Fotos
Isabel Abedrapo
En
una casa del barrio viejo histórico de Santiago, en calle Moneda #1967
nos juntamos, gracias al gestor, curador y performancista Gonzalo
Rabanal, un grupo amplio y variado de creadores, los días 27,
28, y 29 de noviembre, y fuimos presenciando los acontecimientos que
se realizaban en cualquiera de las diferentes habitaciones de esta
enorme y hermosa casa. Antes de cada performance, Gonzalo Rabanal
anunciaba el evento que lo precedería. Comenzó con una lectura de
dos artistas sobre el concepto de la performance. Le siguió un corto
de teatro butoh de Carla Lobos, y así ocurrieron una tras otra
las performances del primer día del encuentro, una de las que mejor
recuerdo fue la de Francisco Copello que hizo un raconto de
una performance antigua en la que baila con la bandera chilena en
un ambiente de luces de colores proyectadas sobre él y con diferentes
temas musicales sonando en off,... cuando sonó uno de Victor Jara
se hizo una unión en todo y llamó mi atención.
El
segundo día inició con una mesa de conversación en torno al concepto
performance y sus alcances.
Este
día hubo mayor cantidad de acciones, repartidas por los distintos
lugares de la casona, al mismo tiempo ocurría una performance en la
cocina, en el patio o en un pasillo, el público fue orientado al respecto
para que transitara por ella, presenciando las performances que fueron
muy variadas, algunas casi nadie las vio y estaban pensadas de esta
manera, así son estas obras, si tienes suerte o mala suerte estas
justo cerca de donde ocurren y las puedes percibir en directo o incluso
puedes participar; o estás obligado a estar allí si no te gusta, por
que hay un tanta gente queriendo ver y te empujan y no puedes huir.
Presenciar
una performance es un evento casi fortuito, no es un show sobre un
escenario, la dificultad para verla es parte de la obra, y el público
siempre participa, es una parte y se puede manejar como un recurso
más de la obra.
Mi
participación fue con dos acciones "Corte de pelo y lavativa" y "Limpieza
de Lentejas", la primera la hicimos juntos Ricardo Castro y
yo, le corté el cabello de la mitad izquierda de su cabeza, y nos
separamos, cada uno fue al lugar de la acción personal, yo a las lentejas
y él a su "Pintura Pedestre"
Mi
trabajo de limpiar lentejas, la tranquilidad de esta tarea, la concentración
que necesita, el ambiente que rodea a la limpiadora, de intimidad
y calma, al trasladarlo al espacio público de la galería de arte,
se produce un cruce o choque de energías, de sensaciones, de ánimos
que salen de las personas en un ambiente eminentemente social, (mientras
todos a mi alrededor van a tener un animo de comunicación, yo voy
a estar centrada en mi labor)
La
Pintura Pedestre de Ricardo, sobre una tela ubicada en el patio cerca
de las caballerizas, en el suelo hay 3 recipientes con pintura preparada
de ligante, yeso y pigmento, rojo, amarillo y celeste, colores terrosos.
Él se cuelga de una cuerda y con sus pies estampa la tela con impresiones
de pies primero con celeste, después con rojo y también usa las manos
para estampar sus formas, lo siguiente es el amarillo que comienza
desde el suelo, sentado en una mesa y también trepa a la tela para
imprimir sus pies en la parte superior de ésta. Mientras realiza esta
acción se comunica con el público, formándose un diálogo animado.
Al
terminar, volvemos al lugar del corte de cabello, donde continuamos
la primera acción, termino de cortar su cabello, la mitad derecha
de la cabeza, y le lavo los pies y parte de las piernas que tenían
restos de pintura, lo seco y le ayudo a cambiarse la ropa.
Este
día hubo muchas performances al mismo tiempo que la mía y que no pude
ver, me comentaron positivamente sobre la de Bernardo Oyarzún
y logré ver algo de Guillermo Molina que como un chamán realizó
un ritual en la sala central de la casona.
En
la noche aparecieron por la calle Moneda tres seres de yeso con túnicas,
se trasladaban lentamente arrastrando los pies por un camino de paños
blancos en el centro de la calle, dejando una vía para el tránsito
vehicular. Era una lenta procesión que en más de un momento detuvo
el paso de los vehículos, entran a la casa y cambia la música se acelera
y ellos se introducen en bolsas plásticas de las que salen desesperados
en un torbellino de movimientos y mucho polvo de yeso. Se calman,
cogen una gruesa cuerda y se trasladan a una habitación contigua donde
se tironean la cuerda mientras se proyecta un video de la misma performance
echa anteriormente, en las paredes y el cielo raso de la habitación.
Esto fue lo que percibí de la acción de Jaime Maluenda
El
último día del encuentro comienza con una mesa de debate, le siguen
las performances y al final una fiesta con performances cada una hora,
estas acciones son las que comúnmente se realizan en discoteques,
destaco la de Jadasme (Jaime Leppe), que canta tangos, hace
show, su travestismo es muy bueno al igual que su voz.
Lo
mejor de este encuentro fue la variedad, los contrastes y la gran
gama de artistas que participaron, lo que no me gustó fue percibir
que los creadores jóvenes se inclinan a las acciones agresivas contra
su cuerpo.
Están
todos invitados a asistir al "Festival de Música Contemporánea
y Arteacción" en la sala Isidora Zegers, Compañía 1264,
Santiago centro. La entrada es liberada pero creo que hay que reservar
anticipadamente. Se realizará entre el 13 y 17 de enero de 2003, a
las 20 horas. Todos los días al comienzo, en el intermedio o al final
habrá una acción de arte de 10 minutos máximo.
Participaremos
en éste, Ricardo Castro el martes 14 y yo el jueves 16. Y otros artistas
que participaron del encuentro anterior.