RODOLFO OPAZO. LA DIMENSION METAFISICA DEL HOMBRE
RODOLFO OPAZO. LA DIMENSION METAFISICA DEL HOMBRE
Por: María Soledad Mansilla Clavel.
La pintura de Rodolfo Opazo se desarrolla en torno al ser humano, pero no en esa parte corpórea del hombre que estamos acostumbrados a ver, el aspecto conocido y cotidiano, sino que en esa otra dimensión humana, la del espíritu. Así es como veremos en sus telas al óleo, la presencia permanente de varias figuras blanquecinas, grisáceas, desposeídas de sus cabezas y lo suficientemente sintéticas para recordarnos que el autor se mueve plásticamente en el campo de las ideas y ellas en el plano de la esencia del ser humano.
Cuenta sin rodeos que su infancia estuvo marcada por una tartamudez que obligó a sus progenitores a cambiarlo de su colegio de los Padres Franceses de Viña del Mar y de Santiago para ingresar a una Escuela Especial primero y más tarde continuar sus estudios en casa con profesores particulares. Su autoestima infantil dañada hubo de ser el inicio del aislamiento voluntario de Rodolfo Opazo, que a pesar de haber tenido dos esposas y cuatro hijos, hoy por hoy se reconoce de un carácter ermitaño que se refleja en un vivir solitario en un paisaje de campo en Lampa, donde es propietario de algunas hectáreas que lo reconfortan lo suficiente como para seguir pintando.