Desde Chile, Vicky Larraín, Coreógrafa.

Es fantástico estar en Paris... Uno camina por las calles y el arte esta agasajado por sus devoradores....así mismo hambrientos de él.... las diversas expresiones y sus intérpretes no tienen que esperar sentados en ningún lugar para que parezca alguien que viene a observar  o a que compro la entrada a la pasada por no tener mas que hacer...

Y para que hablar de la danza... es un arte aquí... se respeta como tal,  es apoyado por el gobierno... pero sobretodo: El Público lo llama, lo necesita.

Coreógrafos, bailarines reconocidos o no tienen espacios sin ir a buscarlos, los llaman.... Por favor dice un agente venga participar en este festival , en este seminario, en este evento

Y están por todos lados : en Hoteles, calles, galpones, teatros, espacios abiertos... y es que muestren la conocida coreografía del 1,2,3,4 hasta el ocho, NO....muestran sus expresiones y mientras mas extraña mejor dice el público parisino.

Y parece que uno se sumerge, se va sumergiendo en esa especie de vértigo donde el cuerpo y la mente se usan por igual, donde el cuerpo es un instrumento de la expresión inteligente y no un objeto de muscular.

Y el vértigo te lanza, te envuelve, te estimula y es como hacer el amor con alguien muy  amado.

Entonces uno se pregunta...

Los bailarines chilenos , aquellos que muestran danzas raras, aquellos que  crean un deseo una sensación una alucinación, para llevarlo a la danza, no nacieron en el país preciso, son foráneos, especies de aliens metidos en la sociedad.

Existen artistas

que parecen reunir todas las

condiciones ...es aquello

que se llama el don

Pero finalmente si ese don no tiene posibilidades de desarrollarse

Entonces mejor no haberlo tenido, porque la frustración aparece y se instala.