Coalición Chilena por la Diversidad Cultural: EN DEFENSA DE LA CREACIÓN ARTÍSTICA
Coalición Chilena por la Diversidad Cultural:
EN DEFENSA DE LA CREACIÓN ARTÍSTICA
Durante el 2 y 4 de septiembre pasado, la discusión cultural se dio cita en la sede de la CEPAL. En un evento donde participaron 12 delegaciones internacionales y personeros tanto del ámbito artístico como del político, la Coalición Chilena por la Diversidad Cultural (CCHDC) daba el vamos al “Encuentro de Coaliciones para la Diversidad Cultural de América y el Mercosur”.
La CCHDC visualizaba la cumbre enfocándose en tres aspectos centrales: establecer lineamientos de trabajo en común para fortalecer la creación artística en el continente; revitalizar y potenciar la circulación cultural en la región, y propiciar la participación de la sociedad civil en el ámbito de la cultura. En síntesis, el evento fundamentaba su existir en la defensa a la diversidad cultural en Latinoamérica ante las amenazas que ponen en riesgo su integridad.
Para ello, delegados de coaliciones por la diversidad cultural de América estuvieron los tres días del encuentro compartiendo sus visiones y comparando las realidades culturales de los países ahí representados. Pero no fueron los únicos. El senador Jaime Gazmuri, el Consejero Cultural de la Embajada de Francia, Philippe Valeri, la periodista Faride Zerán, y Martín Hopenhayn, Director de la División de Desarrollo Social de la CEPAL, establecieron sus posiciones durante las jornadas, sentenciando una frase tan pueril como cierta: “Faltan políticas en favor de la diversidad cultural”.
Al final, el evento fue un éxito para los organizadores. La cumbre dejó la puerta abierta para un debate más profundo en torno a la defensa de la cultura en el país y de paso aunó ideas entre los mismos artistas, que aunque a veces dispersas entre sí, apuntan al mismo punto: resguardar la diversidad cultural.
Los hechos reales muchas veces demuestran un monopolio cultural y artístico que no da espacio a la pluralidad. Para la muestra un botón: durante el fin de semana del 29 y 30 de agosto, la cartelera capitalina concentró el 90% de su oferta en base a 12 películas en su mayoría estadounidenses. Y aunque en este tipo de casos la diversidad cultural parece ser una broma de mal gusto, lo cierto es que la defensa de este ámbito en nuestro país es una tarea pendiente. Tras el debate en torno al tema cultural, surge un ente llamado a representar a las artes de las situaciones que vayan contra ellas: la Coalición Chilena por la Diversidad Cultural.
La CCHDC: origen y futuro
El origen de esta organización se remonta a octubre de 2001. Durante esa fecha se estaba llegando a los detalles finales del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Chile y Estados Unidos, y aunque las ventajas del TLC parecían enormes, había un tópico que de no mediar intervención se vería en grandes aprietos: el futuro de la cultura nacional. Los resguardos para la cultura local ante un eventual tratado con Estados Unidos eran débiles y prácticamente inexistentes.
Ante ese escenario, un grupo de asociaciones profesionales, liderados por el Sidarte, La Plataforma Audiovisual y Editores de Chile, comenzaron una frenética intervención para no dejar en desamparo a la creación cultural del país. Conversaciones en altas esferas políticas y la presión insistente de los miembros del naciente grupo lograrían en más de un año lo que en un momento parecía perdido. A través de diversas tratativas, la agrupación consiguió una reserva cultural con Estados Unidos, resguardando el derecho soberano de Chile a desarrollar políticas que considere válidas en la materia.
A partir de 2003, y en alianza con el Consejo Nacional de la Cultura y Las Artes, la organización se suma a favor de la Convención de la Unesco, aprobada en 2005, la que buscaba asegurar un tratado internacional que reconociera la naturaleza distintiva de los bienes y servicios culturales. En enero de 2007 la convención fue ratificada por nuestro país.
Sin tiempo para descansos, en estos días la CCHCD participa activamente por el trabajo conjunto por la diversidad cultural con otras coaliciones del continente. Y así, con 22 organizaciones que forman parte de esta entidad –como SIDARTE, Chileactores, la Sociedad Chilena de Derecho de Autor (SCD), Prodanza o la Asociación de Dramaturgos Nacionales (ADN), Asociación Editores de Chile, entre otros- continúa la defensa de lo único por lo que existe: el amparo a la creación artística nacional y latinoamericana.
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