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BACTERIÓFAGO T4
NANOTECNOLOGIA, NUEVO ESPACIO PARA LA RESPONSABILIDAD
Autor: Diego Cerda Seguel[1]
Fecha: 23/06/2001
Erik Drexler publicó en 1986, su libro Engines of Creation (Maquinas de creación), en el cual daba a conocer al mundo la más nueva revolución en ciencia y tecnología, la nanotecnología, no fue sino hasta 1993 que este fue traducido al castellano, dándonos acceso a su impactante revelación. Revelación puesto que lo que presenta está a la altura de una profecía, no obstante provenir del campo de la ciencia, pues plantea superar a la divinidad creadora y duplicar, si se quiere, la propia vida.
La nanotecnología es la ciencia encargada de desarrollar la factura de objetos a escala atómica y molecular. ¿Cómo? Mediante la frabicación en escala decreciente: Una máquina grande (un robot), fabrica una más chica, la cual a su vez fabrica una más pequeña, y así sucesivamente hasta llegar a máquinas del tamaño de moléculas, las cuales pueden replicarse o construir otras máquinas con otras funcionalidades. Y así como actualmente hay computadoras que dan instrucciones a robots para fabricar autos, nuevas computadoras más rápidas y más pequeñas (como prevé la ley de Moore), darán órdenes a nuevos robots más pequeños que una bacteria capaces de manipular átomos y moléculas para fabricar lo que la computadora les ordene, computadora-robot estarán al servicio de quiénes la posean. Con un desarrollo de al menos 20 años y presupuestos de investigación que bordean cifras superiores a los US$500 millones, se puede decir que ya hemos entrado a la era nanotecnológica. Esto a pesar de no darnos cuenta.
A partir de la capacidad de manipulación a escala nanométrica (mil millonésima de un metro), átomo por átomo y molécula por molécula, alcanzada hoy, es posible, por ejemplo, fabricar revestimientos para naves espaciales hechos de nanotubos de carbono, que son átomos de carbono enlazados sobre sí, que forman tubos de escala atómica, que mediante su acoplamiento pueden formar la estructura necesaria. El material así logrado equivale al diamante, en dureza y resistencia con la ventaja de que se le puede dar forma, así como controlar su elasticidad. Es decir se puede obtener de la nanotecnología lo que la naturaleza comprimió durante miles de milenios y mejorarlo.
Esta manipulación átomo por átomo y molécula por molécula es el resultado de la acumulación de conocimiento sobre la dimensión nanométrica, la que hasta hace poco tiempo era ignorada, el entender por ejemplo las cadenas de ADN de los billones de seres vivientes como un entrelazamiento molecular. O hacer una inversión semántica y decir que allí donde hay moléculas realizando una síntesis de desarrollo reproductivo en torno a cierta orden se encuentra la vida. Si ocupamos esta definición llegamos a estimar la acción de ciertas moléculas sintetizadoras como vida, es decir, se expande el rango de lo que debe ser considerado vida.
Puesto que las cadenas moleculares de ADN son finitas, aunque inmensas en sus detalles, aceptamos que el desarrollo de estas cadenas obedece a una orden propia a cada ser vivo, esta orden le permite extenderse en todas sus manifestaciones al ser específico, ojos de perro, garra de jaguar, respecto de su tipo; ser perro, ser jaguar en completitud, es decir tal como se le conoce hoy. Esas mismas cadenas de ADN son también las responsables de las mutaciones consecutivas que generación tras generación crean la deriva genética de las especies, como lo estableció el cura suizo Gregorio Mendel, la base de lo que hoy conocemos como evolución de las especies o darwinismo.
De la misma manera que las mismas encimas del perro y del jaguar sintetizan las proteínas de su alimentación y reducen agentes extraños, esas encimas también son entendidas como nanomáquinas hechas de ADN, es decir, están vivas, con funcionalidades específicas dentro de la otra máquina de ADN que son el perro o el jaguar. La eficacia del ADN para generar y autogenerar vida es sabida desde que reconocemos que de eso estamos compuestos, o como diría el padre de la nanotecnología, Eric Drexler: “si quieres ver una nanomáquina mirate al espejo”. Aunque ahora hemos visto que podemos duplicar esa eficacia alterando las reglas de la reproducción hembra / macho en la clonación, esto es: sobre una matriz viva.
La nanotecnología va más allá de la manipulación del ADN, de nuestros actuales genetistas, puesto que el trabajo de éstos se hace sobre matrices vivas, p. e.: la oveja. Más allá de la manipulación de partes de ADN vivo está la confección de simulaciones de vida, o de cualquier otra entidad funcional imaginable en cuatro dimensiones, a cualquier escala. En ese sentido se dice que las máquinas de ADN responden a un orden natural, las que estamos por ver serán artificiales.
NANOMÁQUINAS
El bacteriófago F4 (arriba en la imagen) es un virus que existe, es poco más grande que una molécula compuesta. Mide unos 500nm (nanometros), pero se comporta como una aguja hipodérmica autómata, que navega por el gigantesco nanoespacio de fluidos hasta que logra anclarse a la superficie de una bacteria, mucho más grande que el mismo (relación uno a mil), a la que le inyecta su información genética. La bacteria es el alimento de su progenie, que la consume por dentro, en un procedimiento que, para colmo, ha podido ser filmado en completitud. Semejante máquina, mediante la manipulación nanotécnica hoy en desarrollo puede ser copiada, o superada.
La simulación del clima para los pronósticos se realiza aplicando algoritmos fractales y en general recursos de software que simulan una realidad probable. Esto significa que con una cantidad mínima de órdenes computacionales se pueden desarrollar una cantidad finita, e infinita si se quiere, de operaciones que pueden simular, el comportamiento del clima. Si un fractal es una orden simple que desarrolla en la pantalla por ejemplo la simulación de un tornado, o del movimiento de las corrientes marinas, con la nanotecnología, de la misma manera que el fractal puede detallar el comportamiento de ese tornado a altas velocidades (suficientemente rápido para poder prever), se puede dar una orden a una serie de átomos o moléculas para que desarrollen cierto proceso, y al igual que como hacen las bacterias que corroen ciertas rocas y dejan tras de si oro sintetizado – bacterias que desde ahora deberíamos comprender como máquinas de minería de diseño natural – podremos ordenar a estos átomos que se entrelacen hasta formar cualquier cosa imaginable, con cualquier función imaginable.
Ya no es ciencia ficción, esa orden simulada en un ordenador puede ser el detalle de un plano en cuatro dimensiones para la factura de eso imaginable. Un dispositivo nanotecnológico podría ser una especie de semilla, digamos un cuesco de damasco, si uno planta ese cuesco en menos de un día tendrá un edificio nacido de él, este edificio, estará terminado y completo, podrá tener accesorios instalados, electrodomésticos y todo tipo de artículos para hacerlo habitable y cómodo.
Como se ve hemos superado la ciencia ficción.
NANOPOLÍTICAS
A pesar de ser bastante desconocido el hecho de la existencia de estos avances, las líneas de acción que usarán los administradores del mundo nanotecnológico ya están siendo establecidas, cientistas políticos, analistas de defensa, hombres de negocios, todos están atentos al próximo paso de la competencia. Las corporaciones privadas llevan años con inversiones en investigación y desarrollo y se mantienen en el máximo secreto respecto de sus objetivos y logros. Mantienen en secreto el mundo que nos espera, dado el tamaño de esta revolución tecnológica y el desconocimiento imperante es conveniente preocuparse.
Los potenciales económicos de la nueva tecnología son estremecedores si se considera que la producción de objetos a partir del ensamblado molecular será muy, muy barato. Las corporaciones que manejan hoy la economía mundial podrían ver amenazados sus privilegios y poder, si no fuera por que son ellos los que han administrado los fondos de la investigación. Lo que nos deja en una duda categórica sobre cómo se implementarán los avances tecnológicos.
Una nanotecnología desarrollada podría significar el fin de la miseria en el mundo, o una mayor concentración de poder en manos de quienes ya lo tienen. Dos alternativas opuestas, cuya resolución significará definir el mundo por venir.
Una perspectiva tercermundista no existe al respecto, la propia percepción de pobreza y dependencia impedirá desarrollos autónomos, la concentración del conocimiento en el primer mundo cierra el telón a esos avances y tan solo la curiosidad internauta, más un inglés básico podrán hacer pública la situación tecnológica que nos espera.
Quizás una buena manera de entender cómo ha de funcionar el mercado de esta nueva tecnología sea el poner la mirada en la situación de la industria químico- farmacéutica y su actitud respecto a la cura del SIDA: Precios tan altos que los que más los necesitan no pueden pagarlos, frente a lo cual países como Sudáfrica, Brasil o Tailandia han impulsado industrias farmacéuticas propias que pueden producir los mismos medicamentos (genéricos) a precios de fracción. La actitud de las corporaciones farmacéuticas es manifiestamente irresponsable, sin exagerar, al grado de la monstruosidad. ¿Tendremos que establecer laboratorios nanotecnológicos propios para evitar el deseo de lucro irresponsable? No sería extraño, la decisión de pasar por alto los derechos de patentes que han tomado estos países en el caso del SIDA, será posiblemente, o al menos debería serlo, una ley internacional, un derecho de los gobiernos que se tomen en serio que la actividad política es antes que nada responsabilidad, no para las corporaciones que los miman y chantajean, sino para los conciudadanos hoy por hoy a la deriva.