Santiago de Chile.
Revista Virtual.

Año 5
Escáner Cultural. El mundo del Arte.
Número 52
Julio de 2003

 

SERIE DE BREVES ENSAYOS

CRÓNICAS DESDE
EL VÓMITO NEGRO

Desde Argentina: Marcelo Luna

I) PARTE.


INTRODUCCIÓN.

Esta serie de crónicas escritas con la periodicidad de un parroquiano
pretende:

1) Mostrar el ámbito de uno de los lugares menos conocidos de nuestra
geografía urbana: el "copetín al paso".

2) Rescatar a sus personajes, parroquianos, obreros, jornaleros, vendedores
ambulantes, prostitutas, choferes de tren o "colectivo", "punguistas",
" escruches", "soplones", jubilados, mendígos, borrachines, policías y toda
una variada caterva del lumpen proletario y urbano.

3) Atestiguar que en sus barras, taburetes y mesas, se han escrito páginas
memorables de la literatura americana...Lugar también frecuentado por
intelectuales y artistas.

UN POCO DE HISTORIA.

A la vera del fín de la 2° Guerra Mundial y bajo influencias yankis,
comenzaron a pulular por Bs As, Rosario, Córdoba y Mendoza, (más tarde
extendido a toda mediana ciudad de la Argentina) y con distintas
características, por Brasil, Uruguay, Chile, Perú y Panamá (por citar
algunos países) pequeños bares de expendio, con algunas diferencias a
nuestras idiosincracias y culturas gastronómicas, todos ellos vendían: vino,
cerveza, aguardiente, bebidas
blancas y proporcionaban "al paso" una bocado rápido.
Se aunaban en tener poco espacio, una barra en forma de herradura trunca,
unos taburetes y dos o tres mesas con sillas.

Lugares de poca ventilación,de poco frente y largo pasillo. atendían durante
casi todo el día, regenteados por un encargado (o el dueño) que hacía las
veces de despacho, cocinero, lavacopas, cajero, etc.
Secundado a veces por un muchacho, por ésta mínima geografía han pasado
buena parte del lumpen obrero industrial.

Todos, salvo excepciones de afincaban a la vera de las terminales de ómnibus
interurbanos o en los andénes de las estaciones de las líneas ferreas, otros
en las cercanías de los muelles o costaneras portuarias.

Otros los menos, en los barrios bajos donde la criminalidad y la
prostitución creciente habían empujado a sus pobladores a un medio de vida
marginal...

continuará...


EL VÓMITO NEGRO.


Para dar más color a estas crónicas, un relato que rescata al "Vómito
Negro", copetín del suburbano oeste de Bs As, en la ciudad de Ramos Mejía, a
metros de la estación férrea y de las paradas de ómnibus.

Su verdadero nombre de fantasía es otro...Aunque es marginalmente conocido
por el "Vómito Negro" y ha dado título a esta serie de crónicas humanas,
risueñas, criminales, dramáticas y humorísticas.


LOS ÁNGELES DEL BERESINA.


Luego de varias noches sin darme una vuelta por "El Vómito", decidí
que era hora de unas copas en compañía de Don Paco, si lo encontraba...
Y no me engañaban mis ojos, por más que el tufo de unos chorizos
recalentados por Alfredo, el encargado, invadiera el sucucho con una densa
niebla.

Contra la ventana estaba Paco bebiendo su sempiterno aguardiente.

--- ¡ Paco, una alegría de verte ! --- le dije.

--- Muchacho, siempre me verás la noche previa a la fecha de cobro de la
jubilación, el boliche queda a metros del Banco, y soy desvelado friolento
para tener que hacer largas colas, hací que dejo un cartelito con mi nombre
pegado en la pared y ...Me tomo unas copas.---

--- ¿ Te invito una y de paso me cuentas esa historia
prometida? ---repliqué.

--- Ni falta que hace, yo te invito a mi cuenta,como sabrás soy de los
pocos fiados del "Vómito" que saldan cuando cobran la pensión. --- me
aclaró.

--- ¿ Y ese cuentecillo sobre los ángeles ? --- pregunté esperanzado.

--- Una noche de ventisca, en la retirada de Bielorusia de la División
Azul, --- se largó, carraspeando la garganta.--- mi pelotón era la
retaguardia que pretendía retrasar lo más posible a los rojillos, pero los
condenados nos diezmaron y quedamos una docena de hombres, para colmo con
el río a las espaldas y lejos del puente. ---suspiró entrecortado.

--- ¿ A que río te refieres ? --- inquirí.

--- Al Beresina que con el deshielo es infranqueable, grandes trozos de
hielo a la deriva flotan en primavera y quedamos aislados, trás unas
piedras, sin esperanza de cruzarlo, con el bosque a la derecha...La tarde
moría entre las altas copas puntiagudas de los pinos. --- rememoraba el
gallego.

--- ¿ Entonces ? --- no disimulé la ansiedad.

--- Aparecieron "ellos" desde el bosque, los cuatro ángeles de la leyenda,
cuatro niños harapientos, demacrados y sangrantes, cuatro espectros
sonrientes que nos tomaron de las manos y nos encaminaron hacia la
orilla. ---jadeó entrecortado Don Paco.

--- ¡ Querían ahogarlos ! --- respondí exaltado.

--- No, como si estuvieran danzando, comenzaron a brincar como gamos entre
los bloques helados, la corriente rugía como el coro de un órgano en la
iglesia, y "ellos" con sus manitas nos alentaban a seguirlos...--- apagó la
voz el viejo.

--- ¡ Una locura, Paco...! ---

---Sí, lo era pero, estabamos como posesos por esa magia de sus rostros
infantiles, cándidos y crueles a la vez...De a uno enfilados, los seguimos
saltando hacia los pedazos blancos que flotaban, yo fuí el tercero en la
fila, enrojecido brincaba casi sin aliento sin echar la vista atrás pero;
elsegundo soldado trastabilló, manoteó como un molino sin aspas y
desapareció
en el torbellino de la corriente.
No sé como llegamos a la barrosa orilla, agotados nos tendimos en el
suelo. --- concluyó.

--- ¿ ....? ---- quedé en silencio.

--- Fué al contar cuantos habían logrado cruzar que vino a mi memoria la
leyenda de los campesinos sobre los "cuatro ángeles".
Aparecían en pareja, rara vez juntos, en épocas de guerra, desde tiempo
inmemorial cuando los mongoles invadieron esas tierras fueron entregados
como rehenes a cambio de no destruir los poblados pero... Con los años
nadie se preocupó por ellos, y murieron al no pagar los pobladores el
rescate.

Así se cobraron con la vida de mis hombres, cuatro no pudieron llegar. ---
se resignó Paco.

--- ¿ Los volviste a ver ? ---

--- Se perdieron como vinieron, danzando cabriolas entre la espesura del
bosquecillo. ----rememoró quebrando un sollozo.

--- Ánimo Paco, nos les quedaba otra salida.--- traté de consolarlo como
mejor pude.

---Quizás hubiera sido mejor morir combatiendo, no lo sé...Eran cuatro
á ngeles en la penumbra del lirio y el espino, atravesados en nuestro camino
nos salvaron, pero sólo quedamos ocho...--- y se bebió la copa de un trago.

Callé por respeto y miré a través de la ventana, comenzó a llover
tenuemente, la calle despertaba de su sueño en la noche, Julio Sosa daba
pié a las estrofas de "Garúa" y el Pibe Ledesma abrió la puerta del boliche,
a las puteadas con una "chica" de ronda que le pedía diez pesos más de tarifa
por una "francesa completa".

de las "Crónicas del Vómito Negro".
Marzo del 2003.
Marcelo Luna.
Registrados los derechos de autor.

Si quiere comunicarse con Marcelo Luna puede hacerlo al mail moonight@sinectis.com.ar


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