Escáner Cultural

REVISTA VIRTUAL DE ARTE CONTEMPORÁNEO Y NUEVAS TENDENCIAS

ISSN 0719-4757
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Crónica

EL SEÑOR BOLAÑO HA MUERTO, VIVA EL SEÑOR BELANO

(Introducción a una estrella cada vez menos distante)

Silvia Banfield©2007

(El Editor pasa con su mirada de Woody Allen, sin hablar, lleva N.Y. en la atmósfera de sus ojos, brotan de su miopí­a sus más imaginarios escenarios y edificios, y siento como sus ojos vivaces recorren de tan lejos el Central Park. ¿Es la hora de su perfomance? ¿El minuto de la literatura y del cine? Masca las palabras y nada dice. ¿De ese chicle que amortigua en su pensamiento, adivinamos la agenda, lo que viene? Hay tanta libertad a veces, que la estatua habla. Su voz profunda bajo el Hudson pareciera gemir en ocasiones. Siento su llanto francés. Pax Americana, my dear estatua. La Dama sonrí­e, aunque tiene ganas de llorar. Sé pregunta, sé que se pregunta, qué será del viejo Walt. Con su pecho abierto cantando por el puente de Brooklyn, dejó otra historia el poeta).

 
 fraile
 
Es bastante conocido (y manoseado) por la literatura cultural en domingo el episodio. Cuando el escritor Franz Kafka murió dispuso, como voluntad final, que sus escritos se convirtieran en cenizas. El encargado para tan nada loable tarea fue el escritor Max Brod, amigo y confidente del autor de la metamorfosis. El pobre Max estuvo consciente que lo escrito por su amigo, que no pasaban de ser bosquejos, anotaciones y borradores sin la corrección final, poseí­an la bituminosa trascendencia de una escritura que exploraba los entresijos del alma humana y que no se encontraba ni por asomo en sus propios escritos. Este amigo de Kafka decidió traicionar la confianza última de su camarada y compinche disponiéndose así­ a publicar cuanto papel garrapateado dejó por allí­ Kafka.

En nuestro paí­s, en el siglo XII para ser más especifico, un fraile franciscano llamado Juan Antonio Navarrete escribió una obra, compuesta por 17 volúmenes en folio. Escrita a mano y con una letra compacta de hermoso acabado caligráfico. Obra que jamás mordió la maquinaria de imprenta alguna y cuyo destino final, según voluntad de su autor, era el fuego inexorable. Debido a que extraño azar el fraile Navarrete no cumplió su cometido se desconoce. Quizá no tuvo la entereza necesaria para echar al fuego tantas páginas escritas. También pudo ser que la muerte lo sorprendiera en alguna hora incomoda y repentina.

 

 

 

foto

 

 

 

Fue en el puerto de Palos cuando me tope con el Moro Riquelme

(Rokokiki Buchi Sagredo) alias Kano Chupacabra.

El andaba buscando una tripulación avezada y piramidal.

Para emprender un viaje a los confines de la galaxia.

Mas bien a los confines de chimbarongo

pero queda mas allá de la galaxia del Pato Lucas.