 2004, su recuento es un cuento de nunca acabar. Gira parapléjico en una silla de ruedas. Un discurso rayado se pega al viejo long play de su historia circular. Año verdugo. Año sangrantemente bisiesto. Año de locos molinos sin Quijote (Año crudo. Año desierto. Año perdido. Año del medioevo. Año palestino. Año judío. Año horrible. Año muerto. Hora de balances, pero dejemos a los grandes editorialistas y medios- que llevan el registro del reloj de esta historia-, en la tradición de ese ejercicio, en la suma feroz de la sumatoria del horror, porque es muy poco lo que podría motivar al sueño y la esperanza desde la otra orilla de la realidad. La casa, oficina, la calle, las empresas, los parques, sitios públicos, las fronteras, los países, el mundo, están bajo sospecha. ¿Ya nadie será inocente aunque demuestre lo contrario? Son los nuevos cimientos que se construyen globalmente: un mundo bajo arresto domiciliario en arreo de combate y en estampida de sí mismo, como si el escenario se le dinamitara bajos sus pies. En la confianza está el peligro, es la frase acuñada por el 2004, heredada del Conserje de Las Torres Gemelas. Ya se sabe que se entra a un pantano como se baja un barranco o se cae del cielo sin escaleras o paracaídas que jamás abrirán. Ningún edificio es tan alto como su propio desplome. El polvo asemeja lo que ya no se tendrá. El fue, pasó, pasó, como si nada importara más que la muerte heroica, la vida para que supuestamente otros vivan. El horror y el terror, no tienen límites y el 2004 sólo sede su ultima hoja del calendario en el relevo del tiempo. To be continued , la serie tiene todos los escenarios posibles, extras que vuelan por los aires, porque todo es real en este mundo ficcional. Más blindaje para los extras, suena una voz detrás de un megáfono, pero sabemos que será inútil: son protagonistas de la propia muerte, primera actriz que escoge los repartos casi al azar, sin más mérito que estar en el lugar equivocado, donde un suicida asciende al cielo escoltado por sus víctimas. La calavera del mortal, irascible, díscolo, agresivo bípedo carnívoro, debiera ser The Person of de Year , en las portadas famosas de las revistas mundiales. En la fosa común todos somos iguales, el glamour entre esqueletos es un tema secundario, los huesos apuestan a la eternidad. Allí nadie tiene más dientes, sólo un poco más de carne para las primeras semanas de los gusanos. Es el festín de uno mismo y no se puede llegar tarde. Es de una exquisita informalidad. El último banquete bajo tierra, en la clandestinidad del ser, sin traje de gala, porque la noche será larga como vieja sombra imperial. Hasta que la muerte nos una, hueso por hueso y vuelva al origen en el polvo, el discreto oleaje de la nada, donde nadie nos separará. Y el mortal no se llevará ni sus palos de Golf, y encontrará para su felicidad, exitosamente, sin esfuerzo, su último hueco.

§ La estupidez ya es una tradición universal

Antes de dejar en estas fechas a mi Editor, detrás de un magnífico silencio, -él es quien hará el balance oficial de los hechos del 2004-, plagados de realidades que se repiten a lo largo del calendario del terror, especie de anuario elaborado por un paranoico/esquizofrénico/iluminado por el sol de una divinidad ciega. Dioses que juegan el mundo a los dados con otros dioses e ignoran que el Dios verdadero no cree en sus religiones y que sólo les permite un poco de azar entre millones de desaciertos. Pequeños dioses que tropiezan con la misma piedra que sus divinos padres no supieron esquivar. Nueva York, que es tan creativa, posmoderna, vanguardia de las vanguardias, debiera crear el Museo de la Piedra en el Camino. Se aceptaría un representante por cada ciudad y pueblo, con su piedra, y la historia detrás de ella. El hombre o la mujer, se sentarían a relatar, cómo tropezó con ella por primera vez, cuál fue su reacción, si comprendió el mensaje del camino y cuántas veces a lo largo de la vida tropezó con ella. El premio y reconocimiento a La Piedra de Oro, se le otorgará a quien elabore el más completo árbol genealógico familiar del tropiezo sobre una misma piedra. Será recibido con honores en la Casa Blanca y el Salón Oval, tendrá una pequeña salita aledaña, a partir de la fecha, donde se exhibirá el cuadro del árbol genealógico, la inmortal piedra, la grabación de la historia con todos los detalles de ubicación donde fue tropezada por primera vez, cuántas veces más (las estadísticas son vitales), porque además lleva un premio implícito, una réplica de la piedra bajo el lema: La estupidez es una tradición universal y a toda prueba . ( El Number One inaugurará la muestra y tendrá bajo su pie, una inmensa roca roja de Colorado). Véala bien, para que vuelva a tropezar sobre la misma, no vaya a ser que se equivoque, son tantas las piedras en el camino. Piedra que rueda puede detenerse, pero piedra estacionada, no rodará, a no ser que usted la mueva al tropezar. La piedra, aunque Heráclito no lo crea, seguirá siendo la misma, y podrá tropezar un mismo pie, cuántas veces usted lo desee y considere necesario. La piedra no cambiará. Tropezar es casi un arte, y es una estupidez convencional: repetir el acto, aparentemente adquirido de nacimiento. En pedir no hay engaño, dice el sabio refrán. La piedra nos baja del pedestal. Nos humaniza con su voz silenciosa. ¿Pisas lo que amas o el error? La piedra es el mismo lugar en el camino. No se oculta, el pie la busca, el error la complace. Ni siquiera es una tentación, o el vicio verdugo de todo humano, sino la más corriente mirada del paisaje sobre la superficie de la tierra. Un rostro reconocido, sin pretensiones, exento de todo maquillaje y ambición alguna. La piedra nos enseña a esperar. La piedra impresiona por simple, humilde, inocente. La piedra de toque. ¿Quién lanzó la primera piedra? La piedra en el camino, como si ella tuviera culpa de estar ahí. Es hora de rescatar la inocencia, silencio, su humildad a toda prueba y desamparo, de la falta de escrúpulos humanos de pisarla, tropezar en ella y culparla, de lanzarla al vacío, como si su lugar no fuera la tierra llana, la soledad de los caminos y la altura indefinida del silencio. ¿Para qué seguir escondiendo una piedra en la mano? ¿O creer que una piedra en el zapato es culpa de la piedra?

§ La palabra no es guardián, sino supositorio del poder fáctico

Nunca había visto tan sombrío el rostro del Editor. No por el trabajo que se le avecinaba. Ya había salido de una mesa de ideas. ¿Qué pasó en el 2004, fue una de las preguntas centrales? Yo comencé diciendo, cómo saberlo, detrás de tantas mentiras, y contesté en el fondo con una interrogante. Es lo que sigue sucediendo: un mar de incertidumbre recorre el mundo, cuyo oleaje son las preguntas sin respuestas y las mentiras despiadadas. ¿Qué hacer con este arsenal que detona cada día en nuestras narices, nos convierte en más inseguros, vulnerables e incapacita para tomar decisiones correctas, oportunas y tan audaces como los tiempos reclaman?. No debemos sumarnos al aplauso, ponernos un chaleco contra balas y seguir blindando nuestro futuro como ratas en un inmenso trigal. La guerra pantanosa de Irak y la victoria del Number One en las urnas, marcaron la jornada necrofílica de ideas. Alguien se acordó por ahí de Afganistán, de los senderos de Osama, más polvo en el camino que realidad. Una palabra que adquiere el peso de todas las distancias, un lugar singular, pero equivocado. La palabra Medio Oriente se acumuló una y otra vez sobre la mesa, como una larga muralla, que millones de personas lamentan su construcción. Detrás de una pared sólo crece el miedo. Nadie intentó sacar conclusiones, afortunadamente, pero la publicitada frase de "un mundo más seguro", adquiría la dimensión de un abismo, porque el terror está en esa pobreza de espíritu que recorre un mundo lleno de dioses subalternos, con sus recetas manchadas de golosinas verbales, verborrea biliosa, arengas febriles en el desierto, palabra paja vacía, verbo biliar, verborrear, verbo satán. La palabra ya no es guardián, sino el supositorio escrito en los inodoros de Boulder con la gracia de la lucidez del anónimo, la ventaja del compromiso con la verdad, la certeza inequívoca del refrán popular. Lo que arranca de un firme deseo de cambio, es un hecho cumplido, aunque a veces sólo sea una simple atmósfera que recorre los inodoros. Puede que toda la fragancia de una parte del mundo esté aún allí, ratificada en el mensaje y su intimidad fosforescente, movilizadora. La mesa Editorial fijó un poco en el cristal difuso de la tarde, ideas más gruesas, troncales, que intentan registrar el grueso calendario del año cumplido 2004 y proyectarse en ese escenario aún nonato, del 2005, aunque viene más que contaminado, corrompido por un fin de calendario que le señala al mundo el tamaño de lo que el iceberg esconde verdaderamente bajo sus profundas aguas. Todo "más" pareciera ser para enfrentar el "mal", un signo aparentemente positivo del "bien", que refleja finalmente el tamaño real del fracaso y sus asociados.

§ Más blindaje en los números, 666

Más blindaje, más tropas, más millones de dólares, más dinero de impuestos para la guerra, más apoyo de los socios, más presos torturados, más muertos, más ataúdes, más ciudades destruidas, más promesas sobre más mentiras, un paso más al infierno, bajo el lema de un mundo más seguro. Más, para ir al más allá, ofrecen algunos como agencias turísticas, y el signo menos, responde con la gracia de los hechos cumplidos en un signo contrario, pero real. Irak es un pantano y el Islam, no es un cocodrilo de papel. ¿Cómo hacer un alto e impedir que la hoguera arrase hasta la parte más tibia del infierno? ¿Año bisiesto o el del 666? Son más las dudas que certezas, las que crecen como hongos en una Mesa de Redacción que no se siente espejo de nada, porque es vital para un Editor, que busca la verdad, no tocar su propia trompeta y guiar los ratones con una melodía, no sólo poco original, sino que falsa y que carezca de la carga de sentimientos que requiere la música encantada. Ratones hay muchos, sobran como alcantarillas, pero el Flautista es único, como los cantos de las sirenas de Ulises. El mundo sintió en el 2004, El Grito de Edvar Munich, un expresionista que retrató el horror que encontró su espejo en este siglo, y cuya emblemática obra fue robada este año en el museo Munch de Oslo, Noruega. Hablar de la Tercera y Cuarta Guerra Mundial, dos en una, con tantos conflictos abiertos, encubiertos, larvarios, de cuerpo entero, es un tema expuesto al mundo desde que se inició el conflicto con Afganistán, - es casi un lugar común- aunque ya el planeta contaba con la gran sucursal de la guerra infinita en el Medio Oriente, el secular enfrentamiento palestino-israelí. Se innova en las tácticas, estrategias, armamentos y se reafirman conceptos de los Estados parias, practica la guerra preventiva, acuñan eslóganes perversos: un mundo mejor, y el 2004 es una síntesis de este cocktail que tiene como resultado un coágulo sanguinolento esparcido por el mundo, más que el de una bebida para calmar los ánimos, sentarse a reflexionar y buscar una salida. Es la hora del cocktail mortal, explosivo, entre el Bien y el Mal. Conceptos inefables, para un mundo, que tomarlo con pinzas, ya es una hazaña. La entelequia global se apoya en su magnífica y pesada sombra atacada por una osteoporosis fulminante. El Bien se viste de Mal y viceversa. El mundo tambaleante y a pedazos, sabe que sufre alzheimer y que un mal de parkinson aun es incurable. El travestismo ejerce un poder seductor sobre los líderes. El cuerpo monstruoso del planeta global, es más parecido al de Frankestein que el de la mujer de goma del circo. La aparente inocencia de una cancha de Golf, es lo que empuja al ocio inútil, al disfraz de la felicidad, su monotonía terrible, el hueco más pusilánime de la vida. Es una mascarada el juego desde un principio. La búsqueda del vacío. El vuelo tenaz de la estupidez no caza su presa, sino la esquiva, ignora, archiva, la inmoviliza en el olvido, cree que es mejor disecarla en el pensamiento.

§ Pinochet, un modelo para desarmar y no volver a armar

2004 fue el año de la tortura de "la nación más civilizada de la tierra". El año de la reelección de George W. Bush. El año de la apuesta por seguir la guerra contra Irak, Al Qaeda, Afganistán, el terrorismo. El año Michael Moore: Fahrenheit 9/11 . El año de la improvisación de la post guerra, de una guerra ya improvisada. El año en que Estados Unidos se endeudó más económicamente que en toda su historia, y sus fuerzas tradicionales-religiosas, se impusieron en unos comicios, que dicen no estar aclarados aún en el estado de Ohio. El año en que se ha denunciado un fraude electrónico de vastas proporciones y convocado a manifestaciones públicas en Ohio y Washington, el 3 y 6 de enero del 2005, respectivamente. La democracia, la libertad en sí y de expresión, retrocedieron en el país que ha desarrollado el sistema más abierto, antiguo y sólido aparentemente del planeta. Esos valores están siendo discutidos hoy en el mundo y en muchos círculos de la Nación americana. El mundo se quedó sin ONU, devastado en algunos países africanos, con Haití flotando en el resto de sus últimas so(m)bras, arrimado al hilo de la muerte, una isla que sólo no se aísla de la muerte. Año del sistemático "descuadernamiento" socio-criminal de Colombia. Los huracanes azotaron Estados Unidos como pocas veces en su historia. España fue víctima un 11 de marzo, del terrorismo en la Estación de Atocha, pero nada es comparable con el desangramiento de Irak, aniquilamiento de su cultura milenaria, destrucción de ciudades y templos, -la muerte perra, sin bozal, adherida a la carne y el espíritu, - sigue asomando su cabeza desde una ventana en la noche árabe. El año Pinochet, en su sexto año de "hacerse el loco" para no enfrentar la justicia humana, por genocidio y también fraude fiscal, recibo de coimas y operaciones fraudulentas. El general Augusto Pinochet es un símbolo tenebroso de esta época de transición mundial: instituyó la tortura del Estado, despareció a miles de opositores, exilió a cientos de miles, ejerció el poder absoluto en total impunidad y se ha burlado de la justicia durante décadas. Ha batido todos los récords para un dictador "a típico", desde que fue declarado Inmortal por el diario El Mercurio de Chile a la recién brindada extremaunción que le otorgara un sacerdote católico, para que siguiera viviendo otros cien años más y pueda pagar su rosario de cuentas pendientes. Cuando regresó de Londres, luego de su detención de 503 días, bajó en silla de ruedas y de inmediato al tocar suelo chileno, se levantó como Lázaro, caminó y agitaba su bastón, en medio de sus seguidores, demostrando su estado físico y que no tenía nada de loco. Su caso es el más patético en al historia universa, como un pueblo en estado de derecho debe callar ante un criminal reconocido, que viola una y otra vez la justicia. Es un símbolo de Satanás en al tierra, han dicho algunas de sus miles de víctimas, y no se alejan un centímetro del representante de Lucifer en al fragmentada geografía chilena. Pinochet es un modelo para desarmar y no volver armar.

§ La muerte bosteza en las calles de Faluya

Tigris y Eufrates, ríos de una misma sangre. Oriente y una parte de Occidente, nunca estuvieron más interesados en la muerte y en Dios al mismo tiempo, no sólo como intermediarios del cielo, sino que le han reemplazado en la tierra. Venden cruces como si fueran el Diablo con sus respectivos ataúdes, fosas privadas o comunes. El menú de aquel día infausto para las tropas norteamericanas en Mosul, podría haber dicho: Muerte súbita por los aires y a la carta . Y no se estaría hablando de una fantasía, sino realidad: no hay lugar seguro en Irak para las tropas invasoras. Irak no sólo huele a Viet nam, sino se parece, menos silencioso, pero lo que en el país asiático era selva y arrozal, en Bagdad, Mosul, Faluya y otras ciudades, son sus calles y el desierto, la tradición del Islam. En Faluya, hasta la muerte bosteza en sus calles ruinosas y hace rechinar sus dientes y huesos de una ciudad mutilada, sin cabeza, arrojada a sus escombros, sacrificada a su olvido, y cuyo destino fue su aniquilamiento en su propio altar. La muerte recorrió todos los closet y cuartos de Faluya y sacó a bailar a la misma muerte que improvisaba su traje como un cadáver recién planchado, en una su mortal voltereta de espanto y terror. El fin de año es para hacer balances y arrancarle la última hoja al calendario, y aunque diciembre no es otoño, cae. Pero este año es un rombo y no cuadra, le siguen saliendo pelos de las orejas, como cuando cuelgan los helechos en las ventanas tropicales. El poeta me hablaba de esos paisajes en los balcones frente al mar. Un verde intenso, brillante, de ramas encrespadas, tupidas, en los colgantes maceteros de totora y alambre. Un universo natural, frágil, iluminado. Este ventanal ahora sólo deja ver la nieve. La oscuridad de los recuerdos del verano. Es la historia blanca del invierno, que un día me relató, la que llega ahora .

§ Charlie y las mágicas llaves de la Nieve (Un cuento de invierno/Is a winter´s tale)

"Había una vez un sueño de nieve, que sólo los ojos de un niño podían ver. Ese niño se llamaba Charlie y tenía los poderes que la Nieve entrega una vez cada 100 años. Había ganado su confianza, porque siempre sonreía ante la adversidad, el mal tiempo o humor agrio de las personas. En invierno, la Nieve era su ángel protector. Venía de lejos, de lo alto, y no tenía tiempo en el tiempo. Sólo se presentaba en la fecha acompañada del frío.- No temas Charlie, que tú sonrisa me entibia los huesos, solía decirle en el sueño. Cuando voy rodando en las montañas en mis locas avalanchas, sólo sonríeme y podrás detenerme, le comentaba. Era una especie de instructivo que le pasaba por las noches, cuando afuera caía blanca, blanca, para que todos la vieran en medio de la oscuridad y al día siguiente la encontraran a los pies de sus casas, caminos, techos, en los lugares más insólitos. La gente no sabía que su objetivo era que la amaran y compartieran su belleza. La Nieve era hija de un sueño largo, que duró todo un Invierno, hasta que un día despertó y empezaron a caer de los ojos de su abuela esas lágrimas como copitos, porque se estaba muriendo. Así fundó a la Nieve, en una montaña muy alta, que siempre está blanca, como si esa fuera la casa de la Nieve, donde descansa hasta que llega el nuevo Invierno. Ahí, se sienta frente al porche, con su cara blanca, y se balancea, esperando su tiempo. El otoño va dejando caer sus últimas hojas como si ya fueran recuerdos de otro tiempo. Tiene una gran ventana donde va mirando pasar las estaciones. El verano, es rojo, la primavera verde, el otoño amarillo y el invierno, gris. La sonrisa de Charlie le trae el Invierno cada año, porque no podría seguir viviendo sin él. Cuando siente la brisa de un beso en la punta de la nariz, sabe que llegó y que todo está a punto de empezar. Listo. Se frota las manos, respira hondo, y dice: va a nevar. Sus ojos comienzan a ponerse blancos, sus largos dedos a enfriarse lentamente. La risa de Charlie se siente en la montaña y estremece su cuerpo. Comienza suavecita en su casa y el viento la va susurrando de puerta en puerta, como silbando sobre la última madera tibia, y así se aleja por el camino, avanza por un largo sendero de pinos, las primeras rocas vibran cuando la risa las toca, y asciende, risa a risa, hasta llegar a la cima de la montaña, donde todo es silencio. Los árboles mueven lentamente sus cuerpos y la gente en la ciudad sabe que algo va a suceder. Es la última gran risa, previo al Invierno. (El niño que reparte los periódicos siente un viento distinto que roza su rostro e ignora que los titulares que dejará mañana en las puertas de la casa, anunciarán la primera caída de nieve en la ciudad. Después de la gran carcajada serán sólo sonrisas, algo que le gustaba mucho a la mamá de Charlie, una profesora que adoraba a los niños y les enseñaba a amar la vida. Cuando tomaba la tiza en sus manos los últimos días de otoño, los niños veían la nieve dibujarse en sus cuadernos, y sabían la hora y el día en que llegaría a la ciudad en ese Invierno, como una fiesta silenciosa. A la Profesora, le gustaba retratarse en pantalones, con su bufanda escocesa, un sombrero de alas negras, y detrás, la nieve, mientras sonreía. Charlie había heredado ese gesto y don, y por eso fue escogido. El Invierno casi no dejaba sonreír a las personas en la pequeña ciudad entre montañas y frío, donde vivía Charlie, que debía cruzar cada día calles y caminos llenos de nieve, en medio de la montaña que siempre rodeaba a sus ojos, para llegar al College. Tocaba piano y la Nieve se sentaba en todas partes a escucharlo, y a veces, cuando la música le llegaba al alma, la ponía algo melancólica, como si estuviera enamorada, dejaba caer sus copos blancos inconfundibles sobre todas las ventanas, sólo para que la vieran caer con su largo e interminable traje blanco de novia eterna. Charlie cerraba los ojos y veía los copos de varios colores. Era parte del secreto de haber recibido las llaves de la Nieve. Las llaves tenían el poder de la magia de conocer el estado del corazón de la Nieve y solían cambiar de colores como los días: blancas, azules, grises, rojas, amarillas. Las llaves de la Nieve, abrían todas las puertas de las estaciones, no podían caerse al suelo, porque se produciría una peligrosa avalancha y se borraría la ciudad. De ninguna manera quedar olvidadas en alguna parte, porque traería fuertes dolores de cabeza a la Nieve y comenzaría a temblar en la montaña. Las llaves sólo debían estar en sus manos. Siempre se las llevaba a su College y las guardaba en una bolsita roja de terciopelo, donde se entibiaban, porque la magia nunca es fría, ni siquiera en invierno. Cuando se ponían rojas, las llaves anunciaban cosas fantásticas, y el día parecía quedar a cargo de duendes, que lanzaban polvos de colores de felicidad sin fin, que se mezclaban entre ellos, por toda la ciudad y eran los días en que Charlie sonreía más y tocaba piano, como si los dedos no le pertenecieran. Sobre su cuello, colgaba la bolsita roja, que se convertía en una rosa pequeña, porque nunca tocaba sin sus llaves en invierno".

P. D. Epilogar del año 2004

La noche se refleja en mi Laptop. El año vuela sin plumas, descalzo. Mira desde una esquina. No sabe que viene detrás de él. Tal vez que pronto se llamará enero del 2005. Una fecha, no es ni mejor, ni peor, un año se defendería de cualquier acusación. Lo importante es la lección que nos deja. Si él pudiera, nos aconsejaría no tropezar con, ni la misma piedra. Un año es un nuevo tiempo, no para repetirlo, sino construir algo distinto, cambiar, mejorar lo que uno ya ama. Un café negro, siento caer en su filtro, como si la noche se perfumara y se detuviera la página en blanco robada a la pantalla. Mis puchos marcan la noche con sus pequeños reflejos. La ceniza no es más que un nuevo comienzo. La nostalgia en estas fechas patea la vida, como si uno estuviera en plena pampa o en el granero de un camino amado en el Sur y en el tal vez, de un día, ese sueño se cumpla en cualquier punto de la geografía, donde una mano reconozca no solo las huellas de otra, sino sus cicatrices. Esa mano sé que la conozca y está abierta para mí. La noche, la cargan los recuerdos, como las fechas, signos ásperamente suaves, tantas jornadas, un diálogo con este 2004 devorado por la mentira de los medios, con su larga nariz de pinocho, para vergüenza de una profesión que se asienta en la verdad. La obsecuencia ante el poder real y fáctico, sólo acrecienta el malestar de una Nación, la envenena, divide, convierte en vulnerable y hace más frágil sus instituciones. Todo esto volvió a repetirse en el 2004, y el planeta pareciera no sólo cojear, sino respirar, bufar por la herida animal que el hombre le inflinge y no sabe que es así mismo. Tanto hemos perdido, que no nos damos cuenta. Sólo sabremos de nosotros mismos, cuando estemos en la casa del ahorcado. El 2004 ha perdido su propio aliento. Lo está despidiendo una catástrofe bíblica en el sudeste asiático: el famoso y temido fenómeno del tsunami, un maremoto que surgió en el Mar Indico en Sumatra, y que ya supera las 120 mil víctimas en 11 países. Hace 639 años, un tsunami devastó Alejandría y dejó miles de muertos en esa ciudad de Egipto. La naturaleza confiesa, a quienes se creen dioses. Yo, al leer este ejercicio 2004 sobre mi laptop, quisiera haber tenido un hijo como Charlie, que hubiera heredado las llaves de la Nieve y me tocara piano en este invierno para que regrese el poeta. "Fue una mano o un sonido/ que en aquella antigua tierra abrió la oscura puerta de par en par. /It was a hand or sound/ In the long ago land that glided the dark door wide.

 

 

 

INTERNET,
QUÉ VIEJA Y ENREDADA TE HAS PUESTO
(¿qué teje la araña bajo las sábanas?)


Por: Silvia Banfield

De la charla, conexión de dos computadoras en 1969,  surgió la clonación de la Babel de Internet en el siglo XX, con alas sin fronteras, clonada, infinitas palabras, la madeja del hilo verbal, digital,  una comunión en el pequeño anónimo altar del ordenador. Imagen del alba, pantalla blanca, hipnótica, sábana del mundo, ordenador del sueño, pequeño emperador del verbo  anónimo, -sincopado, galopante, ferozmente  vertiginoso-; bestezuela del silencio astral, en la pavorosa lengüeta, del azar, divina ubicua, dama  detrás del acento de las vocales y consonantes de la noche. Joven señora, ave parlante del ojo digital, eres libremente virgen aún, a pesar de los demonios que incubas en una de tus colas dragonas, y te haces al espacio, libertina, marquesa de Sade, Cassandra, simplemente, Penélope. Tejido eterno que  desconoce el origen y paradero de las palabras, sitio fugaz  de Troya, un universo que  se acuartela en silencio, cuarto oscuro  de la Utopía, que se pasea con un desconocido en un campo para nudistas. Esta no es la Historia, ni un remedo de su subproducto fuera de estación, sino el viaje alucinado de la Cantante Calva por las peluquerías de Manhattan, un 11 de septiembre. Sin cabello se deja atrás la noche en Hiroshima, una peluca es el retoque para traspasar el Muro de Berlín, o el uso de una utilería perversa, abandonada en una casa rodante sobre la frontera de México, con 300 retratos de las mujeres de Juárez, orinando el rostro de sus verdugos. La costilla que Adán reclama pertenece a Eva, la que cargo esta noche multiplicada de acentos huérfanos, vino agrio para  pueblos conquistados en un ajedrez de piezas romanas. No es un circo y se le parece, hasta cuando los payasos lloran o imitan la felicidad en el centro de sus carcajadas. Largos zapatos para este invierno. Maquillaje para sentirse  un desconocido. Agitar la coctelera del miedo, para el happy hours, y para, para, que corriendo no avanzamos más que estar detenidos en una estación del tren que no llega.

§        ¿Clic o choque de civilizaciones?

¿Qué sintió la primera computadora y el nodo cuanto todo fluía a las mil maravillas? Inglés, francés, castellano, japonés, chino, alemán, italiano, holandés, son los idiomas en la Red. De 30 millones de usuarios en 1996 a 800 millones y se esperan 1.400 millones en menos de tres años. La mayoría de los usuarios están en Europa, 31 por ciento,  Estados Unidos y Canadá, 30 por ciento, Asia, 29 por ciento, América Latina, 6 por ciento. África con un 1 por ciento. Son estadísticas, el enredo es mucho mayor e intangible en su impacto. ¿La Red es el mensaje o el mensaje es para enredarse? Es un nuevo universo, virtual dentro del real, que desploma las fronteras del espíritu y de la carne, un menú, agenda, el mudo azar de un encuentro inesperado,

La Red habla en un 72 por ciento en idioma inglés. Mucho speak English. Palabras, mensajes, estadísticas, noticias, el amor en la red, todos los fluidos humanos corren, vuelan, se hacen instante, se mezclan, trasvasijan. Nunca hubo más promiscuidad verbal en la historia de la humanidad. La palabra es un perfecto camaleón, cambia de idiomas, su color es otra moneda que busca respaldo, usa su propio ropaje, se camufla, es abierta como un molusco. El fonema suena. Las vocales y consonantes sé verborrean en el chisme, son enjambre en el vicio del chat, se desnudan sobre el despunte de un labio en flor y la desesperación errante, las camina,  y arrodillan invariablemente su cerviz  banal.  Todo depende de quién y cómo la use y abuse. Ha nacido también un abecedario raquítico, un enjambre de palabras despelucadas, fiambres, aunque aparenten novedad, frescura, porque resultan ser pobres ratas sin fe, definitivamente palabras con cola de ratón. Mucha vitrina, pasarela, desplante, verbo transgénico, no trasgresor, afiebrado de apuro, sin diente o con frenillos, reciclado. Es un sofisma lo que trae esta hora en la mirada indefinida, sin horizonte del poder fáctico, real, ese que le pasa la factura a la humanidad. Dentro del limpio trigal, la rata hace su nido y habita el gris amanecer de su día depredador. ¿Choque de civilizaciones? No podemos vivir sin etiquetas. Es más real un choque de trenes en la India, y ver el amasijo de hierros y cuerpos, posar en estricto rigor mortis para una fotografía más del error humano. ¿Por qué el siglo XXI, es nuestra reciclada Edad Media, donde un Dios bueno lucha contra un Dios malo en el despreciado universo de la realidad? Han vuelto a subir a la historia a una silla de ruedas, vendada de ojos, sin piernas,  y la libertad, cargada en sacos de arena, va recitando: mamá me aconsejaba tomarme la sopa de letras/ en los helados días de invierno/ si no lo haces, unos enanos colorados/ pasarán a buscarte y ya no sabremos de ti/ pero te recordaremos cada vez que escuchemos/ el abecedario en la TV y un nuevo día se abrirá en el horizonte/ Ten Fe, la letra con sangre entra. Es una Edad sin caballeros y las Ladys, cada día toman el caballo de la historia con sus propias riendas. Dejan  el castillo de arena tras el puente levadizo y la nueva pradera que les espera, abierta, llena de oxígeno, un espacio para conquistar a pulso. El Castillo ha perdido una flor y la dama sus cadenas. ? Il Cavaliere,  Silvio Berlusconi, ubicuo personaje de la escena italiana, ha perdido su mano derecha-al signore Marcello Dell Uttri, embajador de la mafia italiana-  en un juicio por soborno, donde el Primer Ministro ha resultado ileso. Pero Italia, celebra la remodelación y reapertura de la emblemática Scala de Milan. El templo de la ópera, abre sus puertas tras tres años de remodelación intensiva, con la obra simbólica, "Europa riconosciuta" ("Europa reconocida"), del inefable y enigmático Antonio Salieri. El Teatro alla Scala, construido por María Teresa de Austria, se inauguró el 3 de agosto de 1778, con la misma obra de Salieri, quien murió olvidado en un manicomio y envuelto en sus intrigas palaciegas en la corte de Viena, contra Amadeus Mozart. La historia se encargó de ubicar a cada uno en su lugar. El mundo ofrece otros eslabones, sofisticadas cadenas, y es capaz de atarse de manos y piernas para no echar a correr. Tanto va el cántaro al agua, que el poema por fin se quiebra. ¿Cara o cruz? ¿Dios lanza los dados tan seguido

¿El enemigo está en todas partes o en ninguna?

¿Dónde está el enemigo, se pregunta  aun el sargento Jimmy Massey? En todas partes, responde GWB. El enemigo tiene un Dios malo y es ubicuo. Escupa al cielo, y verá que le devuelve una nube verde como un rayo espeso sobre el ojo. En las carreteras de Irak, asesinábamos civiles. Más de 30, recordó el sargento. El desierto, un paisaje detrás del telón de la historia, lo que la realidad quiere ahora que se le reconozca, se desprende como el olor de los muertos que tapizan las alfombras de Bagdad o Faluya. Se puede huir del sitio, hasta de la muerte, dejar la vitrina del horror en un café de la ciudad devastada, pisotear la colilla de un cigarrillo con calculada indiferencia, juntar los dedos de la ruindad en una oración, y volver a entrar descalzo sobre el cuerpo de una mujer, o seguir la risa de un niño en un parque de entretención, sentir los huesos aparentemente tibios en su lugar, cubierto uno siempre de su piel, en fin, con el empaque intacto, completo, dos pies, dos manos, el sexo humeante, pero siempre habrá una vida que se nos fue entre las manos y la memoria vendrá a cobrar ese sacrificio en vano, cuantas veces sea necesario, jueza de nalgas firmes y voz potente con la estrella atravesada de un Sheriff o la balanza del destino. Es un pueblo lleno polvo y olvido, el hostil presagio de la nada, la azucarada, engañosa mañana y aún entra el sol tibio por el portal del mundo y nada  se compara a un día sin horarios, a lo que decimos y dejamos de decir en el hilván de un café, para volver a soñar. Hay un tiempo para apagar el televisor, dejar que la antena pertenezca a su propio espacio y tocar con los pies descalzos la tierra húmeda, y dejar a los amos de esta encrucijada, en sus sanatorios, compartiendo el horror sin muelas, que les mastica las yemas de los dedos, como si el tiempo fuera un reloj sin esfera. Esta mañana se ha detenido todo. Llegué tarde a la Redacción. No había un compromiso adquirido más que tácitamente. Pero pasé. Una redacción vacía, es más impresionante que una montaña desolada, porque sabemos que la roca es muda y su fuerza radica  en su inmovilidad. De la paciente roca, sólo esperamos su muda belleza. Su pasado no agota su futuro, ni cuestiona el presente. Roca dura de mover y convencer/ roca sin boca/ ni lengua/ muda roca/ paradoja/ quizás algún día aprendas/ que es más firme/ el viento que pasa y te toca. Bajo del insectario  clavado sobre la pared, de la agenda  amarilla, un papel, un mensaje con la letra del Editor, inconfundible, ordenada, clara, pareja, en tinta negra, y el encabezado: SB. La libertad absoluta es lo último que nos queda. No le pongas fianza, sino confianza a la libertad y a la palabra. Bajo palabra, sólo la palabra. El miedo es un lugar común, inútil muletilla para un periodista. En el lenguaje, todo es permitido, como en el amor, pero los hechos son el festín de la realidad. No sólo quiero la punta del iceberg y que me perdone Hemingway. Bucea en el prefacio de los hechos. No le des una orden equivocada  y antes de tiempo al epitafio. El exceso de luz, tal vez no haga creer que todo paisaje es igual asimismo. Una página en blanco, sólo es igual así misma. Bucea en la orilla, para llegar  a las profundidades. Quiero un texto sin norte, ni sur, de cuatro orejas y cinco pares de ojo, que me diga lo que no sé, y que debiera conocer, y le  deje saber a mis sentidos, la palabra aún, todavía. Obliga al lector a hacerse preguntas, que discuta contigo hasta cuando va a dormir, y que sepa que su reflexión es su único salvavidas. Los grandes del periodismo neoyorquino, hablan de la mancha de aceite que lo impregna todo, desde  las bastillas de los pantalones o enaguas, al cuello de las camisas. La tinta de las ideas cambia la sangre. Contamina al lector a tu manera. El periodismo no es nuevo, ni viejo, ni tiene más pisos que los necesarios. Muévele el piso al lector. Súbelo a la Scala de Milán. Que te lea con atención la mismísima Elfriede Jelik y se pregunte: Was bleibt einem also libring (¿Qué nos queda?) Esa es la interrogante de todo lector, que no aspire a quedarse con el pelo del  lobo de la información. Enrédate en la Red, SB, tejido y araña de un mismo lenguaje. Ni una como por fuera, el texto como una camisa de fuerza para disfrutar con una margarita. No más palabras, debo partir. Los editores son algo obscenos con  la distribución del trabajo. Ellos, son los encargos, y nosotros, las entregas. Mensajes que llevan implícito cuadrar el círculo y de paso no perderse en el triángulo de las Bermudas. Es como creer en las Naciones Unidas y en la paz del Medio Oriente, al mismo tiempo y de paso, que en estas navidades, Irak será una tasa de leche. Ninguna tesis favores a GWB en esos escenarios del mundo. Ha montado un sofisma del cual no podrá salir fácilmente. Elecciones = paz, es el sueño del pibe en Disneyworld. Y sólo Carlos Gardel, de cumpleaños este 11 de diciembre, está para seguir  cantando tangos cada día mejor. El mundo baila un horroroso vacilón. Textualmente, en estado de coma, y punto, señor Editor. Ni el medio ambiente nos favorece, porque sabe que nos  digerimos los recursos energéticos del mundo como un gigante egoísta y de paso le hacemos un hueco en la cabeza a la Tierra, por donde nos suicidamos olímpicamente nosotros mismos. Aunque el mundo camina al revés, en el horizonte de la esperanza se realizan dos eventos singulares en América del Sur, donde el verano ya le rasca la espalda al sol. Buenos Aires, Argentina, y el Cusco, la antigua y legendaria capital del imperio Inca, renuevan el paisaje americano. La porteña City de  Buenos Aires, en medio de la Cumbre mundial sobre cambio climático, ha devenido en el realismo mágico con algo de surrealismo, porque Greenpeace ha acodado al lado del Obelisco una inmensa Arca de Noé, graficando el exceso de lluvias en le mundo debido a la emisión excesiva de gases efectos invernadero. George Bush, corona la escena con un paraguas, bajo la letra Singing on the rain (Cantando bajo la lluvia. La letra, dijo uno de los responsables de Greenpeace en Argentina,  Juan Carlos Villalonga, es un clásico  norteamericano y  representa el Sueño Americano de destruir el clima. En medio del ambiente, el Abierto de Golf de Argentina, debió suspenderse por las tormentas eléctricas. Nada favorece a los 18 huecos más inútiles y ociosos del planeta.  En el Cusco, se reunieron  los gobernantes de 12 naciones de Sudamérica, que representan 361 millones de habitantes y exportaciones por 180 mil millones de dólares. Una alianza andina hacia una integración real, donde confluyen importantes bloques subregionales: la Comunidad Andina de Naciones, que integran Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia, y el Mercosur, con Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay. El tiempo dirá si la burocracia no le gana a la integración, como ocurrió en el siglo XX. Se ha lanzado un slogan: Sudamérica para los sudamericanos. Yo diría, un Sur unido para negociar y pararse frente al mundo. 14 mil kilómetros cuadrados de bosques, se talan anualmente en el Amazonas brasileño. Una cifra para pensar.

§        ¿Un blindaje más seguro para los soldados y la muerte?

El slogan de la Casa Blanca: un mundo más seguro, es inseguro hasta para sus tropas en Irak que reclaman más blindaje para sus vehículos. Se va a la guerra con el ejército que se tiene, sentenció y respondió tajante a la tropa, el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, en una comparecencia en Kuwait, ante el mayor desosiego que se ha producido desde que se inició la guerra en Irak. (UNICEF, acuña la frase Un Mundo apropiado para los niños. Pero habría que agregar, apropiado para vivir en la miseria, porque más de  mil millones no tienen acceso a bienes y servicios básicos. Tantas definiciones idílicas, fantásticas, para un mundo real que agoniza, desvalorizado, ciego, cruel, cada día más inseguro y bajo constante agresión Un mundo más seguro, apropiado y próspero. Estados Unidos hará las primeras inversiones en Cuba, después de su ruptura de relaciones hace más de cuatro décadas. Construirá una moderna y cómoda y placentera cárcel en la base militar que ocupa en Guantánamo, sonde invertirá 25 millones de dólares para edificar 200 celdas para prisioneros de guerra. El terror, valoriza la propiedad en ultramar. Lo que si no contribuirá al desarrollo económico y social de la Isla, porque la mano de obra será norteamericana, como los materiales, los custodios, la alimentación y todo tipo de vituallas. Contará con una guardia profesional de 324 hombres, a tiempo completo. Ahí gana la economía norteamericana, nuevas plazas de trabajo. El terror globaliza las fronteras. Guantánamo es una base global, porque allí están recluidas 550 personas provenientes de 42 países. Sólo cuatro han sido condenados.

"¿Por qué los soldados tenemos que revisar los basureros locales en busca de metal de desecho y cristal antibalas usado para mejorar el blindaje de nuestros vehículos?", preguntó Wilson, provocando estruendosos aplausos y vivas entre los más de  2000 uniformados reunidos en un enorme hangar para participar en una sesión de preguntas y respuestas con el secretario de Defensa. Lo cierto que las fuerzas de ocupación occidentales han transformado en un gran basurero la vida y las ciudades de Irak, El milenario país, cuna de la civilización, agoniza por metro cuadrado, y ya las tropas saben que combaten contra un fantasma que se reproduce en las sombras del desierto, en las enredadas callejuelas de Bagdad, en las ruinas de Faluya,  o donde el Tigris y El Eufrates viajan con la desconfianza de un comerciante extranjero. Wilson dejó indefenso a Rumsfeld, como le ocurrió en un país del Caribe en una reciente visita, cuando le preguntaron, ¿si las armas de destrucción masiva no existen en Irak y aún las buscan algunos funcionarios en su propia imaginación, por qué Washington no se lleva las que abandonó en  este país, tras décadas de ejercicios militares y de experimentación con armas químicas sumamente letales? Sonrió Donald, y confidenció con la certeza de un conocedor: antes de salir de Estados Unidos, me advirtieron que me harían esa pregunta y yo le respondo: "este es un caso cerrado". Poderosas bombas sin detonar y otras armas de guerra, aún  yacen enterradas en diversas islas del Pacífico, por donde transitan diariamente los habitantes de esos lugares. Otros elementos químicos regados por selvas o  en el fondo marino de las cristalinas aguas caribeñas. Nadie reconoce esas armas reales  a punto de estallar, y no las quiere ver el mundo, ni la ONU envió inspectores. Son países sin nombre, ni apellidos en el escenario internacional. Hay parias de varias clases, al parecer. Parias parecidos a una sentencia de muerte por los mísiles, invasiones o la deshumanización de sus justas causas perdidas. Michael Moore, ya tiene un caso, una historia real. El ojo de su cámara debe mirar para el Sur y ver con los ojos del presente, el Sueño Americano.

§        Fuera de juego, más que ausencia

 Im abseits, que significa en mi  ausencia o al lado de la vida, (-también lo he visto traducido como Fuera de Juego-) prefirió decir en su discurso grabado, ante la Academia Sueca, la flamante Nobel de literatura, e irreductible pianista austriaca, Elfriede Jelinek. Un enunciado aparentemente claro, para un mensaje críptico en la literatura, alejado aparentemente de sus posiciones políticas de izquierda, sin protocolo de ninguna naturaleza ni concesiones. Se preguntó, si escribir es la propiedad de adaptarse a la realidad, una realidad que no existe y que es complicada: «Una realidad que es como un peinado que adoptan los poetas aunque ningún peine sea capaz de desenredarlo y les martiriza durante la noche. refiriéndose El tiempo, sostuvo, «que nunca se vive, pero que penetra en la obra de todos los escritores. Tal vez se llega, a un camino imaginario «azotado por el viento de la rabia y de la radioactividad, un camino que descubre las caras cubiertas de sangre que vemos por televisión, las caras de las mujeres que no tienen voz, un camino que es la escena indiferente de tantos pecados, y que está cerrado para mí, porque me encuentro a un lado de la vida. El lenguaje es un perro, dijo, que me debería proteger, pero también me acosa y persigue como una cámara de fotos "Tiene muchos nombres y desaparece a veces". Y siguió en su críptico laberinto en el Danubio oscuro de su lenguaje evocador de su propio lenguaje. Nada, nadie llegó. Lo que queda del lenguaje no lo deciden los autores. Lo que queda, ha desaparecido. Contra toda lógica, lo que nunca llegó quiere quedarse un rato. Lo más pasajero -el lenguaje- se ha desvanecido. Aquello que debería permanecer, siempre está lejos o, por lo menos, no está aquí. Y terminó interrogándose, enfatizar sobre su a pregunta: «Was bleibt einem also libring (¿Qué nos queda?)» La vienesa, que sé auto califica de Cassandra, autora de la novela,  La pianista, pone al descubierto el lenguaje cotidiano mudo, engañoso, falso, desmitifica la palabra como algo bello, bondadoso y bobo. El lenguaje es lo más problemático, nos dice, es el que funda la realidad, y con él debemos convivir de una manera más creativa, real, verdadera. Exorciza la  verdad a través de la mentira, con un lenguaje grotesco, descalabrado en sí mismo. El lenguaje, a pesar de su inconveniente, es lo más importante dentro del ser humano, su herramienta más eficaz, nos expresa una y otra vez,, Elfriede Jelinek, quien  subraya que el lugar del escritor es la marginalidad. Es una realidad desgreñada, la que describió ante la Academia Sueca, aunque se salga muy bien peinado de casa, se enreda el cabello y no hay peine que pueda desenredarlo. Penélope en su lenguaje de encuentro con Ulises, hacía todo lo contrario o despejaba el camino, entre el origen y el fin, hacía y deshacía el tiempo entre sus dedos. "La escritura, que tiene que ver con lo que ocurre, se cuela entre los dedos como el tiempo, y no sólo mientras se está escribiendo, que es un tiempo en que la vida se detiene. Nadie se pierde nada si la vida se detiene. Ni quien está vivo ni el tiempo muerto, y mucho menos quien está muerto. El tiempo, como alguien ha escrito, se introduce en las obras de otros escritores", concluyó.

El siglo XXI es el fin de tradicional tiempo. Ya no tiene espalda el tiempo, ni rostro. El tiempo se lava las manos y deja que un largo río corra. El tiempo no avanza, ni muere,  es el ejercicio de su sombra el que permanece. El tiempo es el espacio más eterno del presente. Jelinek se ha perdido el baile en el salón Dorado, donde los Nobeles  danzan al ritmo de su nueva fortuna, pero seguramente recibirá en Viena el lauro de manos de la Reina Silvia. No dormirá en el Grand Hotel, donde Pablo Neruda firmó en 1971: de la bella ciudad fría, y el Palacio Real frente a nuestras ventanas. Suecia, tierra vikinga, es centro de cultura mundial gracias al Nobel. Su boscosa geografía bordea los 450 mil kilómetros cuadrados y  fue un témpano de hielo  sólo hace 14 mil años.  Tal vez por ello, la llegada de la primavera es una fiesta de coros y fogatas en Suecia, la noche de Valpurgis. Pero  Jelinek es contrapunto y fuga de su propia realidad femenina."Cuando uno tiene un destino, entonces es un hombre; cuando uno se le impone un destino, entonces es una mujer".

§        La cabellera hirsuta del idioma

La cabellera  hirsuta del idioma está en la Red- Una vieja alcancía del abecedario. El idioma que no encuentra palabras y se llena de gestos. Signos que simulan y disimulan y estimulan. Palabras que obnibulan. Palabras que atraviesan el hilo de la noche. Palabras de lluvia. Palabras/ nieves blancas/osos/montañesas/trepadoras/al alba/sendero/camino de seda/piel/rodillas/luz/vuela. Se recicla el aire, se clica el destino. El tiempo es el mayor personaje de nuestro tiempo. El poeta William Blake, sostenía que la visión real del Tiempo es una perpetua juventud. El Tiempo es un hombre, el Espacio una mujer,  y su porción viril es Muerte. Palabras de Blake. El tiempo entra por ese espacio infinito y muere quizás en cada coito, que es la pequeña muerte y esperanza de un nuevo amanecer. El tiempo, sin embargo, tiene jornada completa. Desayuno, almuerzo y cena, y una merienda al atardecer. Se alimenta de todos nosotros. Carga en un saco vacío todas las estaciones y la eternidad la lleva en un anillo que nunca está en un mismo dedo. Su sombrero atado  al monólogo de Hamlet, decora la puerta de un aeropuerto, pero alguien siempre se lo lleva y vuelve al mismo lugar. Sus carcajadas y tristezas rojas y amarillas, pueden ser un trigal, la voz vacía en un acantilado, o la higuera que crece de noche en medio del olvido. La enredadera ya ha remontado la noche en sepulcral silencio de escalera sin dueño, estigmatizada por la mala suerte. En alguna posada o motel, la interpretarán como el fantástico cuerpo de la noche que duerme a tu lado por su propia cuenta y riesgo. No ha bebido una sola cerveza, está limpia de pulmones, olor a manzana, rotunda en su boca de fresa dijeron al otro día los diarios. Una primera plana para la muerte no es un hallazgo, es una fría constatación de la realidad, la rigurosa palmada del presente. El café, el periódico crujiente, la mañana  lenta tortuga no abre los ojos más lentos porque no puede más que mirar la arena que conduce al mar su caparazón, la espalda centenaria es su tiempo, tiempo sin fuga posible y que el océano devolverá en el próximo apareamiento. El telón no se despeja, si se baja. No basta con imaginar que uno borra el horizonte. Su línea seguirá  perpetua, marcada aunque no salga el sol.

§        Las preguntas

¿La aguja nació para ser buscada en el pajar?. ¿Las lágrimas, para ser derramadas?. ¿La noche para oscurecer el día? ¿La Luna para inventar las mareas y enamorar a los enamorados? ¿El chocolate para producir felicidad? ¿La poesía para soñar una mejor realidad? ¿El gusano para recordarnos la muerte? ¿La serpiente para arrastrar el "pecado?" ¿Pecar por error u omisión, o pecar por pecar? ¿El olvido nació para opacar la memoria? ¿El silencio surgió para que existieran los paréntesis? ¿Las preguntas surgieron para que existieran las respuestas o más preguntas? ¿Eva y Adán se quedaron ene  paraíso sin preguntas o encontraron la respuesta? ¿Quién hizo la primera pregunta y dio la primera respuesta? Lo cierto es que el mundo cuenta con muchas fábricas de preguntas y han surgido muchas más en estos años. Sus nombres son algo triviales, los de las fábricas, digo: Lugar de la incertidumbre, Sitio de Interrogantes, Sólo preguntas, Mi interrogante  favorita, La casa de la pregunta perfecta, La pregunta esperada, La pregunta del amor, La última pregunta. El mundo se saturó de preguntas y quiere respuestas. Las estadísticas de la autodestrucción global, son un silencioso Apocalipsis, superior a todas a las batallas emprendidas por la muerte. El hombre es una máquina eficaz de aniquilamiento de su especie, demuele los cimientos de lo que le rodea, perfora su propio cuerpo, hace irrespirable la atmósfera que le da vida y mantiene en pie. Al slogan  vacío de un mundo más seguro, debemos agregar, y descontaminado y libre y democrático y solidario y de oportunidades y de paz. ¿Habría que crear las fábricas de las frases bien intencionadas? ? ¿Es una buena pregunta? ¿Tendrá respuesta? Lanzarlas como esas alfombras rojas que dan la bienvenida. ¿Cuántos pasos  resiste una alfombra? ¿O cuánta vergüenza tolera y soporta el país que recibe a un visitante non grato? No todas las palabras son las adecuadas, ni sirven. Es tan indefinido, elástico, impreciso a veces el lenguaje, que por eso  inventaron el protocolo. La camisa de fuerzas de la diplomacia: dos mentiras al mismo tiempo. El espanto y el horror alquilan un cuarto a medias, al miedo que por precaución nunca se mira al espejo.

Sobre esa débil, temerosa costilla, no se puede construir un paraíso, ni siquiera una firme caseta en el desierto. Sopla diciembre los mismos vientos de arena. ¿Al otro lado del  mundo está la guerra o está aquí? Los ataúdes embanderados son cadáveres. El ejercicio inútil de un pequeño Dios. Es el spam, la  mortal plegaria de la guerra que viene del cielo en forma de misil de bombas de media tonelada. Estalla el sermón en la montaña o en las ciudades de Irak. Es un mensaje para la eternidad, el de la más devastadora prolongación en el tiempo. Por siempre, definitivamente, post, post. For ever, ever. La montaña no devuelve el mensaje, se estremece. No es Mahoma, es GWB.  Disfrutaban matando,  son las afirmaciones del sargento de marines Jimmy Massey. "Yo sé que hemos matado a civiles deliberadamente. "Nos hacían correr cantando: ¿Qué hace crecer la hierba? ¡Sangre, sangre, sangre roja brillante!' y nos entrenan para matar, mataremos!'...sostuvo Hinzman. Palabras coaguladas, rutina previa de la muerte, paréntesis mentales saturados  de azufre, los soldados dejan  sin habla a Dios. El mundo es más que una trinchera. Una parte se diseca, otra sangra, pero también está el cuerpo de botánica, vivo, esplendoroso, exuberante, que respira por todos los poros. La muerte no sólo es vieja, sino puta. Después de Auschwitz,  será imposible escribir poesía, dijo Theodor Adorno. Paul Celan, judío, poeta, escribió en alemán después de Auschwitz. Después del después siempre una palabra. La bella Beatriz guió al  divino Dante al Paraíso. Siempre una posibilidad. La renovación es el futuro por encima de la muerte. Veo el ventanal de la noche que me repite escenas ya conocidas. Es el huérfano metal que tabletea en el Medio Oriente, lejano mundo aparentemente, pero todo es un eslabón que recorre como la sangre nuestro cuerpo. Mañana se despejará el día. Lo sabe la noche y quizás el hombre prefiera ignorarlo.

 

 

EL SECRETO MÍO QUE NADIE CONOCE

Por: Silvia Banfield

Hay que hacer las cosas a tiempo en el tiempo. Todo se recicla en presente, Heráclito. Un río puede ir de la mano y ser la ciudad adivinada en el sueño que borra la noche. ¿La mariposa hace contacto con el aire o con el color de sus alas? ¿Dónde ven primero los ojos: hacia dentro o hacia el paisaje? Se recicla la palabra, la chatarra, la naturaleza recicla en el ciclo la vida que respiramos. Es tal apetito por retener lo que podría fugarse o dejar de ser, que un alemán se comió una persona, invitado por la misma víctima a través de Internet. La antropofagia comienza casi en el sueño. Gumaro de Dios Arias, oriundo de Tabasco, México, homosexual, drogadicto, se comió parte de su pareja y durmió con ella durante la noche. ¿Velando la muerte, el crimen de la vida? ¿La muerte lo recicla todo? La vida tiende la mano detrás del río, entre la niebla espesa del camino, la esquina que abandona la espalda como último sustento del cuerpo en el adiós. El agua se recicla, Heráclito, todo, absolutamente, y nada escapa de esta esfera azul que bufa, resopla, carraspea, traga, devora, y nos permite que construyamos calles, casas, caminos, ciudades, puentes, talemos árboles, incendiemos bosques, disparemos gases mortales por la atmósfera, y nos suicidemos finalmente con algo más delgado que una soga. ¿Algo le sobra o le falta al planeta que todo lo recicla?

§ Acertijos de fuego

Quizás el hombre que se cuelga de una cruz frente al precipicio y asciende en una escalera sobre el hombro de la muerte. Inventa historias, como el Canto del Cisne, o del Ave Fénix, Romeo y Julieta, Tristán e Isolda, y en su pequeña esfera personal todo lo hace girar entre la vida y la muerte, y el amor, que muchas veces necesita un traductor para entender que sucede alrededor. En una esquina se vende el alma y en la otra se ofrece su rescate, su salvación. ¿Se intenta reciclar el destino? Hay urgencia de todo. La combinación del instante con la velocidad, que se deshace en el abuso solemne del silencio, la pequeña dimensión desconocida taquigrafiada de la realidad, donde la palabra no afloja su lengua. El bolo alimenticio nos rumia el desierto que atravesaremos. Nos permite ver el espejismo y conocer nuestro pasado. La gracia no está en robarle el fuego a los dioses, sino al Diablo, a cuya llama todos acudimos al chasquear de sus dedos de cerillo. Una frase de calurosa acogida a nivel global, reciclada en el mismo infierno, claro está: la fiesta está que arde. ¿Monólogo de un mismo fuego, todos los fuegos? La Historia que nos pone en el camino de los acertijos: ¿Qué ardió más: Roma o el corazón de Romeo y Julieta? El fuego es casi un misterio. Sin él, la vida sería aún más cruda. Entre dos fuegos, tu fuego. Algo se cuece a fuego lento sin que lo veamos. El fuego enemigo es el bumerang de nuestro fuego. Jugar con fuego, es el altar del peligro, el escalofrío que el fuego azuza. ¿El fuego es sacrificio o esperanza? Un inmigrante se seguirá sosteniendo a un clavo ardiente cuando atraviesa su frontera, aunque haya dejado atrás la hoguera de su propio camino. En el país de la Tierra del Fuego, llegan las noticias que la democracia y la dignidad apagó la mal llamada Llama de la Libertad , un símbolo de quienes abolieron todas las libertades en Chile y mataron a la muerte. Yo me conformaría con el fuego de los ojos del poeta. No más fuego que la pasión. Tantas propiedades y matices tiene el fuego, como una crónica bien escrita, y está lejos de ser una frase mía. Una lectora de Alaska me dijo que teñía mucho de amarillo una de mis crónicas, una gran mancha de yellow sobre una página amarilla, algo así me comentó. Yo le contesté, que el éxito de una nota son sus matices y es lo que intentaba, porque sólo un ciego podía ver el amarillo, o era lo único que en verdad lograba distinguir en la bruma de su paisaje. Me imagino que para ella, el blanco es el color más transparente, perfecto, y aún así, necesita del negro para contrastar y sentirse blanco. En algún momento se reciclan y dan el gris. La nieve sabe que tiene sólo un tiempo para ser blanca absoluta y es durante el día. La noche no admite matices visibles, aunque la luz trabaja en el esplendor del artificio y es también umbral de un nuevo comienzo. Crea una nueva mirada, un lenguaje visual, aunque la razón del espacio es la noche que recicla su propia oscuridad. Toda la poesía del siglo XXI se recicla en el telar de la primera poesía que irrumpió con la primera palabra y aún, en el gesto, el verbo sólo pronunciado al amanecer antes del alba-alba.

§ ¿ The war on terror ?

La calle pareciera haberlo reciclado todo. Dejo que el ventanal corra el paisaje. La memoria puede ser Bombay, París o Nueva York, como El New York Time que tengo frente a mí, como un fardo noticioso que recrea el mundo en la esponja del tiempo y la palabra. Dirty Found Number 1 , se llama la publicación citada por el NYT, que recupera el abandono, lo que fue, una especie de documentación del instante vivido, de la acción que fue ejecutada, cuya característica es que la prueba escrita o el objeto de la intermediación, fue tirado a la basura, descuidado, o recorre una suerte alejada del emisor y el destinatario. Alguien lo recoge y pone ad valoren para Dirty Found Numer , que lo circula en sus páginas. Puede ser un simple mensaje en un papel amarillo: Y Love , una frase que se encuentra en los baños, o una foto sugerente, erótica, no porno, -aunque hay quienes hacen sexo,- mensajes que cumplieron un objetivo y tuvieron un propósito. Si bien los textos son simples, son también curiosos, inclusive en su espontánea confección. Lo que más podría importarle a un lector avisado, es que hay detrás de ellos. La motivación del texto en el contexto, intertexto que ronda, se pone a circular, en camino de un reciclaje ante nuevos ojos, totalmente alejados del hecho. El primer lector lo descubre para sí y le interpreta. Le conduce a sus editores con los elementos que considera apropiados y ya tiene un valor agregado el texto original. El lector tiene la oportunidad de ensamblar su propia figura en al imaginación, recrear la escena previa. No siempre un dato conduce a otro, pero en el paréntesis, puede surgir lo nuevo. Son pruebas contaminadas de amor, un verdadero collage, detalles sobre la sexualidad, y el lector se engancha con un pasado desconocido, reflotado en el azar y en el juego. Alguien arroja una escena de sus días( 1 4th street subway station stop in New York) , la tira un mediodía en un basurero, u olvida en Brooklyn, Boulder, Colorado, Boston o en Chicago, como si las piernas colgaran del trapecio, queda el deseo en un viejo, desahuciado refrigerador, detrás de la puerta de un apartamento, y otro, la recoge y envía a Jason Bitner y Daby Rothbar, fundadores de la revista Found Magazine. Textos basura también en el basurero público, leamos: Hola, tuve cibersexo con un chico llamado Eric. Amo el sexo y ahora tengo un palo. Es un anónimo, que al final de la nota dice: Memo (Hi, Y had a Cyber Sex!! a guy named Eric. Y love sex. Y have stick ) Son textos escritos más bien bajo la óptica de lo que comúnmente se le llama en inglés slangs , en el vicio de un idioma dudoso, surge el código de la urgencia, el acto personal. Se parte en dos la naranja en medio de los afectos: la vigencia de lo corporal y la palabra. Asimismo, como el amor arrastra sus aguas en las cañerías de la ciudad, surge el tema de lo actual, la vigencia de la guerra, el monopolio del miedo y terror. La náusea compartida en el closet de la democracia con libertades restringidas. Un ataúd anda suelto en diciembre en medio de la nati-vidad, premio negro, de doloroso luto para alguna familia. Azar desposeído de suerte . Otro mensaje de Dirty Found, dice : The war on terror---La guerra contra el terror

The wore on tear ---usando harapos

The tore n' ware ---destrozado por un propósito

The tour n' wares ---viaje de propósitos

Detour answers -----Respuesta desviada

Deter askers --------descorazonados pidientes

Disasters ------------Desastres

Ha' a murder bad fukin day --two flat tires ----Ah,  "chingado" asesino dia----Dos cauchos pinchados

  • El secreto mío que nadie conoce

Muchos de los objetos y textos enviados, superaron las expectativas y la filosofía de Found Magazine , lo que dio origen a Dirty Found Number 1 . El Diario de una joven artista neoyorquina, titulado: " El secreto mío que nadie conoce ", abandonado en un basurero, con un total de 120 páginas, influyó en la nueva edición. Uno no se explica como la mujer lanzó su intimidad a la basura. Es una crónica pornográfica y erótica, ilustrada por la autora, sostiene el NYT. ¿Qué le habrá impulsado abandonar la documentación de sus confesiones y sudores? Las 120 páginas no fueron enviadas a Bitner, sino sólo 9 de ellas, arrancadas después de ser leídas, como si fuera un carnicero sobre las costillas del animal indefenso. Un texto, arrojado por su autor(a) en el anónimo desprendimiento de un pedazo personal de la vida, es el camino a la convicción de un futuro suicidio. Refleja una extrema orfandad, una cierta insalubridad mental, la cicatriz del inmolado que no muere. Síntoma de animal urbano peligrosamente herido. ¿Qué rostro dejó la artista al borde del basurero y qué dolor la empujó hasta allí? Las nueve páginas enviadas por alguien anónimo con una nota explicatoria, fueron a parar a un cajón en Chicago. La suerte del desprecio siguió su ruta hasta que surgió Dirty Found . La autora, de seguro ignora este ascensor de la palabra y que una extremidad del cuerpo de sus confesiones, circula mutilada tal vez ala altura del ceno derecho, en una publicación impresa. Antropofagia sobre un verbo abandonado, quizás sea un delito menor ante el gesto de la propia autora. ¿Recolectores de fetiches, audaces pornógrafos del pequeño mundo de las grandes ciudades, lascivos duendes del reciclaje amoroso, poetas del cotidiano vivir? No lo sé. Es una nueva actividad editorial. Retazos de la alcoba para nuevos lectores fetichistas. (La pornografía impresa es antigua en el mundo, pero mucho menos que el sexo. Sodoma , escrita a mediados de la década de 1670, atribuida a John Wilmot, segundo conde de Rochester, deja pálido 300 años después, a estos amantes del frenesí circunstancial).Me hubiese gustado que hubieran encontrado un mensaje escrito por mí y que fue abandonado una y otra vez en el ciclo del desprecio por los Editores. Nueva Jersey, Nueva York, Utah, Las Vegas, en el mismo basurero del desierto jugado o en el Cañón profundo del Colorado, donde la voz es inútil y los ojos vuelven a ver. Fueron muchos los ejercicios en las cafeterías: Busco Editor que sepa leer, no escribir. Editor aburrido del éxito fácil, amigo fiel del fracaso, que entienda que la literatura no es como depilarse los sobacos. Se Busca una aguja en el pajar: Editor sin pretensiones de éxito ni de lujos. Para estas Navidades, cambio Editor por abecedario quechua. Busco Editor/a, dispuestos a una lectura virgen, desnuda, epidérmica. (Se ruega no llevar anteojeras. Se necesita Editor de libros de autoayuda, para hacer ídem con un autor. Se Busca Editor convencido que el libro se extinguirá por ser un artefacto inútil, sospechoso, peligroso, riesgoso, y letalmente eficaz. Se Edita Editor, tratar con Tiempo y Paciencia...Callejón sin fin N.111... firmado: Gurú de Red Rocks.

§ Homo, bípedo, agresivo

¿La vida nos da sorpresas, parodiando a Rubén Blades? Y la tecnología también. La portátil, veloz, indispensablemente ubicua Laptop, no es tan inocente para el género masculino, especie agresiva en constante guerra entre sí, contra el medio ambiente y otros no semejantes al bípedo agresivo homo, pero que también viven en el patio Tierra. El pequeño cerebro comunicacional portátil, aumenta la temperatura del escroto en los usuarios, de acuerdo con unas revelaciones recientes de un grupo de investigadores en la publicación Human Reproduction. Los científicos llegaron a la conclusión, que la combinación del calor generado por las computadoras y la posición de los muslos necesaria para sostener las máquinas hace que se genere una mayor temperatura alrededor de los genitales de los hombres. Gajes de la fricción hombre-máquina, un oficio demoledor para la especie que busca perpetuarse en dos pies contra viento y marea. En la Universidad Estatal de Nueva York, Yefim Sheynkin, constató que es posible en años de uso constante, la laptop pueda afectar el aparato reproductivo masculino. Recomendó que los adolescentes disminuyan su uso, hasta tanto los estudios no sean más definitivos. Los pesticidas, el cigarrillo, la obesidad, manejar durante períodos prolongados y los pantalones apretados, son también responsables de disminuir la potencia masculina. Los húngaros consideran que en esa zona también actúa negativamente el uso del teléfono celular. Tecnología indirecta para controlar la especie. La Laptop debiera ser distribuida por el gobierno chino, como una manera de controlar la expansiva natalidad en el gigante asiático. Así las empresas de tecnología occidental tendrían asegurado el más formidable mercado global. Los huevos humanos, me dijo, una amiga con algo de sorna, se cocinan a su propia temperatura tecnológica. Recuerdo la época de los ardientes veranos, con rayos verticales, en la adolescencia, cuando lanzábamos a freír los huevos cobre el motor del automóvil en pleno desierto. Viajaba una época en el sueño de la libertad. Te echo de menos poeta, y sin embargo cayo. ¿Es mi paréntesis? Ahora, la sensual Laptop entre las piernas, resulta ser una depredadora del género masculino. Puede alcanzar una temperatura de 70 grados y la del escroto se intensifica drásticamente en pocos minutos. Lo más probable y aconsejable, para los científicos sería el uso de un protector externo. Un mundo lleno de prótesis, mutilador, castrante literalmente en este caso, que le instala al hombre la joroba del camello y donde no hay un desierto, lo construye a imagen y semejanza de su devastadora desolación. El hilo tejido de la depredación desde las cavernas. Un hilván en cada época, la atroz red que va enredando los sueños, el falso paso que resuena en la memoria, un juego de dados pareciera imponerse sobre un tablero de ajedrez. ¿Piezas blancas y negras asaltadas por un Dios cruel? ¿La noche tiene cara de mujer, es aterciopelada o finge el sueño como una prostituta sin paradero? Todo es un cliché balanceado por unos elefantes sobre una telaraña. No la rompen ni se caerán. Así, el mundo seguirá en combate contra sus sombras. Los "dioses" hablan a uno y otro lado de la orilla, en el camino, hacia un cielo empedrado de buenas intenciones, envuelto en nubes de realidades muy distintas a la realidad. Los hechos no dejan escalar, pujar por ascender a los cielos con cualquier tipo de licencia, a no ser que se use alguna puerta falsa, de escape, y aún así existe el riesgo de permanecer en las afueras de la bóveda celestial, en penitencia, en un sitio llamado limbo, donde la máscara es la indefinición de los rostros que se pasean gaseosos sobre un tiempo que va y viene, pero permanece estancado como un charco inmóvil de humo. Es realmente un motel de carretera, impersonal, un paradero casi desprevenido, de paredes alzadas por una memoria que las borra. Son perfectamente monótonas, con un paisaje de naturaleza muerta, el retrato plástico de un paisaje de la zona, lo más brillante en montañas del país, nevadas, paredes calculadas para ser frecuentadas por el olvido. Socorren lo que allí encierra la noche, cuando apagas la luz, y queda nada más que la imaginación que opera en tiempo presente. Unas cuantas latas de cerveza vacías suelen recibir el alba, donde el día despunta de alguna manera, aunque la nieve haya comenzado a cambiar o a borrar el viejo paisaje del verano, y sólo pareciera quedar el reflejo del gesto taciturno de la noche. La literatura, la crónica que pasa el dedo por la orilla del ombligo como si fuera un vasto y profundo escenario, tienen mucho de ese abandono y hallazgo. La periferia le da vida al centro, que aguarda en el secreto silencio, y sólo espera en su lenta respiración que el tiempo anille un nuevo día.

 

EPILOGANDO la noche ventrílocua, en el trapecio de seda
(Sumatra, el Apocalipsis bajo el agua)

Por: Silvia Banfield

Se entra en la noche como al vientre materno, plácido acuoso, silencioso, seguro, en un tiempo estacionado, aparentemente indefinido. Viaje que tiene principio y fin, el periodo más íntimo, personal, en nuestras vidas: monólogo aparente del crecimiento con el cuerpo que lo origina a imagen y semejanza de todos los cuerpos humanos del planeta. La pequeña réplica en la sombra uterina de la noche, la humedad del ser: somos agua, líquido, Heráclito, nacimiento y muerte de nuestra propia estrella, en el final del polvo, después de nadar el río. Siempre se busca la orilla al final del cansancio: el salmón desova frente a la muerte, y el río continúa la desembocadura de una nueva vida. La noche nos convoca, habla, desde un útero rosado, infantil, su palabra ventrílocua, materna, pedagógica. Es noche en la noche de la noche, oscura en su bóveda ancestral, la delicada pausa, trapecio que la vida dispone desde el primer vaivén del mundo. La historia personal, la biografía que el primer sueño elabora. La vida es cordón umbilical y se cortará al inicio y final. Sabia pedagogía del cuerpo que vuelve al principio. Todo viaje concluye. Los ciclos renuevan la materia, la vida, son un compromiso con el escenario aparente, profundo y el espíritu humano. Somos casi agua y luego polvo y primero polvo de estrellas.

§ ¿Detrás o después de la noche, la oscuridad?

¿El Big Bang surgió de la noche y estalló para iluminar la larga noche que venía, el vacío hecho Tierra? ¿Giró, giró lo que sería la Tierra y estalló para ser nuestro planeta, el vacío oscuro? Era una noche cerrada quizás, que precedía todas las noches que el hombre jamás había visto. O tal vez son esas noches sumadas en un principio las que nos fueron reservadas para nosotros en un tiempo que consumimos día a día. ¿Quién tendrá ese número en el último calendario de la Tierra? ¿De ese pasado que no conocemos, viene la frase mágica: la noche es joven? Los científicos se afanan por calcular los años a la Tierra en millones de años, y yo los veo en los ojos del poeta. Sólo un segundo y basta el tiempo recobrado. ¿La noche buscaba el día cuando apareció o surgió más bien de un espacio que ni siquiera era negro?. En mi ventanal la noche se agazapa, tigre de sus propias manchas. El Editor ahora es Noé naufragando en el mundo noticioso del 2004, que acumula tragedias por segundo. Viajo detrás del ventanal hacia las montañas, desiertos y carreteras, un viejo recorrido a la inversa de la huella, totalmente nuevo. Algunos aún ven la felicidad como un campo de Golf, estirado en el verde, y realizan sus mejores días en un espacio para cultivar el vacío en torno a una conversación gastada un domingo. Las risas que el pájaro negro de la vida entona de paso, caen desplomadas en un cielo que a nadie pertenece.

El cuerpo humano es agua. La Tierra está compuesta de siete partes de agua. El mar, los lagos, los ríos, las cataratas, las quebradas, los oasis, la capa nefrítica, la lluvia, los espejismos del desierto y las lágrimas. Todo es agua. Venecia es la representante del Dios agua en la Tierra. Sin agua no hay vida. Un hielo es agua. Una frase tan simple: la falta de agua puede ser el motivo esencial de las guerras del futuro. Qué simple. El mar es la otra cara del agua. Noé naufragó el mundo en 40 noches con sus amadas bestias, para que salvaran sus respectivas especies, y muchos creímos que ningún naufragio humano sería superior a este viaje por las aguas, sin fin aparente. Navegó Noé en su Arca, de memoria, con el ojo de Dios, las montañas, desiertos, mares, ríos, lagos, cielos, aires, espacios, un mismo punto, noches, días, tiempo sin tiempo: todas las aguas. Dios no dejó una gota fuera del Diluvio. En su última noche, Noé supo o entendió que el agua era como la risa, interminable, se sentía suave o en grandes carcajadas. El agua se venía en hilos finos, engañosas cuerdas de arpa, nubes que se desplomaban casi con inocencia. Era una hamaca de agua la tierra en el Diluvio. Escaleras de agua, lloviznas sin músculo aparente y de pronto las paredes de agua volando, desplazándose en capas, con sus remolinos, bloques invisibles que se agolpan en el aire, con sus columnas, y viajan en su transparencia repentina. Se alimentaban de agua, los sueños de agua de Noé, del agua de los caminos, de los abismos crecidos en las profundidades, y más negro que azul, el mar, el mismo cielo roto, como un agujero sin fin, lo sentía en la garganta como lluvia negra de la Edad Media. Lluvia monje, inquisidora, reservada a las posadas sin camino, lugarteniente de la muerte. En el bosque la lluvia se absorbe, borra, asimila, ahonda sus raíces, se convierte en verdad. El agua puede ser una pared, un bloque, una pesada, envolvente, gigantesca estructura llena de olas y agua que suman y pesan, pero con Noé fue un puente gigantesco, sostenido en los días, en el tiempo, en la cima, en el hilván de cada una de las montañas y en las profundidades de la tierra. Y se desplaza el agua como la mantequilla sobre un sartén, lisa, compacta, segura, cubriendo la superficie lentamente. Gota aceitosa, sudada, la del cuerpo, resbala, cae del sobaco, pende del pequeño sueño húmedo de la piel. Una frente que suda, es señal de trabajo. Agua que no has de beber, déjala correr, como si se pudieran retener tantas gotas en el cedazo abismal de los días. La muerte viene abotonada, se acicala bajo el mar nadie sabía, subterránea, venía de Sumatra, en el expreso Tsunami, un gigante de agua que devoraría las costas, la vida a unas 200 mil personas, en el sudeste asiático, este diciembre fatídico, mes en que el Apocalipsis inició un primer ejercicio a partir de Indonesia. El agua se ha tragado la vida a la velocidad de la muerte. El mar devuelve parte de los cadáveres con el salivazo de la muerte, la tierra los recibe y entierra, limpios, llenos de sal, de la acuosa matriz belicosa del mar. La tierra es movimiento, sacude su cuerpo azul, la esfera dolorida, y del mar viene el libreto del espanto escrito a la velocidad de la tragedia. La espuma que deja el mar, el mar que se recoge, el silencio que produce la muerte. Frente al mar no hay orilla. La muerte se desnuda en el atardecer de alguna isla, se lanza al mar y crece en una ola majestuosa, infernal. Alguien avisa que viene, y nadie cree, y avanza, mientras los bañistas toman sol, dejan el cuerpo flotar sobre el mar, duermen en sus dorados refugios, hacen el amor quizás por última vez, un sueño final para el horro de ese día.

 

§ Susan Sontag, el tábano en la piel dormida

Es 28 de diciembre del 2004, en el estricto orden de las fechas. El día de los inocentes y ha muerto Susan Sontag. Difícil aceptarlo, y ocurrió en su natal Nueva York. Sufría de leucemia, una enfermedad que le atacó por décadas y venció una y otra vez. Crítica, lúcida, inteligente, con su bello rostro y estampa de virgen india, (era judía), fue un icono de varias generaciones en Estados Unidos. Voz comprometida, autorizada, ejemplar, nunca dejó de tener una palabra para pronunciarse, donde otros preferían ser cabeza de avestruz. Una mujer de su tiempo, sin complejos, no le cedió terreno a las causas injustas y fue llama viva de su verbo, en una época incendiaria, atravesada por la guerra, las injusticias sociales, conflictos étnicos, un tiempo sacudido por los cambios. Fue como un Hemingway femenino: estuvo oliendo los acontecimientos no precisamente desde la orilla, escribió in situ , sobre los conflictos que marcaron época en un tiempo de grandes y dolorosas transformaciones. La Guerra de Viet nam en 1968; ( Viaje a Hanoi ) filmó a las tropas israelíes en guerra en 1973, y, dos décadas después, se estableció en el Infierno de Sarajevo para demostrar su apoyo a la causa Bosnia y allí puso en escena la obra, " Esperando a Godot . Tan crítica y lúcida, una escritora educada en Harvard y Oxford, indagó en el hombre, las costumbres de la sociedad que compartía, y expresó en sus ensayos y novelas, opiniones, foros, una y otra vez, toda una visión que la comprometía con la verdad, un mundo mejor para ser habitado y vivido. " Me disgustan la vanidad, la violencia, las armas de fuego, Hollywood, la cultura de masas que ha arrasado otro tipo de culturas. Quizá por eso me gusta ser extranjera. Me interesan más los derrotados que los vencedores", postuló durante el lanzamiento de su última novela, En América (1999. Esa era Susan Sontag, raíz joven, profunda, femenina, de un Estados Unidos abierto, vital, crítico, con liderazgo moral. Sus pasos se sienten aún en la geografía de su hermosa y combativa palabra, en la lucidez de su clara e indiscutida inteligencia, que nos deja su estampa de mujer de su tiempo. Dejó 17 libros: (" Contra la interpretación" o "La enfermedad como metáfora ", 'Notas sobre el camp', las novelas 'El benefactor' (1963), 'Equipo mortal' (1967) y 'El amante del volcán' (1929)y 'Sobre la fotografía' (1977), entre otros) y un pensamiento moral, ético, claro, singular, indiscutido

Una voz para muchas voces silenciadas, apagadas por la propaganda, idiotizadas por la publicidad, el consumismo, la castración banal que muere a los pies de la estatua de la Libertad. Ella fue ese símbolo viviente, hoy solitario, inmóvil, que languidece en Manhattan, prendido aún en el ojal de la esperanza, como un pájaro herido en búsqueda de sus alas. Susan Sontag quiso ver volar las jaulas hacia un mundo mejor, más libre, -quizás no a la tierra la prometida, - pero más humana, solidaria, compartida y su visión siempre fue desde el humanismo. Amó las Tres Culturas de México, país de sus asombros, por sus obras monumentales. "Gigantismo" que ella llamaba, cuando los mexicanos, decía, no son altos. China fue otro lugar que la estremeció culturalmente y allí vio una cultura y sociedad solidaria, humana, raizal, afectiva, organizada en la vida comunitaria, sin exclusión. Observó el mundo bajo las piedras, con sentimiento y razón, puso el ojo donde el águila volaba, el músculo de la pantera en la jungla, y no dejó de ser Susan Sontag, una mujer delicada, inteligente, abierta, humana, sensible, comprometida, en un mundo de ratas de caño, donde impera el gusano de la banalidad. Se declaraba y sentía extranjera, una manera de reconocerse en todo y ante todos. Una inteligente concepción para comprender este mundo de "choque de civilizaciones", "sin fronteras", globalizado", "migratorio", "contaminado por lenguas, razas, culturas, tecnologías" y a pesar de ello brutalmente discriminatorio. El mundo formó parte de todas sus esquinas, de su pensamiento vivo, audaz, sin temor, no temerario, que es diferente. Se atrevió a publicar un ensayo en la revista 'The New Yorker' , sobre los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, los que no habían sido "cobardes", como los calificó el Gobierno del presidente George W. Bush, sino "un acto llevado a cabo como consecuencia de las alianzas y acciones específicas de EEUU". Antipatriota fue lo mínimo que le dijeron en su país. Susan Sontag nos enseño un camino de audacia sistemática en la palabra y los actos. No veía un mundo como una línea recta. Todo cambia, es un proceso, pero hay que estar allí y ser parte de lo nuevo, producirlo, empujarlo.

§ La Utopía no es una estatua

Hoy, se construye desde el poder y sus canales mediáticos. La verdad incomoda a todos los poderes, y la de Susan Sontag, se hizo sentir a lo largo de su vida como el aguijón socrático, porque fue filósofa y terapeuta espiritual en un mundo alucinado, electrizado por la pasarela, acomodado a un ataúd espiritual, que ignoraba la Utopía real. A pesar de su estatura intelectual y física, siempre aspiró a seguir creciendo, a "hacerse más sabia", decía, porque nunca recreó su visión en un mismo pensamiento circular, y buscaba nuevos derroteros para un mundo que articulaba con pasión y no le gustaba hacer sonar las campanas porque eran campanas, sino contenían un lenguaje único en el momento preciso. Hoy redoblan a duelo las campanas del dolor por la desaparición física, de una mujer que apostó a la vida, al cambio permanente, a un mundo mejor, sin fronteras, sin racismo, ni guerras, y desafió el día a día con su actitud y palabras olvidas hoy en el mundo: compromiso, verdad, solidaridad, moral, dignidad, inteligencia. Partió la "india americana-judía", en un mundo en guerra, en ruina, soplado por olas incontenibles, un planeta en maremoto que cava su propia tumba, con rumbo desconocido, definible como apocalíptico, donde todos somos pasajeros en este viaje de terror. Susan Sontag vivió su tiempo desde el coraje y eso hubiese sido más que suficiente para una vida completa, integral, pero ella escribió la historia que vivió, fue cronista de su época, no sólo la documentó, sino denunció, exploró en la intimidad. En la piel de Susan Sontag se va una época y ella fue vibrante campana de un mundo mejor. Vanguardia de la vanguardia, se puso del lado de las causas justas, y corrió los riesgos de ser tábano en un mundo de piel dormida, nauseabundo, rendido a una falsa idolatría, que acumula dioses por centímetro cuadrado de temor. Ella encarnó dos conceptos matriz que la sociedad Norteamérica parece haber perdido, extraviado en esta última década: la libertad, -porque Susan Sontag, fue más que una estatua-, y el coraje ante la verdad, que defendió a capa y espada, en un mundo que rinde culto a la mentira, la publica y se la cree. Su desaparición es un inquietante epílogo en un tiempo avasallado por la lúcida estupidez humana, que ha salido del gran closet del subconsciente animal, el que lo hizo correr al precipicio, antes de gatear. Se lo está llevando la velocidad al hombre post, (muchas alas para un vuelo tan corto), el exceso de contaminación en sus venas endurecidas, moho, óxido, olvido antes del polvo, de un tiempo humano cumplido aparentemente. El civilizado incivilizado, pulsa, punza, la burbuja en el acero, muerde el anzuelo, que su mano le tiende, engancha, arrastra el doliente cuerpo en el aire, boquea por la historia que carga en su mochila vacía, con algunos cuantos resortes para poner los pies más cerca del aire. Allí la historia puede detenerse un instante, asomarse al coágulo de la muerte, pero su fin no llega, tiene recursos de un sastre, es capaz hacer un traje perfecto, corregir un defecto, enmendar una pieza, rehacer una manga, adecuar una bastilla, transformar, reparar, rehacer, recomendar un vestido nuevo. La historia también se rehace en silencio, como Pinocho dentro del estómago de la ballena.

§ La verdad sobre la silla de cenizas, en el Infierno

Pero esta historia sólo es parecida en la metáfora de la larga y mentirosa nariz. Pinocho, el muñeco de madera, tuvo un final feliz. La que a continuación relataremos, nació torcida, creció en medio del espanto, con dientes huérfanos untados en cal, y sobrevivió en la inmortal impostura de la sobre vivencia del ilícito existencial, rodeado de tantos muertos, colgado a su propia muerte, insomne en su aventura, esperanzado de seguir muriendo, arrojado por el sueño de su locura, prolongación de la fachada que carga como chapa de identificación: ay, capitán General. El también llamado Paciente Inglés, inauguró en Chile la psiquiatría forense, cuyo objetivo es indagar sobre el cadáver, buscar que propósitos subyacen en la prolongación, en el juego y re-juego entre la vida y la muerte, este acto tan real como fiel es un simulacro basado en la extremaunción y su retorno. ¿Estuvo en el más allá y se horrorizó? ¿No lo dejaron entrar? ¿Lo enviaron a cumplir con la justicia? ¿Qué vio el augusto personaje, que no le hizo gracia, y volvió al lugar de los hechos? ¿Seis años en el ejercicio pleno de su locura, no fueron suficientes para entrar al Infierno o aquí está ese paraíso ardiente, quemante, llamativo? ¿Que se sabrá allá arriba que no lo dejaron subir? ¿Habrá llegado con sus alias y fue descubierto? ¿Cuántos inspectores de impuestos internos hay en el Infierno, que aun ejercen su profesión, en los cálidos días infernales? ¿Qué casos tendrán pendientes allá arriba? ¿La Caravana de la Muerte, el General Prat y señora, Letelier, Víctor Jara, el genocidio, los dineros del Riggs, el largo ataúd de Chile, los curas muertos, la persecución infinita, la mentira como política de Estado, los fusilados, los torturados, los expatriados, los derechos humanos violados una y otra vez? ¿O el retorno después de la extremaunción fue para hacer justicia a la propia justicia, tantas veces pinocha? La nariz de la ley es del largo del territorio chileno. Manca de brazos, ciega de ojos, sorda de oídos, minusválida mental. No es la única en un mundo cada día más insolidario, arbitrario, insostenible por al ausencia de principios reales, valores, instituciones que no responden a leyes y a las demandas del pueblo. El dictador de Chile se ha ocultado desde 1973, cuando asaltó el poder, detrás de la mentira, la diseminó por el mundo, y desde el 11 de septiembre, leímos en los periódicos del planeta, que hablaba de la transparencia de su régimen militar, honestidad, de los valores, el respeto, principios, y que ignoraba "por falsas" las miles de denuncias contra la institucionalidad represiva que había creado y establecido. La Iglesia Católica chilena, las organizaciones de derechos humanos, de Chile y el mundo, sabían que la tortura se institucionalizó en Chile desde el mismo día del golpe militar, por los miles de casos que atendieron a lo largo de los años. Se supo de mujeres cristianas que jamás denunciaron a sus violadores y fueron atener sus hijos a Argentina, por vergüenza y dolor. La humillación al pueblo chileno adquirió características bíblicas, física y espiritualmente. No existe dinero en las arcas de los estados para resarcir a las víctimas de sus vidas, degradaciones, por la destrucción de sus sueños, familias, derechos a vivir en su propia tierra, y el ejercicio de la inmoralidad pública del régimen de Pinochet, no fue una metáfora. La justicia chilena y los poderes del Estado, como las Fuerzas Armadas y sus aliados, el pueblo de Chile y el mundo, deben aprender esta lección de ruina moral para una nación y más allá de la constatación de un hecho de la magnitud de la tragedia chilena, que conmovió al mundo, a las personas de buena voluntad, debe haber justicia. Nunca es tarde, desde el Infierno devolvieron a Pinochet después de su extremaunción en el Hospital Militar de Chile, -"aunque viajara expreso y recomendado con los óleos sagrados"-, para que a los chilenos hagan justicia y reparen este imperdonable vacío. Fue una época con menos cerebro que una escopeta. Su caso seguirá discutiéndose en el Infierno. Seguramente allí entrará al pabellón de la Impunidad, que es mucho decir en el mismo Infierno. Lo sentarán en una silla y le pedirán que cuente la verdad hasta que se convierta en ceniza cuando haya dicho todo.

Epilogando el Epílogo

( La tierra viaja en un nuevo eje y la pesadilla continúa )

Abro un paragüita rosado de papel, que alguna vez cubrió una copa de Amapola frente al mar. Se alzó sobre la roja cereza y compartió un tiempo adivinado en el tiempo. El poeta me lo envió, sin la pretensión que me sirviera de pararrayos o protección del cielo nuclear que habitamos. Tiene unos motivos chinos: ¿Qué no viene de China? La noche viaja en la diminuta sombrilla. No cubre un espacio más allá de los dedos y sueños. Habita en la metáfora que representa. Abre y cierra en la sutil expresión de la miniatura, un paisaje para el instante, y todo lo que tenemos son unos ojos, las palabras que imaginamos se dijeron en ese momento o adivinaron decirse. Es el camino de seda, lo presiento.

Un año que nace torcido es un tiempo que se seguirá pariendo de mala manera. Es lo que ha ocurrido con este 2004. ya nadie puede decir lo contrario: un mundo más seguro. Esa es la frase del año y del desacierto, más que sospechosa, estúpidamente burda. La credibilidad ha retrocedido como pocas veces y el miedo se arrastró por las alfombras, ha calado hondo en no pocas naciones. Oriente y Occidente giran erráticamente como el eje de la Tierra. La ocupación afgano-iraquí, siguió siendo los eventos más determinantes en el 2004 con sus secuelas en el panorama interno de Estados Unidos y mundial. Casi todo ya está escrito, aunque el horror siempre escribe una nueva página. El Tsunami del sudeste asiático, donde no murieron chacales, elefantes, tigres, ningún animal de esa fauna de leyenda, nos puso en capilla frente al mar y renovó el viejo libreto del Apocalipsis. Las serpientes en Indonesia, Sri Lanka o Tailandia, seguramente se salvaron de este Paraíso Perdido, por su instinto ya demostrado en el verdadero Paraíso. La noche porteña, argentina, cierra con el broche de la muerte absurda, el 2004, con alrededor de 200 personas, quienes perecieron en las llamas de una discoteca llamada República Cromagnon, donde la tragedia nació de unas bengalas que hicieron arder el sitio, cuya puerta principal de escape estaba cerrada con un candado. Cantaban los Callejero s uno de sus rock and roll, ante seis mil personas, muchas drogadas, alucinadas por las cuerdas vibrantes y el saxo. No sabían que la vida se les soplaría en un instante, entre las llamas y el pánico. Fácil boleto, el de la muerte.

 

 

 

 

 

 

 

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