EL RELATO INTERNO DE MARJORIE AVALOS
Por Vicky Larraín Pizarro
Son las 3 de la tarde, suena el timbre. Puntual sube en el ascensor antiguo de un edificio antiguo. Llega como entrando a una manifestación real. Es ella tal cual es, una de tantas, una de pocos. Tengo que cortarme el pelo dice, este personaje me lo pide, me cuesta agrega.
Claro que cuesta, digo, eso de cambiar el rol de mujer niña a mujer bestializada. Ferocidad del ser que hemos encontrado. Porque les cuento, no es fácil, nada fácil el intento de convertirse en la mujer gallina, victima ya ausente, victima presente entre todas nuestras mujeres. Otra más.
Se llamaba Mirta Carrasco, y fue encerrada en un gallinero en la ciudad de Colina en el año 1995.
¿Quien la encierra? su propia madre. La encerrada grita durante tantas noches y dias seguidos por mas noches. Aulla.
La noticia atraviesa la pantalla, despega recorre y lanza el latigazo en la creacion homenaje a esta una victima mas. Creacion que interpreta y dirige la que escribe, hace 20 años.
Este año 2006 el departamento de danza del Consejo de las Artes otorga el patrimonio Coreografico, a esta creacion homenaje que titule "Jaula Uno Ave Dos". Lo que nos permite reestructurar la obra. Entre gallos y medianoche veo la figura de Marjorie Avalos, bailarina y coreografa.¿ Porque la veo? No lo se, se aparece, se instala y el vinculo de la mujer gallina se sigue trasladando esta vez a otro cuerpo y traspaso.
Ya no se trata de diseñar una estructura coreografica. Porque aquello que senti al interpretar la victimizacion de ese ser desmantelado e ignorado, debia ser trasladado a la sensacion del cuerpo mente de la nueva interprete.
Suena el timbre, las 3 de la tarde. Marjorie me ayuda a desmontar ( asi le llama ella) el living de mi casa convertido en sala de ensayo. O sea, sillones a la cocina, mesa y sillas pal otro lado.
Despejamos. Y en ese espacio casi pequeño Marjo como le digo se va haciendo grande.
Hacia tres semanas habiamos ido al Cajon del Maipo, para poder sentir el despojo del cuerpo en ese lugar amable , extendido. Alli comienza el proceso, la interprete se plasma con el barro del lugar, se hace barro.
Comienza a sentir el ser desposeído, enterrado, arrinconado. Habia sol, era Marzo y el agua limpiaba lo que tenia que limpiar. Un alma errante.
Y desde alli, las imagenes se entran en su propia energia para comenzar los primeros pasos de lo que seria su interpretacion.
Es facil seguir una estructura coreografiada. Uno la mecaniza, la repite, la hace. " Pero no es lo mismo " cantar como carusso que sentir como Caruso". Tenemos que conseguir el propio relato de la interprete.
Marjo busca por laberintos que ira creando. ¿Que me dice esta imagen? ¿que siento en este instante? ¿Cual es mi propia marginacion, cuando la he vivido? ¿Quien me ha golpeado? ese golpe psicologico, golpe en la sien de mi intimidad?
Se acuerda de experiencias, asocia, viajamos un poco a su infancia.
Porque la mujer gallina es casi una niña, la crueldad que recibe es aquella del niño maltratado, del animal herido, del que no puede hablar,
En mañana radiante de sol en alguna ciudad del norte, Marjo reencuentra a ese gallo colorido que la acompañaba al rio. La escena de las ramas se reencuentra con la evocación feliz. El organillero le roza el oido. Las velas prendidas soltaran su esperma en el rostro, ayudando a la expiacion.
Observamos a esta interprete, fusionada, retratada en la otra mujer gallina. Desaparece su rostro, su cuerpo. Solo vemos a este ser inanimado intentando sin exito despegarse del acto cruel. La transformacion de la interprete se mimetiza con la propia mujer gallina.
Son las 8 de la noche: Estamos en Matucana Cien. Hay gente en las graderias, es el publico que observa en silencio como Marjorie Avalos se pega a la soga que la sostendra alto.
La gente aplaude o calla o se se queda sentada un rato sin decir nada.
Marjorie saluda.
Un honor haberte ayudado a conseguir lo tuyo. Gracias Marjo.
Agradecemos a: Paola Moret y Graciela Cornejo, directora y productora respectivamente del area danza del Consejo de las Artes
Agradecemos, agradecemos.
Musica Luis Barrie
Diseño integral Francisca Lazo-Vicky Larraín
Iluminacion y fotografia: Jorge Osorio Peralta - Luis Piñango