Santiago de Chile.
Revista Virtual.
Año 8

Escáner Cultural. El mundo del Arte.
Número 80
Enero - Febrero 2006

Literatura y comunicaciones  

POESÍA, LO QUE NO ES
Desde Osorno, Mauricio Otero

Ya unos años, tras una vida de lecturas y de escribir, señalé la poesía moderna, con una antífrasis: Lo que no es.

¿Por qué sostengo esto?

Supongamos que alguna vez existió la nada y luego hubo tinieblas y entonces nació la luz… Vino el hombre, con sus necesidades, a satisfacerlas. La poesía surge como ritual, celebración en torno del fuego, para dar gracias a los dioses por el alimento. Se hizo devocionaria, maestra, iniciada. Mas lo que sí mudó de aires fue que no se mantuvo al pie de la letra cantando lo que existe, la rosa, sino hacerla florecer en el poema, dice Huidobro, el genio moderno por excelencia. Darío en su tiempo no mentía, ni Neruda con sus odas, eran de salón o de la calle, almibarada o popular. Apareció Parra y nos dejó a todos echando sangre por las narices con su montaña rusa, su antipoesía. Entonces verso y antiverso. Por inverosímil que pareció la revolución de Nicanor cambió nuevamente lo poético. Hijo de Huidobro, costumbrista la mayor parte y dislocalor. Y para ello el humor cargado le ha venido bien, un acierto, que se venía gestando.

¿Cuál es la misión de la poesía hoy, siglo XXI? Pensar, ser creadores, en un momento en que todo tiende a dormirnos, los medios, la televisión, un mundo hecho y previsible, de lugares comunes, para peor, chabacano. Más aun, cada poeta es un universo o más. Tenemos que dar vuelta el globo del mundo, como decía Pessoa, ver qué hay del revés. Yo sostengo voltear el alma, romperla, provocar un quiebre radical entre lo que antes de leer había y lo que después. El vate debe ser luciferino, no temer a sus demonios, a nada, atreverse a concebir lo que la gente no imagina por pereza, por incultura, por comodidad, porque está dormida y no puede despertar. La palabra se torna movediza, tiembla el corazón y la mente pierde las coordenadas, lo establecido; la revolución del lenguaje es el arma más peligrosa y el poder lo sabe. Saber es poder, dijo Bacon. Pero no se trata de poder para someter: que el Poder no sirva para nada, que el saber, lo canonizado no tenga utilidad para adormecer, academias mediante. El bardo es un alquimista, hallará su fórmula, volverá a descender a la tenebrosidad y llegará con las palabras nuevas desde lo desconocido. El poeta de ahora es riesgo, viene a temblar el cielo y la tierra a olear. Ya no hay certidumbres, nada es dado, el creador es el hombre, el que nace cada día, en cada verso, libre de cadenas y normas. Todo lo que sea molde, romperlo, aprisiona; la poesía debe ser inteligente, intensa, desgarrarte, cambiar tu alma, nombrar aquello indecible. Poesía, lo que no era.

 

 

 

 

Si quiere comunicarse con Mauricio Otero puede hacerlo al mail m.otero@chile.com
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