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THE QUIET VOLUME / EL AUTOTEATRO DE UNA LECTURA SILENCIOSA.
Ant Hampton y Tim Etchells.
Por Camila Téllez
Idea y dirección: Ant Hampton y Tim Etchells.
Producción ejecutiva: Katja Timmerberg.
Coproducción con Vooruit, Belgium.
Traducción a castellano: Luz Algranti y Paula Porroni.
Las mismas letras… para Klaus y Lukas.
(del 19 de diciembre, 2014. Vitoria-Gasteiz)
Hace casi un mes que un movimiento inusual despertó la curiosidad de algunos lectores y estudiantes en la Biblioteca Universitaria Koldo Mitxelena, en Vitoria (Vitoria-Gasteiz). Y es que una propuesta sutil y compleja, casi invisible, se estuvo generando durante cinco días en sus salas de lectura.
Junto al mesón de recepción de libros, un pequeño cartel anuncia “The Quiet Volume” [El Volumen Silencioso]. Y pidiendo cita con anterioridad, los participantes-espectadores de este autoteatro, como lo llaman sus creadores Ant Hampton y Tim Etchells, eran conducidos de a dos personas, desde la recepción de la biblioteca misma, hasta una mesa de lectura especialmente dispuesta para esta performance susurrada.
Los participantes reciben un audio que cuelgan en sus cuellos, y junto a instrucciones sencillas: “sólo tienes que escuchar y leer a tu propio ritmo”, son dirigidos hacia una de las salas. Adentro, dos pilas de libros esperan sobre una mesa, y apenas se sientan, una voz susurrante los guía a través de los audífonos: “Lo primero que te llama la atención, es que para tratarse de un lugar dedicado al silencio, la verdad, es que es bastante poco silencioso…”
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Estamos sentadas una al lado de la otra. Frente a nosotras hay libros simétricamente dispuestos, y sobre ellos, un cuaderno. Una voz nos susurra por los audífonos, nos va guiando por la superficie cotidiana de las cosas, prestamos atención a los pequeños movimientos -contenidos e incontenibles- que se manifiestan entre los lectores y sus objetos: páginas que pasan, sillas que crujen, toces que se disimulan, cierres que se abren, libros que se cierran. Por unos momentos, somos espectadoras encubiertas del estar íntimo de los otros, de los concentrados, de los sumidos en la lectura.
La voz nos saca de ese espacio público para introducirnos en las páginas del cuaderno que tenemos en frente, ésta vez nos lleva por la superficie de las letras, leemos por dentro, superponiendo nuestra voz a la grabación. Seguimos instrucciones y nuestras manos se sincronizan como espejos sobre los cuadernos. Pasamos de la lectura individual a la lectura conjunta y viceversa, exploramos maneras de habitar el espacio entre las letras, de habitar las imágenes que éstas generan. Tomamos un libro y empezamos a poblarnos de sus imágenes.
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The Quiet Volume. Diciembre 2015. Vitoria-Gasteiz. Foto: cortesía de AZALA Kreazio Espazioa.
The Quiet Volume utiliza la voz en off para trasladar a los participantes por distintos estados de la lectura interior. Un recorrido que pone la atención en el oído y la mirada del que realiza la experiencia, para ir profundizando cada vez más, en la creación de imágenes, pensamientos y asociaciones por medio de la lectura. Donde los participantes son inducidos -por esa voz-, a realizar un montaje individual y compartido desde el imaginario de los libros. Hampton y Etchells, realizan una cuidadosa selección de lecturas como materiales para construir escenas, y así organizan un “viaje de lectura” que pasa por las primeras páginas de Ensayo sobre la ceguera de José Saramago; o alternando las páginas de Klaus y Lucas de Agota Kristof; y que acaba en Cuando fuimos huérfanos de Kazuo Ishiguro; además de un libro de fotografías Cityscapes de Gabriele Basilico, por el que también circula la mirada.
A pesar de que la lectura silenciosa es siempre una experiencia individual, en The Quiet Volume, esa individualidad se ve traspasada por la voz en off, que a través de la escucha unifica la experiencia de lectura de los dos participantes, convirtiendo sus cuerpos en intermediarios por donde esa voz fluye. Los cuerpos se “hermanan” en la medida que la acción de leer es una lectura conexa, de a dos, como una mano izquierda que necesita de su par, la derecha, para dar vuelta una página.
Citando uno de los libros, es como cuando Klaus y Lucas, los gemelos de Kristof, se hacen pasar por sordo uno y ciego el otro, para que no puedan separarlos ni mandarlos a la escuela: “…el sordo le dice al ciego lo que no puede ver, y el ciego le explica al sordo lo que este no puede escuchar…” dice la abuela en el libro. De esta reciprocidad íntima se va tejiendo una coreografía sutil, que sincroniza oídos, ojos y manos de sus participantes-espectadores, para complejizar el acto de la lectura.
Este autoteatro ocurre en un formato de escritorio, y se va desplegando desde esa cercanía con los objetos hacia adentro del lector, creando escenificaciones interiores. Esto que estoy describiendo no es más que el propio acto de lectura, pero lo que lo diferencia del simple acto lector, es cómo el pensamiento viaja y se desplaza performativamente de libro en libro, para reescribir su propio relato, donde la ceguera, la pérdida de la visualidad, las páginas en blanco, el oído, la mirada, los paisajes nevados, vaciados, las ruinas de la guerra, la falta de luz, son las imágenes recurrentes de la voz en off que nos conduce. Ésta se encarga de re-articular la linealidad clásica del libro y bucea por los ejemplares escogidos, reapropiándose de fragmentos textuales, de párrafos y palabras específicas que consigan construir una nueva espacialidad, mental y proyectiva, organizando sus propios escenarios a partir de estos. Y sin embargo, no deja de acontecer como un acto relacional de los que están leyendo.
The Quiet Volume. Diciembre 2015. Vitoria-Gasteiz. Foto: cortesía de AZALA Kreazio Espazioa.
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Damos vuelta la página y nos encontramos con una ciudad bombardeada en blanco y negro. Los edificios son ruinas agujeradas por balas y por espacios oscuros que solían ser ventanas. Su mano señala una de ellas en la superficie del libro, una oscuridad cualquiera que se abre en el muro. La voz que continúa con nosotras, nos incita a entrar, a cerrar los ojos. Nos quedamos en un negro desprovisto de imágenes, aún cuando, dicen que el negro absoluto no existe, así como tampoco existe el silencio.
Pero nosotras estamos en el negro, y la voz nos invita a observar esa habitación a oscuras, a mirar los muebles desechos, caídos, producto de los bombardeos. Y entonces, acontece un hecho evidente pero increíble, y es que todo lo que imaginamos, todas las mesas, sillas, estantes de libros desperdigados por el suelo, todo, atrae luz para ser visto. Aún estamos en la biblioteca.
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El silencio aparente.
Es interesante cómo The Quiet Volume -una propuesta performativa-, se autogenera en un espacio público de naturaleza tan normativa como lo es una biblioteca, y sin embargo, se adapta de tal manera a esta normatividad del silencio, que llega a pasar casi desapercibido para quienes cohabitan la sala de lectura. Nos abre un espectro de posibilidades en cuanto al acontecer y a las maneras en que eso, que públicamente debe ser dicho, pueda manifestarse.
Fachada Biblioteca Universitaria Koldo Mitxelena, Diciembre 2015. Vitoria-Gasteiz. Foto: Edu Hernando.
The Quiet Volume es presentado en Vitoria-Gasteiz, dentro del programa de talleres y encuentros llamado Proklama, que en esta tercera edición, centra su atención en las maneras de manifestar la palabra, de “decir algo” en ese espacio común que entendemos como público. A partir del texto de Judith Butler llamado "Nosotros, el pueblo. Reflexiones sobre la libertad de reunión". Proklama abre la pregunta: Nosotros, el pueblo, ¿en qué sentido se trata de un ejercicio performativo?
Pensando el espacio compartido para el acontecimiento de la palabra hablada, los encuentros se proponen desde la idea de “tomar la palabra prestada”, buscando piezas que utilizasen palabras de otros para crear un nuevo discurso. Así se inserta The Quiet Volume como propuesta que tensa y cohabita esta idea del habla y la escucha pública en el espacio institucional, que por otra parte, se desplaza del lugar habitual de encuentros de Proklama, que en general se había venido desarrollando en ARTIUM, Museo de arte contemporáneo de la ciudad. La biblioteca abre un espacio nuevo e inesperado para el encuentro.
The Quiet Volume es una pieza que se ha presentado en diferentes bibliotecas del mundo, y forma parte del proyecto curatorial de Lola Arias y Stefan Kaegi, Ciudades Paralelas, que investigan los espacios funcionales y de uso común, como hoteles, fábricas, centros comerciales, bibliotecas, y otros, para proponer piezas escénicas que no necesiten movilizar escenografía, sino que comprendan la ciudad misma como posibles escenarios en los que acontezcan las performatividades. El Festival se ha desarrollado en Berlin, Warsaw, Zurich y Buenos Aires, lugar donde The Quiet Volume fue traducido al castellano para la Biblioteca Nacional de Argentina, y luego a sido presentado en otros lugares de habla hispana. http://www.ciudadesparalelas.org/menu_espanol.html
Hall recepción de la Biblioteca Universitaria Koldo Mitxelena, Diciembre 2015. Vitoria-Gasteiz. Foto: Edu Hernando.
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Ant Hampton (Londres). Performer, escritor y director. Fundó ¨Rotozaza¨en 1998, un proyecto basado en instrucciones dadas por medio de auriculares a personas que son performers invitados que nunca habían ensayado antes o, en formatos más íntimos, los performers son los espectadores mismos (autoteatro). Además, fue dramaturgista para ¨Escenarios proyectados¨ en Manifesta7 Bienal Europea para el Arte Contemporáneo, Sud Tirol, Italia. Colaboró en proyectos de Jérome Bel y Forced Entertainment y trabajó con Tim Etchells ( ¨Tue Riches¨) y Glen Neath ( The Bench). www.anthampton.com
Tim Etchells (Sheffield / New York). Artista y escritor que vive en Inglaterra. Trabajó en muchos contextos diferentes y es el director artístico del grupo mun dialmente reconocido Forced Entertainment. Realizó performances, fotos, textos, instalaciones y escribió ficción. Es el autor de ¨Fragments¨ (Fragmentos), Routledge, 1999 y publicó su primera novela ¨ The broken World¨ (El mundo roto) Heinemann, 2008. Sus obras fueron exhibidas en MACBA, Barcelona (2009), Göteborg Biennial (2009), Art Sheffield (2008), Manifesta 7 (2008). Es artista en residencia (2009-2010) en la Tate Research and LADA en Londres. www.timetchells.com, www.forcedentertainment.com