Un
poeta joven-maduro y sanfelipeño-universal
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del
libro: POESIA DE VIVENCIAS EN BUSCA DE UN DESTINO
Tu Sonrisa
Cada noche tu
mirada es un anhelo diferente,
te desnudas a conciencia con mis besos
y en mi cuerpo tejes un traje de deseos.
Estos versos son todo cuanto
tengo
a la hora de soñar contigo,
mi pequeña historia que se instala en tu oído
la memoria se equilibra en un viaje hacia el recuerdo.
Tradúceme el secreto
lenguaje de tu mirada
el rito unánime donde se ajustan los labios
y las palabras cumplen lo que prometen
darme la hermosura de una sonrisa.
Atravieso nuevamente el
mismo pueblo,
recojo la tristeza de tus ojos quebrados
el vuelo indiferente de algunas palabras.
Tú eres bella como
las mujeres que el poeta conoce
en el ejercicio de sus primeros versos.
Diccionario
Bilingüe
Si fuera sólo encontrarse
y después seguir el viaje
nada sería como dicen
ni siquiera las viejas cicatrices
que empujan al centro del olvido.
Todo es uno y lo mismo
por más que digamos que venimos de la nada,
tú y yo vamos unidos como diccionario bilingüe.
Algún día
volveré a París
recorreré cada calle de Monparnasse
y el aire perfumará de poesía tu existencia.
Déjame Enfurecer tus Deseos
Labios que sin ostentar
sensualidad
susurran mi nombre desde el otro lado de la ventana.
La observo tras el cristal,
la desnudo con el mismo deseo
de aquellos amores que surgen espontáneos.
¿En qué primavera
te graduaste de ilusión,
qué árbol te cobija en un bosque impensado?.
Déjame arrinconarte
en un pasillo
de esta casa,
enfurecer tus deseos con la química de un beso
y embriagarnos simultáneamente de este instante.
Sé que me recuerdas
en una orilla de tus labios
en la tristeza ocasional que deshoja una sílaba,
en el difuso aroma de una alameda en la madrugada.
No será fácil
que me olvides
mientras mis lágrimas horaden la quietud de tus días.
Te Diré a lo que Vine
Un paraguas se llueve de tristeza.
Este es un error más de la lógica racional.
Muero definitivamente en
el luto de mi vecina
en la sonrisa de novio pobre que se eterniza en mi semblante.
Tú, intuyes la nostalgia
fundamental de mis días
vislumbras la maldita costumbre de cruzar a destiempo por tu vida.
Esta noche te diré
a lo que vine
si esto ayuda a armonizarte
si acaso por error todavía me esperas,
si crees en la posibilidad de coincidir alguna vez en algo.
Pero no digas a nadie
que me has visto transitar por esta calle,
apoyado de farol en farol
con una canción de Joaquín Sabina
que hice mía sin más testigos que la aurora.
Mientras sueño con
tus besos
tu cuerpo modifica la temperatura de mi rostro
y no puedo evitar que mis ojos te desnuden.
Donde hubo un beso tuyo,
hoy arden mis labios.
JOSÉ
LUIS CÁRDENAS SALDIVIA
José
Luis Cárdenas Saldivia, nace en Valdivia en 1977
<joso70@hotmail.com>
Trece
poemas perdidos en una nueva estación
El
regalo prometido
Célebre música,
salió al alma como polvo al viento;
Donde rondaba la melodía, su corte celestial dejaba caer la
serenidad colosal del entusiasmado prisionero en las emociones ocultas
de los indiferentes;
Los pastores del aburrimiento codiciaban su influencia;
Derretíanse en regaños pobres moribundos.
No podrían atenuar dantesca locura;
En orillas del mar silbaba el escabullido rostro de la madrugada,
Con él, participaban los acordes del décimo estribillo,
Algo que buscaban con prolongado desacierto por muchos años,
Rondaba sus mejillas señalando el camino hacia la gloria;
Sentíanse aliviados por momentos de sombra y brumo,
Golpeando sus cabellos contra la maleza circular retenida sobre la
esfera del humo,.
Al son de compases y armonías. Deleites peculiares nunca asimilados;
Rindieron pleitesía sumergidos en vergüenza a la sonoridad
perpetua,
Obedecieron cada mandato que deliberaban en una tras otra interpretación;
De pronto, un abismo de silencio presenciaron atónitos,
Agobiados y cansados de perder vuestras paciencias,
Alucinaron ataques con espadas y armadura sobre la infame creación;
Destilando sangre podrida, por el tiempo, verdugo de sus satisfacciones,
De sus plegarias...
A segundos de fallecer, un eco revierte la agonía sentida por
todos;
Eco que retumba de improvisto frente a su alicaído coraje,
Que suena por despecho y obsesión, lejos en el fondo, y que
resiente el oído nuevo;
Sueños de niño, gustos de adulto.
Por lastimosa pérdida, agradecieron el azaroso tránsito
melodioso... vacuna prematura e inútil...
...La ardiente llama de la mudez,
Habría ya quemado la esperanza de apartarse de sus tribulaciones,
Inertes se mueven a sus labores, olvidándose de que existe
Dios...
Pasión otoñal
Desde que te enamoraste
dejaste de venir a verme, excepto, por la devolución de mi
llanto, engreído y desagradecido crepúsculo otoñal;
Mis años de esmero por brindarte mis penas no los valoraste,
Aquí en mi desgracia me veo, terminando los días muertos,
Cuando quise repetir mi entrega a cambio de horas sombrías,
no te apareciste;
Vulneraste mi sabiduría...
¿Serías lo que eres, sin mi compañía?.
¿Serías la onírica desolación sin mi ayuda?,
No lo creo, y si es así, no lo resisto.
Deseo la primavera, más que las flores enhorabuena;
Deseo tu muerte más que la hereditaria quimera,
Donde se termina el camino te desecho, entre nubes de desierto te
convierto.
...al alma no se le reprende con ausencia, así, únicamente
se le quema;
Eso me diste esta última temporada.
Yo que te quise, compartiendo las vivencias más aberrantes;
Supiste lo que ni mi madre tuvo en conocimiento,
...¿deberé tomarlo como una traición?.
Ó, ¿secundaré en el anonimato estación
por estación deprimido otro año más hasta el
retorno?.
...Sin embargo, después de todo, no estoy molesto dulce otoño,
amor nostálgico que me compadeces y consuelas,
Me tienes atraído por tu compostura y tu fama,
A mi dama no le gustas, tal como a mis hermanos;
No entiendo nuestra pasión, oscuro espectro talentoso,
¿Tengo que cambiar mi vida para olvidarme de ti, o no es suficiente?;
...al final del túnel, recogedme y dejadme en tu tiempo...
en el tiempo soñado, donde aprendí todo. Todo. Concedédmelo
amigo...
Adiós
Todas las cosas ocurridas
afectaron mis emociones en presunta calma,
Logré con sacrificio apartar de mi, la histeria repetida en
centenares de vidas,
El sosiego atendióme en tristes jornadas. Ocasiones, en que
el consuelo flotaba fuera de mi gravedad.
Pero presumido sería decir, que sufrí en forma desmedida,
cuando durante mi vida entera gocé de mi familia en pleno,
Gocé de las visitas y las movidas. De las enormes olas del
pacífico y del verde del campo,
De las curvas carnívoras y del afecto,
De la sonrisa, del yerro, de la cada vez más ausente complacencia
y de la pureza.
Gocé sin prejuicios, gocé sin atavismos. Simplemente
gocé.
De quienes conocí, pocos me acuerdo. Esa fue mi más
amarga pérdida. Nacer y vivir con escasa memoria,
Disfruté más con las cosas ausentes, con las cosas inertes,
con los grandes momentos pasados;
Aquello que colmaba los espacios de la antigua soledad, allegáronse
a mí, vertiendo su existencia perdida, sobre especies vivas
carentes de tiempo... anónimamente desiertas,
Conmigo dejaron de estarlo, conmigo vivieron contentas.
Cada vez que creía conocer a alguien, una espesa bruma irritaba
mis ojos advirtiendo el peligro,
En seguida demostraba mi gratitud al Creador, por concederme señales
que en la totalidad de las veces resultaron ciertas;
Ese instinto peculiar sirviéronme de pedal y freno. Cuando
aceleré, frené; y viceversa...
Del amor no os contaré, puesto que sentí su presencia
y ausencia distintamente a como la viví,
De cierto os digo, que fue la fuente existencial más larga
y más sana...que gocé.
Gracias por la música, por las melodías. Creaciones
divinas de cuerpos celestes;
Gracias por la familia, por las vendimias. Por las promesas cumplidas;
Gracias por la llovizna, por las estrellas y la energía; por
los soles, los pastos, los emblemas y las semillas,
Gracias por las sospechas y las intrigas, por el cansancio y la apatía,
Gracias por la alegría y la risa, por el llanto y la melancolía,
Gracias por todo...;
Enteramente doy gracias por la muerte y por la vida...