EL ARTISTA EN SU ENCRUCIJADA Los nuevos híbridos. Arte, ciencia, conocimiento
EL ARTISTA EN SU ENCRUCIJADA
Los nuevos híbridos. Arte, ciencia, conocimiento
Un mundo constituido por cuatro tipos de átomos
El átomo agudo y sutil del fuego, que es rápido y seco;
el largo, que, a modo de flecha, dirige en el aire su vuelo;
el redondo que al agua humedece, que es hueca por dentro su forma;
el que tiene figura cuadrada, que en tierra pesada se torna.
Margaret Cavendish (1623-1673), duquesa de Newcastle
Desde México: Cesar H. Espinosa V.
(con Maris Bustamante, Araceli Zúñiga, Edith Medina y César Cortés)
Ada Lovelace
Ada Augusta Byron King, conocida como Ada Lovelace (1815-1852): describió la máquina analítica de Charles Babbage, siendo actualmente considerada como la primera programadora, desde que escribió la manipulación de los símbolos, de acuerdo a las normas para una máquina que aún no había sido construida, expuso Araceli Zúñiga durante la presentación del libro Los nuevos híbridos. Arte, ciencia, conocimiento, compilación de entrevistas y artículos publicados por César Horacio Espinosa en esta revista virtual Escáner Cultural, entre 2006 y 2009.
En la presentación intervino la artista e investigadora Maris Bustamante, quien en su exposición planteó: “Las transdisciplinas desde las artes, son una extensión o ampliación de las artes no objetuales, requirieron de ellas para hacerse visibles y conectarse, ya que no podían hacerlo desde formas históricamente rebasadas… Este es el cuadro perceptual y pragmático que vivimos cuando las fronteras ya no estaban donde estaban. Ni las geográficas, ni las políticas ni las emocionales e intelectuales y menos las que dividían el cuerpo y el género”.
Por su parte, la también artista e investigadora Edith Medina apuntó: “(…) las posibilidades de la socialización del conocimiento han abierto barreras e impuesto otras que jamás visualizamos: las redes sociales, el desarrollo tecnológico, los libros en línea y un largo etcétera.
“Hablo del conocimiento porque justo me parece importante que el libro Los nuevos híbridos: Arte, Ciencia y Conocimiento hace énfasis justo en ello, en la creación del conocimiento como un elemento importante de las convergencias arte y ciencia. Y es justo lo que me pareció más valioso del mismo.”
Y César Cortés, quien combina la literatura con las artes plásticas y la edición, dio también el tono: “(…) contrapuntear la ciencia con el arte es, pues, intentar de nuevo que reviente la fina capa de hule que mantiene la forma del paradigma, con dardos lo suficientemente cargados de cuestionamientos necesarios sobre la actualidad, como para despertar al artista más ensimismado. Se trata de una política cultural que atienda las direcciones prospectivas de lo que vendrá”.
Los nuevos híbridos. Arte, ciencia, conocimiento, se presentó en la Casa Universitaria del Libro, de la Universidad Nacional (UNAM), el 8 de marzo. Se desglosaron temas sobre computación, robótica, holopoesía, telepresencia (antecedente, en cierto modo, de lo que hoy son los celulares, Internet, toda la comunicación en línea, que permite interactuar y transmitir mensajes por todos lados del planeta con imágenes y platicar al momento; aquí hablábamos de los años ochentas).
El libro se editó en el marco de la serie de Cuadernos de Comunicación Sindical, que publica el Sindicato de Trabajadores de la Universidad Nacional (STUNAM), dentro de la cual ocupa el número 100; el conjunto de los Cuadernos se encuentra en la página de Internet del sindicato: www.stunam.org.mx/. Incluiré aquí pasajes significativos de las intervenciones sostenidas en la presentación del libro, lo que nos ofrecerá un panorama agudo y elocuente en torno al contenido de éste.
Este es un breve libro de periodismo artístico-científico. Presenta una serie de entrevistas con artistas ingenieros o científicos, quienes a su vez exploran en los territorios de frontera entre el sentir y el saber. Está integrado por los siguientes ensayos y entrevistas que aparecieron en la revista virtual de arte contemporáneo y nuevas tendencias ESCÁNER CULTURAL (donde puede ser buscados):
Introducción: ARTE Y CIENCIA: Las bodas del sentir y del sentido. César Horacio Espinosa. Noviembre de 2011.
LOS NUEVOS HÍBRIDOS: INGENIO CREATIVO Y ADELANTOS TECNOLÓGICOS. En el corazón del sinsentido, sobre el libro de Alfredo Espinosa. Nº 97, septiembre de 2007
EDUARDO KAC: EN REALIDAD, TODOS SOMOS TRANSGÉNICOS. Nº 85, julio de 2006.
EDUARDO KAC: LA PRESENCIA DEL OBJETO DEJA AHORA ESPACIO A LA EXPERIENCIA INMATERIAL DE LA TELEPRESENCIA. Nº 86, agosto de 2006.
EDUARDO KAC: EL HOLOPOEMA ESTÁ HECHO DE LUZ
(o vive en la luz). Nº 88, octubre de 2006.
EL MONJE Y EL ARLEQUÍN: DIÁLOGO POESÍA-CIENCIA, Entrevista con Ladislao Pablo Györi. Nº 113, marzo de 2009.
DESDE LA NUMEROLOGÍA HASTA EL TEOREMA DE GÖDEL, Entrevista con Fabio Doctorovich. Nº 115, mayo de 2009
Las(os) protagonistas
Abrió la mesa de intervenciones Maris Bustamante, artista visual no tradicional, académica, conferencista, escritora e investigadora; participó activamente en el Movimiento de los Grupos en México en la década de los setentas; cofundadora del No-grupo (1977-1983) y de Polvo de Gallina Negra, el grupo de arte feminista más importante (1983-1993).
EL EFECTO MERCURIO
Maris Bustamante, artista no objetual y alógica
Cuando muere lo cierto, aparece lo verdadero.
Marco Antonio Montes de Oca
(Un trueno un resplandor y luego nada, 2002)
-Las cosas ya no son como eran.
Hoy todavía en tránsito y por tanto en transición, seguimos haciendo labores de distinción a veces hasta trivial, para que las estructuras que ha inventado esta especie de nueva cuenta se lo traguen todo, ya que al institucionalizar reparte, pero también controla o vuelve light lo que fue radical.
Mi experiencia hacia las transdisciplinas está enmarañada o para decirlo más de moda: subsumida en la complejidad desorganizada. Pero como nos interesa ir hacia una complejidad organizada, de manera esquemática y en tres apartados desarrollaré cómo me he explicado la importancia de ir hacia las transdisciplinas desde donde estamos.
[…]
Las transdisciplinas desde las artes, son una extensión o ampliación de las artes no objetuales, requirieron de ellas para hacerse visibles y conectarse, ya que no podían hacerlo desde formas históricamente rebasadas. Son varias las razones:
- Porque se tiene que pensar de otra manera para proponer la intersección de sujetos desde diferentes campos, disciplinas y geografías ya sean conceptuales, de género, virtuales o reales.
- Porque para su ejercicio tiene que darse una Ruptura de la Verticalidad. Las instituciones académicas desde la más modesta hasta la más sofisticada, están inmersas en estructuras verticales y de autoridad lineal que decaen en autoritarias, ya sea hacia arriba en sus relaciones con el Estado (presupuestos, burocracia y enfermedades propias de la estructura que vá desde la corrupción hasta la falta de empatía con los contenidos) y hacia abajo creando límites o trámites innecesarios para “entretener” lo más que se pueda a los cada vez más numerosos y frustrados solicitantes.
Estas labores institucionadas que podemos denominar como “entretenimientos ocupacionales” van desde el control y regulación de los movimientos de estos individuos hasta la creación y manutención de posgrados que con la coartada del conocimiento que los hará expertos, en realidad los entretiene ocupacionalmente en “manualidades” académicas mientras se hace algo para agilizar a un sistema que no dará lugar a este montón de expertos disciplinarios.
En los setentas, cuando nos dimos cuenta, las cosas ya habían sucedido. Supimos entonces que lo que nos habían dicho en nuestras casas y en nuestras escuelas, desde nuestros gobiernos, ya no era tan cierto. Y entonces, las fronteras en todo se borraron, es más, contribuimos a ello. Nos convertimos en nómadas paradójicamente, en el mismo lugar. Pero en lugar de asustarnos, nos alegramos y nos pusimos a trabajar como pudimos, llevando nuestras fronteras donde nosotros íbamos.
Este es el cuadro perceptual y pragmático que vivimos cuando las fronteras ya no estaban donde estaban. Ni las geográficas, ni las políticas ni las emocionales e intelectuales y menos las que dividían el cuerpo y el género. Para nosotros, la primera camada no objetual hace 37 años, ahí aparecieron las transdisciplinas como fisura que indicaba el umbral buscado, que podíamos cruzar o no, pero lo cruzamos.
Hay muchas formas de entenderlas y hacerlas entender, esa es la tarea de los teóricos que en general las explican pero que no las practican, contraviniendo la misma naturaleza transdisciplinar. Creo que las transdisciplinas, al ser nuevas y diferentemente elaboradas formas de pensar, propiciarán alternativas de trabajo y de investigación individuales, en pares y/o colectivas para cambiar radicalmente el estado de cosas en que nos encontramos ya que las artes y los artistas como los conocíamos, son especie en extinción.
El Efecto Mercurio es una propuesta que he trabajando para realzar todas estas preocupaciones, ya que hoy no tenemos dudas o culpas en la diferenciación que se hace entre los sujetos y propuestas lógicas y alógicas. Así como ha sido hasta hoy, tenemos que seguir explicándonos lo que nos ha sucedido. Una explicación puede ser precisamente el Efecto Mercurio, porque hay una gran cantidad de personas las cuales hicieron TODO lo que el sistema les dijo, cumplieron con todas sus tareas, pero al final no encuentran ni encontrarán espacios de desarrollo.
Creo que surgirán centros como CAHCTAS, nuestro centro de artes humanidades y ciencias en transdisciplina, que tendrán entre sus objetivos el captar a muchos de estos individuos con estructuras lógicas, pero con inquietudes suficientes para que de la misma forma y como las gotas de cinabrio-mercurio de cualquier tamaño, una vez que se encuentran se unen.
(Maris Bustamante ha sido profesora investigadora en la Universidad Autónoma Metropolitana Azcapotzalco por 30 años; ha recibido las siguientes distinciones: Beca de Creadores e intelectuales, Fonca (1990); Artista en residencia en el Banff Centre for the Arts, Banff, Canada (1995); Fideicomiso para la Cultura México-USA/Rockefeller con la investigación: “Hacia una historia de los No Objetualismos en México: 1969-1979 (2001). Desde el 2005 funda CAHCTAS, S.C. Centro de artes, humanidades y ciencias en transdisciplina en la ciudad de México para promover y fomentar el trabajo entre artistas y científicos (www.cahctas.org). Fulbright Visitant Scholar 2008-2009 en la San Francisco State University, San Francisco, California, USA. 2010-2011 Exposición Retrospectiva del No Grupo Museo Arte Moderno, México, D.F.)
EDIFICANDO EL CONOCIMIENTO
Edith Medina, curadora, investigadora y artista visual, estudió la carrera de Relaciones Internacionales en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Hizo estudios complementarios en arte contemporáneo, biología y nuevas tecnologías. Su trabajo explora los campos del cuerpo relacionados con el arte, la ciencia y la tecnología. Se especializa en la disciplina de bioarte (biotecnología y arte) y la relación humano-máquina en el contexto social de las tecnologías en América Latina.
-Comenzaré diciendo que las posibilidades de la socialización del conocimiento han abierto barreras e impuesto otras que jamás visualizamos: las redes sociales, el desarrollo tecnológico, los libros en línea y un largo etcétera.
Hablo del conocimiento porque justo me parece importante que el libro Los nuevos híbridos: Arte, Ciencia y Conocimiento hace énfasis justo en ello, en la creación del conocimiento como un elemento importante de las convergencias arte y ciencia. Y es justo lo que me pareció más valioso del mismo.
Al hablar de estas convergencias podemos profundizar en cómo la historia de la tecnociencia y la historia del arte se han encontrado en varios puntos, de las complejidades que han abierto e incluso acerca de las mitologías fatalistas del acontecer del futuro, que muchas por cierto no se han cumplido y otras quizá un tanto, pero lo relevante en su colaboración es justo la generación de información y posibilidades que nos brindan.
En ese sentido retomo una cita del libro: “Arte y ciencia son dos formas complementarias de conocimiento, cuyos cruces creativos fungen como autodefinición de la conciencia humana”.
Si pensamos al arte y la ciencia como generadores de conocimiento, no es tan complicado visualizar su colaboración, sus acercamientos y de ahí la producción de nuevas reflexiones y nuevos materiales para uno y para el otro.
De esta manera el libro conjunta poesía visual, matemáticas, geometría, estéticas experimentales, transgénesis, dialogismo, holografía, telepresencia, tecnología, teoría, arte, ciencia y conocimiento Muchos de los que estudiamos, analizamos, investigamos y creamos en los lindes de estas relaciones estamos convencidos que las oportunidades creativas son muchas, no dejamos de lado las complejidades e interrogantes, pero tampoco deliberamos un opinión determinista de un lado o de otro.
Como dijo en algún momento el profesor y teórico español Pau Alsina, la sociedad se ha acostumbrado a pensar que la historia de la tecnología y la ciencia son lejanas a la artística, y la realidad es que no es así y el libro nos muestra un claro ejemplo de que las convergencias son mucho más cercanas y palpables de lo que imaginamos y aprendimos.
He de confesar que aunque el libro me pareció muy enriquecedor, mi capítulo favorito es “LOS NUEVOS HÍBRIDOS: INGENIO CREATIVO Y ADELANTOS TECNOLÓGICOS: En el corazón del sinsentido”, de Alfredo Espinosa, por conjuntar la lógica matemática, la poesía visual, la historia de la ciencia y el sinsentido en una expresión clara de estética, arte y ciencia.
Para finalizar, lo haré reflexionando con una cita de Carl Sagan quien divulgó y promovió la libertad y construcción del conocimiento a partir de la ciencia. “La manera científica de pensar, de cuestionar que es una mezcla delicada de creatividad para promover nuevas ideas, y el escrutinio mas riguroso y escéptico de las ideas tanto nuevas como antiguas, es ciertamente el camino al futuro, no sólo para la ciencia sino para todas las instituciones humanas [...]”
(Sus curadurias han involucrado a artistas y científicos de la talla de Stelarc, Paul Vanouse, Lorena Wolffer, Kevin Warwick, Polona Tratnik, Adán Vallecillo, entre otros; ha impartido cursos sobre arte y nuevas tecnologías, así como de arte y biología en México y América Latina. En 2010 fue becaria del Programa de Apoyo a la Producción e Investigación en Arte y Medios del Centro Multimedia del Centro Nacional de las Artes, CENART (México), con la investigación “Bioarte: el uso de elementos vivos y material biológico en el arte”. Actualmente trabaja en su proyecto de arte biológico “Cultivo de lágrimas” y en su más reciente investigación sobre microbiología corporal.)
Cuando el sentir y el sentido se mezclan producen sensación de “realidad”
César Cortés Vega. Productor que centra su trabajo en la recuperación de situaciones no habituales contenidas en las rutinas de inserción social. Combina la literatura con las artes plásticas y la edición, buscando formatos no convencionales como espacio expositivo y de publicación.
-“Ser absolutamente moderno” decía Rimbaud a tientas en esa frase ahora conocidísima –aquel Rimbaud que el escritor argentino Andrés Neuman definiera como el “póstumo precoz”– implica sobre todo una revisión del presente que no es reivindicativa. Y es que lo llamado actual, y más aún lo contemporáneo cambia con velocidad, se transforma, pues sus instantes no son mensurables y hay que referirse a ellos con toda la incertidumbre de la que se sea capaz.
No hay un presente perpetuo sino modernidad “sin cánticos”, sin las alabanzas que redimieran como manto protector una época repleta de asesinatos encubiertos e infamia. Y esto sería absolutamente desafortunado, si no existiera la posibilidad de reestructurar lo que se creía olvidado a contrapelo de los ánimos de un racionalismo lineal, que aún cree que es posible desde su metodología solucionar algo.
Esta posibilidad podría denominarse de muchas maneras: lírica de la profanación lingüística, de la puesta en juego de las disciplinas, de la iluminación de lo perverso, que no es sino reverso de la versión, negación de las posibilidades de justicia sin una comprensión cabal de los contrapesos del poder. La herejía vanguardista ha continuado, pues, a pesar de las admoniciones posmodernas, pues su lógica, justamente no se ubica en correlación a la modernidad.
Si atendemos la minuciosa búsqueda y encadenamiento parental de los herejes a lo largo de la historia que hace el ex situacionista Raoul Vaneigem, encontraremos los primeros indicios genealógicos de la ruptura de las ideas morales hoy también propia, incluso, de las post vanguardias y de muchas propuestas de arte contemporáneo. Y una de las viejas ideas a cuestionar aún hoy, heredada del conservadurismo histórico, es la de que todo está ya “nombrado”.
César Espinosa contribuye con pericia en esta realización, pues desde hace tiempo, junto a su compañera de viaje Araceli Zúñiga, se ha dedicado a documentar a creadores que traspasan las disciplinas y que han hecho de lo visual en combinación con lo textual, el punto de quiebre en los bordes de lo ya nombrado, ya sea desde su columna mensual en la revista digital chilena Escáner Cultural o desde la curaduría y organización de las bienales de poesía visual a lo largo de diez emisiones.
El libro que hoy se presenta, Los nuevos híbridos; arte, ciencia, conocimiento, es otro paso en la misma dirección. Se reúnen en él siete textos especialmente esclarecedores, de manera que cuando el mismo César Espinosa dice que se trata de periodismo artístico-científico, lo hace sabiendo que más allá de eso, su intención es la de conformar un grupo de textos que llamen la atención acerca de los límites del conocimiento, verificables ya sea a través de lo sensible, ya mediante lo cognoscible, o mejor dicho, por medio de una mezcla no del todo diferenciada de ambos.
Así pues, se trata de periodismo plus, o en todo caso de buen periodismo que por medio de la elección de temas y selección de documentos está ya creando, con un objetivo que se devela a lo largo de las evidencias discursivas de él mismo y de los invitados.
Y explico lo anterior de esta manera. Si Wittgenstein define al lenguaje como los límites del mundo, se trata ya de una demarcación que es posible franquear. ¿Cómo? Modificando el mismo lenguaje y los conceptos que están detrás de él. La cantidad de palabras y combinaciones permitidas, y una observación acerca de fenómenos que a la larga se necesitará nombrar.
Algo nada sencillo, pues es con las mismas herramientas del lenguaje con las que deberíamos realizar este esfuerzo titánico de ver más allá del límite. Pero ver más allá de límite, también es la creación de territorios suficientemente bien armados como para que no sucumban frente a los que ya están establecidos y pujan por permanecer. Eso es construcción de hegemonía: estrategias para que lo que se imagine, forme parte del territorio de lo real.
Sin embargo, el lado endo de un mundo exo, como lo nombra Peter Wibel, es decir, la mirada del mundo desde un “adentro” que imagina un “afuera”, es superchería. Porque el lado interno de un mundo que se reconoce como pura exterioridad, es indefinible para nosotros sino mediante modelos que presupongan ya de por sí su error. Así trabajaba la ciencia de antaño.
Sin embargo, expandir la realidad es posible tan sólo si se fuerza su desbordamiento, es decir, si con los elementos a la mano puede propagarse de manera que no sea lo mismo que era antes. Pero este desbordamiento no se hace respecto a una realidad incognoscible, sino a líneas de conocimiento que siguen estando “dentro”.
No hay un conocimiento preestablecido que haya que descubrir, sino distintas maneras de asumir lo que se ve. Maneras más complejas, o más detalladas, o más sensibles. Por eso, el concepto de ciencia que se privilegia en la búsqueda de César Espinosa, en su selección y atinada construcción de discurso al elegir artistas que hacen uso del saber de manera no lineal, se hace en función a una necesidad imperante de encontrar estas nuevas visiones –diferentes de las tradicionales- que expandan los campos y que rompan los círculos viciosos a los que estos nos tienen acostumbrados.
Es la misma razón que me hace desconfiar cuando escucho la frase: “zapatero a tus zapatos”, pues ella implica no tener del todo claro que cuando se supone estar en un territorio determinado, esto es a costa de una cantidad de redefiniciones que se han realizado al romper los límites de lo que se concebía antes del mismo.
Por ejemplo, si bien es cierto que el conocimiento en el siglo XVI evolucionó hasta nuestros días, esa evolución fue posible gracias a una sucesión de rupturas, más que de transiciones ordenadas. Y no se puede pensar, de manera ingenua, que hoy estamos “mejor”. Lo que en todo caso es mucha más verosímil, es que hoy adaptamos las ideas del mundo según una serie de condiciones que se nos imponen.
Nuestra visión cambia, cambiamos nosotros. Y si bien tenemos tabletas que guardan nuestra información, mejor de lo que una viaja cajonera de pino lo hacía, esto representa un avance sólo para la cantidad de representaciones que creemos necesarias hoy día. Como alguna vez me lo dijera la artista y teórica Mariana Botey, ¿quién dijo que las mujeres y los hombres que viven en la selva hoy día, y que tienen una vida parecida a la de los habitantes del neolítico, son menos felices que nosotros?
De manera que, contrapuntear la ciencia con el arte es, pues, intentar de nuevo que reviente la fina capa de hule que mantiene la forma del paradigma, con dardos lo suficientemente cargados de cuestionamientos necesarios sobre la actualidad, como para despertar al artista más ensimismado. Se trata de una política cultural que atienda las direcciones prospectivas de lo que vendrá. Por eso, como dice César Espinosa forzando los límites del campo:
(…) el científico ha sido más inteligente que el artista porque ha reconocido que la ciencia no puede ser "pura". En palabras de Michael Polanyi, la ciencia hoy día se reconoce como una forma de conocimiento personal, ya que el científico elige un método y no un instrumento absoluto.
(…) La concepción misma del método científico ha cedido ante el reconocimiento de que cada ciencia tiene su propio método, que las ciencias se mezclan, que aun la noción de método es poco confiable, que el operacionismo es una base para la ciencia, que la ciencia a menudo es sólo lo que el científico hace.
Hay que decir que se refiere a concepciones de científicos de ciencia dura. Gracias a ello es probable que muchos extraordinarias “artistas” de la actualidad no hayan pasado por una escuela de arte, o que eso sea lo de menos, pues acá el término “arte” o “arte contemporáneo” si se quiere, define tan sólo un campo de representación política en el cual es posible proteger la obra como experimento en potencia y, por ende, como idea.
Por otro lado ¿cuál parecería ser la funcionalidad de obras como las de Kac, si se enmarcan dentro del campo de la biología genética? Esa es la razón por la cual el instituto con el que colaboró para la realización de Alba, retuvo a la coneja fluorescente. Porque dentro del campo institucionalizado la presión del Estado es mayúscula, así como la de los demás actores del campo que pueden tener dudas –legítimas o no del todo- sobre la utilización de dicha información.
Y esto tiene qué ver con el criterio con el cual elementos externos a la comunidad científica definen su deber. Por eso es que el campo del arte es un territorio en el cual las especulaciones acerca de la vida y sus límites pueden saberse más confortables. Lo que no quiere decir; menos peligrosas.
Podría parecer que otra hibridación radical, en este caso, es la combinación entre poesía y ciencia, no porque no se pueda hacer alusión a ambas de manera creativa, sino porque ya en la práctica parecerían asuntos irreconciliables. Citando a Alfredo Espinosa, uno de los primeros creadores documentados por César Espinosa en el libro:
(…) los poemas son también configuraciones gráficas, cuerpos definidos de líneas y formas, texturas, colores, es decir, los poemas son, sobre la página en blanco, arquitecturas, objetos, presencias, en fin, que no imitan la cosa sino la recrean, la descubren, la revelan.
Se trata, en tanto poiesis, de una concentración más que de la formalización del objeto, del estatuto ontológico de la creación que éste supone. Así pues, el énfasis en lo visual en la poesía no es una fragmentación más adscrita a la especulación y al espectáculo contemporáneo.
Así como los constructivistas rusos intentaron hacer de sus abstracciones geométricas una vía para la conformación práctica de una nueva sociedad, los poetas visuales traicionan el formato que circunscribe el acto de escritura a ciertas prácticas verificables, para así reconsiderar mediante la forma, un modo de colocar la palabra-realidad en un contexto en el que se enganche, se eslabone con otros “formatos”. Es ahí, en la interrelación entre aspiraciones individuales e imaginario público, donde las cosas adquieren certidumbre. Es decir, parecen reales, se vuelven objeto de realidad y fetiche realizable.
Si la ciencia plantea justamente la verificación de los acontecimientos por medio de modelos subjetivos, el método permite hacer reproducible su contenido. En la conjunción de idea y posibilidad de reproducirla como forma o continuidad. Eidos, sin la connotación platónica de “idea irrealizable” se vuelve peligroso para la convención, pues produciría la posibilidad de que las relaciones simbólicas complejas de lo pensado, en efecto sean reconocibles en un contexto material dado, se volvieran objetuales, materia viva. Lo cual supondría que, por el contrario de la filosofía occidental que separa idea de objetividad, se convirtieran en acción y presencia.
Así se entiende cabalmente la atención que César Espinosa le dedica al artista brasileño Eduardo Kac. Kac comprende bien el territorio subjetivo entre proyecto y realización. La holopoesía, por ejemplo, que implica reconstruir la palabra en fragmentos lumínicos de posibilidad que coloquen la representación de un objeto tridimensional en un espacio bidimensional.
No se trata de una ilusión, porque nuestra cultura que nos dice que un objeto que se ve así tiene tres dimensiones, no puede luego decirnos fácilmente que no es así. Es decir, debe de realizar regulaciones conceptuales para hacer que ambas ideas permanezcan. Y lo que nosotros, partícipes de esa cultura, hacemos es adaptar el lenguaje a esa nueva realidad. Sin embargo, lo que estamos viendo es la realización de una palabra que posee varios presentes diferenciados, que se encadenan para producir un concepto.
En la entrevista Kac dice:
Nuevas tecnologías de la información generan nuevas situaciones y también nuevas formas de entender entornos ya familiares. Tienen el poder de modificar el ámbito social mediante la introducción de nuevas formas de intercambio y negociación de significado.
En el intermedio de la negociación entre disciplinas, hay un momento de anomia. Ahí surge una realidad frente a la cual hay que ser cuidadosos. Frente a la operatividad estratégica de los estados, el arte mantiene cierta autonomía. Sin embargo, sabemos que si esta “dialogicidad temática” de la que habla Kac, acorta las distancias y relativiza los tiempos, los resultados de ello pueden tener muchas vías de aplicación insospechadas.
Si bien la literatura, por ejemplo, es capaz de resumir sensaciones muy intensas en una cantidad limitada de notaciones, esto, al interactuar como información reprocesada en un espacio con condiciones predefinidas, produce apenas incertidumbres, acaso también nuevas formas de control. Lo cual no implica la pasividad como consecuencia de dichas precauciones, sino la clarificación de los objetivos y el seguimiento de su desarrollo. Así, César Espinosa aclara los propósitos de Kac:
Su intención es utilizar los medios de telecomunicación, aquellos controlados por entidades privadas o gubernamentales, con el fin de romper su lógica unidireccional y estar en capacidad de crear, en el plano de lo real, un nuevo tipo de experiencia que dé preferencia a las formas democráticas y dialógicas.
Y es que si no somos capaces de desestructurar las herramientas que nos venden en un producto transgénico o en un nuevo dispositivo electrónico, estamos aceptando que su conformación represente las lógicas del poder que los concibió. Por ello la elección está ahí. Kac acepta su posición de ciudadano crítico, antes que la de científico.
Caso distinto es el de los últimos dos poetas científicos incluidos en el trabajo; Pablo Györi y Fabio Doctorovich, el primero ingeniero y el segundo matemático. En sus opiniones el territorio se hace más denso, en tanto los artistas no están del todo familiarizados con la terminología. Cosa que lo hace mucho más interesante, pues explican de otro modo lo que ya ha sido sugerido por César Espinosa en la conjunción de artículos, al presentar las referencias a investigaciones en las que el paso de la invención se concreta en un territorio de posibilidad material. En una parte de la entrevista Pablo Györi aventura la posición de muchas de estas creaciones:
(…) la incidencia perniciosa –a nuestro criterio– del grueso de la teoría posmodernista, la tan reiterada tesis del fin de las vanguardias y de que toda actitud creativa habría de acabar en una pobre repetición de lo concebido antaño y demás cuestiones que juzgábamos inaceptables y otras que avizoramos indispensables de cara al próximo milenio, nos incitaron a estimar la idea de un nuevo lanzamiento en sociedad, que (…) se proyectara en un intento por esclarecer los patrones que prevalecerán en los tiempos venideros, ya por completo identificados con el mundo virtual.
Más adelante, en la entrevista a Doctorovich, el punto álgido ocurre al hablar de matemática en voz de Roger Penrose:
¿Es la matemática invención o descubrimiento? Cuando los matemáticos obtienen sus resultados, ¿están produciendo solamente elaboradas construcciones mentales que no tienen auténtica realidad, pero cuyo poder y elegancia basta simplemente para engañar incluso a sus inventores haciéndoles creer que estas construcciones mentales son "reales"? ¿O están descubriendo realmente verdades que estaban ya "ahí", verdades cuya existencia es independiente de las actividades de los matemáticos?
Esta frase para mí es una duda contundente que si bien todos podemos elaborar, en este caso la estamos escuchando de un físico-matemático. Es decir, alguien que concibe el mundo mediante fórmulas estrictas y notaciones de gran complejidad.
Es aquí entonces que detengo esta breve relatoría emocionada. No sin antes decir que estamos ante una publicación muy afortunada que es necesario celebrar y difundir, pues plantea una problemática bien delimitada que nos induce a seguir indagando en territorios que de lejos parecerían penumbrosos, pero que de la mano de un escritor-escrutador hábil, como lo es César Espinosa, nos atañen a todos, nos presentan perlas virtuales que se pueden tocar muy bien, redondear como quien sopesa un tesoro, como quien juega con canicas, con nuevos mundos posibles.
(César Cortés: Algunas de sus últimas exposiciones individuales han sido “Genealogía de Lando Micco” en la Galería Studio Cerrillo (San Cristóbal de las Casas, Chiapas) e “Isolíneas” en la galería de Radio Educación. Fue becado por el Programa Nacional de Educación Artística en el área interdisciplinar por el CONACULTA-INBA-CENART. Coordina el proyecto de intervención pública laboratorio de situaciones y el proyecto REARMABLE. Fue parte del proyecto Chilango Hawkers, mismo que participó en la bienal Metropolis Laboratory en Copenhague, Dinamarca. También ha presentado obra plástica en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona y en Tsubakihara group, Nagoya Artport (Japón).
Ha publicado la novela Abandona Silicia; un libro de relato breve, Noche para armar; y otro más con un texto experimental, espejo-ojepse, así como la recopilación de ensayos Periferias y mentiras. Textos sobre arte, banalidad y cultura alternativa. Coordina la publicación Ágora Speed; postliteraturas. Actualmente escribe una columna con el nombre de “Vigilia bit”en el proyecto “Nota al pie”.)
LOS NUEVOS HÍBRIDOS PARA UNA SOCIEDAD EN CAMBIO
Araceli Zúñiga Vázquez
Ocho de marzo. Los nuevos híbridos. Sí. Pero también día internacional de la mujer. Enfocaré entonces a ambas circunstancias mis breves comentarios.
La artista mexicana Marcela Armas acaba de ser galardonada con el Premio ARCO Madrid/Beep de Arte Electrónico por su obra "Máquina Stella": una escultura en forma de dodecaedro, cuyas partes están completamente interconectadas y reciben carga eléctrica según la parte que demande más potencia, por lo que la imposibilidad de encontrar la distribución perfecta de la energía desemboca en la fundición de uno de estos filamentos y su colapso.
"Es, finalmente, una metáfora del desigual reparto de la riqueza en nuestra sociedad, a partir de un pensamiento artístico abstracto sobre la distribución de la energía", dice la propia Marcela Armas.
Su trabajo, precisó, es el resultado de una investigación sobre energía y sostenibilidad.
"Para mí las máquinas en general son aparatos mucho más vulnerables de lo que parecen", aseguró la artista. Se considera que esta pieza ha creado un sistema que demuestra metafóricamente la insostenibilidad de nuestra sociedad actual.
Mencionaré también la pieza "Expanded Eye" de la artista brasileña Anaisa Franco, quien ganó la pasada edición del ya mencionado Premio ARCO Madrid/Beep de Arte Electrónico, con el proyecto de una escultura interactiva que invita al público a jugar con la visión en un contexto mágico donde la percepción se une con la autorreflexión y la observación. Los nuevos híbridos, por supuesto.
Ada Lovelace
Híbridos como Ada Augusta Byron King, conocida como Ada Lovelace (1815-1852): ]describió la máquina analítica de Charles Babbage, siendo actualmente considerada como la primera programadora, desde que escribió la manipulación de los símbolos, de acuerdo a las normas para una máquina que aún no había sido construida. Dedujo y previó la capacidad de los ordenadores para ir más allá de los simples cálculos de números, mientras que otros, incluido el propio Babbage, se centraron únicamente en estas capacidades.[
Ada Augusta siguió estudios particulares de matemáticas y ciencia. Fue autodidacta; en 1833 su madre le presentó a Mary Sommerville, quien fue su tutora personal. También le gustaba practicar la equitación, la gimnasia y el baile. Cuando Ada tenía 17 años conoció sobre el trabajo de Charles Babbage, profesor en la Universidad de Cambridge. Pasó a ser, entonces, su tutor y más tarde trabajaron juntos; a él se le considera el padre de los ordenadores, dado que su «máquina analítica» funciona bajo los mismos principios que los ordenadores actuales.
Ada Lovelace desarrolló conceptos en un lenguaje de programación como un conjunto de instrucciones que permiten que otras se repitan en un bucle o subrutina; la relación que llevaron por años hizo que Babbage reconociera el talento de Ada al grado de llamarle "La encantadora de números" (The Enchantress of Numbers).
Charles Babbage
]Menciono también a Margaret Cavendish (1623-1673), duquesa de Newcastle, filósofa autodidacta, quien participó en las discusiones más importantes de su tiempo sobre la materia y el movimiento, la existencia del vacío, la naturaleza del magnetismo, el color, el fuego, la percepción y el conocimiento. Escribió muchos libros: Poemas y fantasía, Razones de Filosofía Natural, La Academia femenina, La Descripción de un Nuevo Mundo llamado el mundo resplandeciente... Pero además publicó sus libros, un hecho que debió ser desmesurado para una mujer del siglo XVII.
Fue una mujer fruto de un tiempo en el que las diferentes teorías científicas sólo empezaban a perfilarse. También escribió en verso un libro, en el que explicaba su visión de los átomos. Ella explicaba su posición ante el mundo y defendió sus propias tendencias «extravagantes y espléndidas» en el prefacio de su libro Natures Pictures, al afirmar que:
«[...] el mundo está más apto para honrar lo exterior que lo interior, adorando más lo que se muestra que la sustancia; y yo soy tan vanidosa, si existe tal vanidad, que prefiero empeñarme en ser adorada antes que no ser recordada.»
Máquina diferencial, de Babbage
Aquí un fragmento de su libro/poema sobre los átomos:
[«Un mundo constituido por cuatro tipos de átomos
El átomo agudo y sutil del fuego, que es rápido y seco;
el largo, que, a modo de flecha, dirige en el aire su vuelo;
el redondo que al agua humedece, que es hueca por dentro su forma;
el que tiene figura cuadrada, que en tierra pesada se torna.
Mineral resistente producen los átomos que tienen puntas.
De los átomos que son redondos, vegetales blandos resultan.
En los animales, un único tipo jamás se da puro,
sino que los cuatro se encuentran y juntan formando un conjunto.
Así que los átomos son la sustancia de todas las cosas,
y el baile del mundo lo van fabricando con sus cuatro formas.»]
Hasta aquí mis menciones sobre mujeres artistas y científicas. Hoy estamos en esta casa universitaria para celebrar a los nuevos híbridos: arte y ciencia en la sociedad del conocimiento y, más que nunca, desde la resistencia científica y cultural por una sociedad interactiva y diversa. César Espinosa reúne en este libro, a través de entrevistas y charlas con varios artistas electrónicos sus propias reflexiones que, a lo largo de la experiencia vivida desde Los Grupos hasta la Bienal Internacional de Poesía Experimental, han aflorado y exigen su lugar.
Araceli Zúñiga y Maris Bustamante, con Miguel Ángel Corona, René Villanueva (+) y Eloy Tarcisio, V Bienal de Poesía Visual-Experimental (1996)
Celebro también que nos acompañe Maris Bustamante, artista no objetual y directora general de Cahctas, una asociación civil creada por ella desde hace muchos años para inquirir en torno a las artes y las ciencias de los siglos XX y XXl, lo cual ha hecho, formando escuela, por ciclos de una vez por semana, a veces por una presentación única o la mensual, sin faltar nunca. Y Edith Medina, a quién saludo por su creatividad, laboriosidad y empeño en sus seminarios sobre arte y ciencia. Muy bien.
Para terminar, deseo mencionar que, en “El Collar de la Paloma”, tratado árabe sobre el arte y el amor, se dice… “cuando los rayos del ojo encuentran un objeto claro, muy pulido, ya sea acero bruñido, vidrio, agua, una piedra brillante u otra sustancia reluciente y con destellos (…) esos rayos del ojo se reflejan de regreso y el observador, entonces, se contempla a sí mismo y obtiene una visión ocular de su propia persona”.
Los nuevos híbridos: como el cine, la fotografía, la poesía, las ciencias y las artes todas de una sociedad en cambio, radical. Muchas gracias.
(Araceli Zúñiga Vázquez es investigadora/guionista de radio y televisión educativa (TV-UNAM, Radio UNAM, Radio Educación). Ensayista sobre ciberculturas y vanguardias artísticas. Asesora de proyectos transdisciplinarios sobre arte y multimedia. Miembro del consejo editorial de la revista virtual Clon, de la UAM Xochimilco. Miembro del Consejo del Instituto de Semiótica y Cultura de Masas, centro de investigación y análisis crítico, A.C., Member of IASS/International Association for Semiotics Studies. Curadora y promotora de videoarte, video independiente y video experimental. Co-coordinadora de las diez Bienales Internacionales de Poesía Visual-Experimental.)
EL ARTISTA EN SU ENCRUCIJADA
El arte en tiempos de guerra
César Horacio Espinosa Vera
¿Cuál es la condición y el devenir del arte una vez transcurrida la primera década del siglo XXI?, ¿estamos ante la disolución y crisis respecto de las concepciones en torno al arte, de la eventual nueva “muerte del arte” y del a-arte tecnológico? Estamos, ciertamente, ante los desafíos óntico-epistémicos que afectan tanto al arte como a la ciencia en el mundo posterior al 11-09-001 y las condiciones del “arte para tiempos de guerra” (en México y en el panorama global).
Todo ello en el caldo de cultivo de la contaminación entre diversos y disímbolos signos culturales, al alimentarse de ellos mismos permanentemente en un intercambio de semiosis ilimitada (una Estética Uróboro), permanentemente nutrida desde la determinación tecno-mediática de la cultura. Ciencia, arte y tecnologías van en la misma nave, ocupan la misma mesa, comparten los mismos guisos que ordena el sistema de poder en que navegan.
Así, los paradigmas del siglo XXI están siendo impuestos por los intereses imperiales –los del siglo pasado y los emergentes–, desde su explosión/expansión global, mediática, financiera, energética, militar.
¿Qué relaciones hay entre el arte y la ciencia? Fundamentalmente, ambos caminos tienen como objetivo ampliar el conocimiento. (Los conocimientos.) Este hecho es decisivo, aunque hay quienes arguyen la existencia de grandes diferencias en cuanto a métodos y metas.
En realidad, a finales del siglo XX esas diferencias se decantaron enormemente mediante aproximaciones muy importantes en los avances de las ciencias de la vida, las redes y la “hipercomunicación” a través de los artefactos de la neomedia, y hasta las nuevas visiones del mundo amenazado por el derroche, la contaminación y el desastre ecológico global que nos acecha.
Vivimos los tiempos de Wickyleaks y el “destape” electrónico de la diplomacia militarista de EE.UU.; de las redes sociales que movilizan a más de tres mil millones de personas en el mundo, o sea, la incorporación generacional de los denominados nativos digitales o etiquetados también como la “Generación e-@”, además de los llamados inmigrantes digitales que se anexan a Internet propulsados por la Web 2.0 en sus varias versiones, abriendo la caverna a todo mundo para involucrarse y actuar en la red de redes; véase, la proliferación de gadgets multiformes, ubicuos, a través de los cuales es posible denunciar y registrar abusos de las oligarquías imperantes en todos los puntos del planeta.
La interrelación de prácticas, medios y formas lo es también de los sentidos y
significados de cada uno de ellos. Pero esta combinación de sentidos y significados no se da tanto como una suma de las partes, sino a través de la superposición –consciente o no– de las construcciones simbólicas asociadas en cada contexto a cada una de esas prácticas, medios y formas que entran en interrelación.
Lo que surge es “algo nuevo”, diferente, que permite repensar ambos medios y los
sentidos de sus referentes en un contexto simbólico constantemente transformado y
actualizado.
Así, el punto fundamental de lo trasversal artístico no es la creatividad, la novedad o el surgimiento de prácticas formalmente novedosas. La clave está en cómo lo simbólico asociado en cada contexto a cada una de esas prácticas, formal o conceptualmente, multiplica y transforma las dimensiones posibles de la interpretación e implementa, con dimensiones imaginarias, los sentidos posibles del “conjunto” resultante.
El devenir del arte y el artista en este siglo XXI, para apartarse y buscar enfrentar al bussines-art y al Arte Entertainment, deberá profundizar en su orientación dentro del no-lugar y la desmaterialización, si bien hacerlo con propuestas que logren innovar y dejar huella, es decir, con capacidad de respuesta y competitiva.
Al mismo tiempo, habrá de multiplicar la incorporación en el trabajo simbólico, en amplia escala, del in-artista (los grupos sociales llamados “descalzos”, como aquellos que se declaran indignados en Egipto, Yemen, Libia, Siria, España o Wall Street…) en calidad de compañero creativo, fuerza renovadora y raíz de una nueva cultura. Como los nuevos juglares para las nuevas cosmo-lenguas y artes cósmicas
8 de marzo, 2012
Casa Universitaria del Libro, UNAM
Fotografías presentación: Gabriela Esther de Dios y Armando Altamira G. Composiones gráficas: C.H.E.
César Horacio Espinosa Vera. Mexicano. Escritor, docente, poeta visual. Creó y ha sido coorganizador-curador de las 10 Bienales Internacionales de Poesía Visual y Experimental (1985-2006). Autor de libros y ensayos sobre poesía, arte, política cultural y comunicación, uno de ellos -en coautoría con Araceli Zúñiga- La Perra Brava. Arte, crisis y políticas culturales, del cual una selección de textos aparece en Ediciones Especiales de esta revista virtual.
e-mail: poexperimental@gmail.com
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