Por: María
Soledad Mansilla Clavel
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"Carlos
Pelican Rotter (Perot)"
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El
Club Naval de Valparaíso no pudo elegir exposición más significativa
para el mes del Mayo. Para la mayoría, una marina consiste en tratar
buques, barcos, veleros, lanchones y botes en su medio, el mar.
Para Perot, abreviatura artística de Carlos Pelican Rotter, el concepto
de marina es muy variado. Hay telas en que el mar y el cielo son
motivo suficiente para activar los pinceles del pintor, ya sean
estos mares calmos o tormentosos. Los horizontes, según su altura
en el formato pueden privilegiar desde el movimiento perpetuo del
océano, hasta los roqueríos, rompientes, espumas, reventones
o botadas de ola, constituyendo cualquiera de estos fenómenos,
el centro de interés único de una pintura.
AGRADECIDO DE LA MARINA.
Nuestro artista ha agradecido en numerosas oportunidades la gentil
cooperación de la Armada de Chile, en cuyos buques ha tenido la
oportunidad de visitar y pintar lugares de difícil acceso de nuestro
accidentado, pero tan hermoso, litoral, aguas interiores y Pacífico
en general, como los canales del Sur, Chiloé, Isla de Pascua, o
Juan Fernández. Muchas de sus obras han salido de estos viajes.
Así, la geografía poco conocida para el normal de las personas y
hasta los grupos de hielos o icebergs, que navegan por los mares
del Sur, están presentes en la obra de Don Carlos. Podríamos perfectamente
decir que la obra de Perot es el mar de Chile. Para pintar no elige
temas necesaria o estéticamente bellos. Le basta con que sean
de fuerza expresiva y solo deben cumplir con el requisito de atraerle,
de "sentirlos".
LOS IMPRESIONISTAS
Aprendió a pintar cerca de Viena, aunque nació en Lautaro
y allí pasó su primera infancia, tumbado mirando al cielo, intrigado
por el movimiento incesante de las nubes. Sus profesores austríacos
se interesaron en su notoria capacidad para el dibujo y lo acercaron
al taller de dos pintores impresionistas. Aprende a la antigua,
desde la confección de bastidores y telas, el dibujo y la práctica
de la memoria visual, hasta la acuarela y el óleo, partiendo desde
los ineludibles bodegones. Regresa a nuestro país años más tarde,
justo antes de la Segunda Gran Guerra, para dedicarse a su carrera
de Constructor Civil, pero con el dibujo y la pintura ya muy adentrados
en el alma. En 1971 decide dedicarse por entero al arte.
DE LAS NUBES AL MAR, DEL MAR A LAS
NUBES
El amor por pintar el agua
nace de aquel accidentado viaje al país de sus padres, Austria,
en que el barco en que viajaba casi zozobra cruzando el Golfo de
Vizcaya. Esto se une a su infantil fascinación por el desplazarse
de las nubes con el sol sobre o bajo ellas. Los efectos de la luz
sobre las cosas le atrajeron desde siempre. Hoy, en esa eterna búsqueda
de los artistas, con ese afán incesante de hacer todo lo que se
pueda en el campo de lo que uno ama, de lo que a uno le gusta hacer
y en lo que se debe dar lo mejor de sí mismo, Perot ha fijado su
atención en el cielo, bajando los horizontes a los extremos del
formato para centrar nuestra atención, enfocar nuestros ojos hacia
lo alto y descubrir esos curiosos milagros cromáticos, la inmensa
belleza y la riqueza plástica que hay en ellos.
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"Playa
después de la tormenta"
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CANTO A LA VIDA
Carlos Perot no persigue expresarse con su obra, ni plasmar en ella
sus estados de ánimo. Su arte es un "canto a la vida"
para agradecer el hecho de vivir y poder mostrar a tanta gente lo
maravilloso de la creación de Dios. Sus óleos resultan como la música
clásica, que no pasa de moda y que regala a los seres humanos un
momento de descanso y de profundidad interior. Será recordado en
la Historia del Arte Nacional.
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"Reflejos
en la arena húmeda"
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Ud. es un marinista inusual. Ha abandonado las embarcaciones
para dedicarse casi sólo al fenómeno " mar".
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Después
de más de cincuenta años pintando "Marinas", me di cuenta
que ni los botes, yates, veleros, transatlánticos o cruceros atraían
tanto mi atención como el mar mismo.
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¿Alguna razón en especial?
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Es un elemento al que conocí desde
niño, pues casi hizo zozobrar nuestro pequeño buque en el Golfo
de Vizcaya. En un comienzo era respeto, para llegar después a admirarlo
y finalmente quererlo.
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¿Porqué le causa tal fascinación?
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Es como todas las facetas de nuestras vidas: cambiante,
poderoso, calmo, tenebroso o misterioso ( para hacernos ver al
Caleuche). Para finalmente variar al absorber todos los coloridos
inimaginables del cielo y para brindarnos todo ello en un estallido
de colores, formas, luces y sombras que sobrepasan toda nuestra
imaginación.
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Si
hablamos de elementos de una obra, qué efecto producía la embarcación
en el mar?
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Para pintarlo en toda su magnitud y fuerza, debía de prescindir
de los veleros y buques en general, pues ellos desde luego, se transformaban
en el primer actor del cuadro dejando al mar, solo en un segundo
papel.
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Si
no fuera por todas las embarcaciones que el hombre ha inventado....
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Claro, no podríamos atravesar este mar en toda su
dimensión. Resguardados, tras una vitrina con limpia parabrisas,
bien secos, nos es posible observar todo este espectáculo que nos
brinda el mar, en calma, con furor y tormenta en un eterno movimiento
que nos hace sentirnos cada vez más pequeños y sin embargo, poder
admirar la fuerza y la habilidad de ciertos animales que parecen
estar hechos para dominar y gozar el mar, cuando más furioso, mejor.
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Estoy tratando de buscar en mi mente entre
peces y aves....
Qué
marino no ha admirado a los albatros, que aprovechando el aire
ascendente detrás de las olas, emergen cual Ave Fénix tras ellas,
para elevarse como impulsados por alguna fuerza desconocida, para
escoger otra ola mejor y avanzar contra el viento, solo en la dirección
escogida y cruzar así océanos. ¿No han observado que para todo esto
el albatros no necesita batir sus alas? Es su increíble instinto,
un tipo de inteligencia, la que le hace elegir tal o cual ola. Solo
así es posible cruzar tan grandes distancias sin mucho gasto de
energía.
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Ud. no sólo observó el mar, también las aves...
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Volviendo al mar, he observado como cada movimiento
de ola nos hace adivinar la dirección de la corriente, si
hay más profundidad o costa cercana, hacernos adivinar alguna roca
peligrosa, solo con espuma y color de la ola. Así es como cada vez
admiro más a todo hombre que se hace a la mar, ya sea para cosechar
toda la riqueza que guarda en sus entrañas o para defenderlo contra
intrusos o salvar vidas. Así pues pido perdón porque ya no me dedique
tanto a pintar todas las hazañas de nuestros antepasados, pues
comprendo más la valentía. Ya conozco bien todo lo que el mar significa.
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Me contó que pinta con música.
Es
curioso, que cuando pinto lo hago acompañado por música, la música
que he escuchado parado en un acantilado o en un buque capeando
un temporal. Música compuesta por el hombre e inspirada en sus
vivencias en el mar. Tenemos canciones tan sobrecogedoras de nuestros
combates navales, que son eterno agradecimiento a su heroísmo.
Sin embargo, extraño también la música
chilena que hable del pescador, del navegante que se enfrenta a
una tormenta, de los que en buques pesqueros, recogen lo que el
mar nos brinda. Invita a pensar que día a día estos hombres de mar
brindan su vida para traer alimento para la población.
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¿El gorro de lana, por ejemplo?
Es
cierto que existen canciones hermosas en Chiloé. Desearía que algunos
músicos se embarcaran y aprendieran a admirar y sentir lo que un
hombre de mar hace por ellos. Puede que así tengamos también música
y melodías que hablen al corazón y nos hagan sentir más como una
nación marítima.