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Galería Animal (6-29 de enero de 2011):
EL IRÓNICO OJO PORTÁTIL DEL PINTOR MANUEL TORRES
El 6 de enero se inaugura en la Galería Animal la exposición ‘Portátil’ de Manuel Torres, en la que este pintor recrea con sarcasmo su memoria, evocando personajes urbanos e iconografía popular vistos desde una distancia escéptica.
Escenas urbanas y fantasmales en las que se congregan oficinistas pálidos en sospechosa espera, vendedores de autos usados de corbata estridente, enanas dueñas de casa y ‘girls' de Petty llamando a larga distancia, anquilosados lagartos y una serie de letreros pintados en esmalte sobre cholguán con absurdas cabezas de cómics. Así describe el pintor Manuel Torres su próxima exposición ‘Portátil’ (2008-2010) en la Galería Animal (6-29 de enero de 2011, Alonso de Córdoba 3105, Vitacura).
Después de investigar durante más de 15 años sobre salitreras, ruinas y desiertos del norte, este pintor de la Universidad de Chile recuerda ahora paisajes de tráfico urbano, calles repletas de habitantes, embajadores de la nada que se agitan y esperan en colas eternas. Se observan desplazamientos de quiltros y motorizados de todo tipo. Señaléticas, siglas, y nombres de revistas extintas.
Las escenas siguen siendo igualmente fantasmales. El pintor recrea en esta muestra que se exhibe en Alonso de Córdoba su memoria, la atmósfera que se respiraba en los años de plomo vista con una carga de absurdo y distancia escéptica sobre los hechos. De aquí se desprende una iconografía poblada de contrastes y contradicciones. Casi un rompecabezas arqueológico donde, junto a la mirada errática y ejemplar del quiltro, encuadrando como un fotógrafo jadeante las escenas que se fugan en el irremediable tiempo, se encuentran estampas de la legión extranjera, boxeadores, jubilados y personajes de cómics.
Torres trabajó este tema exhaustivamente en los años 80 con series de popeyes y madonnas expuestos en las escasas galerías y espacios alternativos que sobrevivían a la época (galpón Matucana y Cárcel Pública). Ahora no hay chorreo ni sacos de harina, el soporte utilizado en ese entonces, pero sí perduran los colores estridentes y ácidos, amarillos fosforescentes, rosado carmín vibrando contra el viridian calipso sobre el lino, la lona o el cholguán.
Haciendo una parodia irónica de las teorías conceptuales que campeaban en los espacios de arte de la época, Manuel Torres se remeda meticulosamente a sí mismo tratando de atrapar lo efímero, como una copia de lo fue. Un pintor que mira y ríe desde su propio archivo personal.
El absurdo es la salida para una pintura que se sustenta en un antidiscurso épico y prefiere inclinarse hacia las reminiscencias de lo popular, sin dejar de lado esa vocación chilena por el cultivo de las ‘cabezas de pescado’.
Manuel Torres
Nació en Santiago de Chile en 1960.
Estudió Licenciatura en Arte con mención en pintura en la Universidad de Chile, comenzando a exponer siendo alumno en 1984.
Su producción de los ochenta incorporó nuevos soportes de tela cruda de sacos de harina y la utilización de técnicas populares como el spray y los colores fosforescentes: con ello desarrolló una iconografía que superpone y confronta imágenes de Popeye con diversas citas de la Historia del Arte.
Expuso en la Galería Sur en el contexto de la muestra “Los Hijos de la Dicha”, curada por G. Díaz en 1984 y en la colectiva “Propuesta Pública” en Galería Bucci ese mismo año. También formó parte de la exposición “Cirugía Plástica” en el año 1989, presentada en Berlín, Alemania, y expuso en la Galería Maldita Zorra en 1990 regentada por Carlos Bogni.
Desde 1993, tras volver de una estadía en España, Torres realiza una investigación visual sobre las salitreras del norte de Chile que se traduce en pintura, collage y ensamblaje, en los cuales incorpora documentación gráfica y objetos exhumados in situ. De esta experiencia se destacaron las siguientes exposiciones individuales: “Estación Perdida”, Galería Gabriela Mistral, 1995; "Casa de Fuerza”, Galería Gabriela Mistral, 1999; “Reglamento para la Casa de los Solteros”, Galería Posada del Corregidor, 2000; “La Regla Cilíndrica”, Galería Animal, 2002; “Obra Vacante”, Galería Animal, 2006.
En cuanto a exposiciones colectivas, se puede mencionar entre otras: “Zona Fantasma (11 artistas de Santiago)”, Galería Gabriela Mistral, 1996; “Campo de Marte”, Galería Metropolitana, 2001; “Ruinas”, Museo de Arte Contemporáneo, 2002; “Cambio de Aceite”, Museo de Arte Contemporáneo, 2003; “Bastardo”, Galería Ojo de Buey, 2005; “Exit”, Galería Patricia Ready, 2006; “El Collage en Chile”, Museo de Bellas Artes, itinerante, 2009.
Actualmente trabaja en un proyecto titulado “El ojo portátil” que se mostrará en la Galería Animal en enero de 2011 y que marca una ruptura con el trabajo de las salitreras, para concentrarse en otros temas provenientes de la estética de las micros mezclada con los materiales residuales de la gráfica popular.