Escáner Cultural

REVISTA VIRTUAL DE ARTE CONTEMPORÁNEO Y NUEVAS TENDENCIAS

ISSN 0719-4757
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La movilización por una ciudad amable y sustentable de los vecinos ciudadanos de La Reina y Peñalolén


Por Moira Brnčić Isaza

La historia se reporta al Plan Regulador de 1960 como Circunvalación Américo Vespucio, ruta Ch-60 con una extensión de 65 kilómetros colindante a las comunas de La Reina y Peñalolén. Durante el gobierno del presidente de la República, don Eduardo Frei Montalva, en 1965, se creó el Ministerio de Vivienda y Urbanismo con una división de desarrollo urbano. En 1991 apareció la singular posibilidad de abrir autopistas con el sector privado, las autopistas concesionadas. Para 1994, emergió el Plan regulador Metropolitano para normar cualquier tema urbanístico de 52 comunas de Santiago. De esta manera el llamado anillo de Américo Vespucio quedó concesionado a excepción de una parte, de 13 kilómetros, que pretende ligar la comuna de Vitacura con la rotonda Grecia, en la comuna de Peñalolén, pasando por la de La Reina.
Este tramo ha sido concebido, por el ministerio de Obras Públicas actual (2013) para su construcción, modificando su trazado más hacia el oriente de donde corre la circunvalación Américo Vespucio, lo que implica instalar una autopista con la técnica de trinchera, pasando por calles habitadas por más de cincuenta años por vecinos del sector, cortando las comunas en dos, arrasando con más de 800 viviendas antiguamente construidas de personas que no tienen mayores recursos, adultos mayores, escuela, hogar de ancianos, comercio minorista que da vida a los barrios, plazas y calles con arboledas brindando un pulmón verde para Santiago, en cambio de optar por la modalidad de un túnel minero, bajo Américo Vespucio oriente que requiere de una inversión de US$ 2.000 millones subsidiado por US$ 1.000 millones entre las avenidas Príncipe de Gales y Grecia.

Pero la historia no es de autopistas sino de la gente que vive en las comunas que se verán afectadas. Y esto es lo esencial. Lentamente, y con plena conciencia por una ciudad amable hecha a escala humana, los vecinos de La Reina y Peñalolén se han organizado en defensa de su calidad de vida. Sus consignas: “¡No a las expropiaciones! ¡Mi casa no se vende! ¡Túnel minero bajo Américo Vespucio oriente!” en cambio de la autopista que pretende erradicarlos a otros sectores donde su vida de barrio, social y personal quedaría truncada, destruida y sin sentido, matando sus proyectos familiares y culturales son las que animan y gestionan su descontento social, poniendo énfasis en una racionalidad que defiende el barrio sobre la expansión irracional, como una idea fuerza protegiendo sus derechos ciudadanos.

La actitud, el comportamiento valiente y decidido de estos vecinos de La Reina y Peñalolén no tiene otro norte que decirle a la ciudadanía de Santiago, y de Chile en regiones, al mundo que los planes de expansión de las concesionarias, en el siglo XXI, están quedando obsoletos por cuanto la cosmovisión de la comunidad acerca de la vida en las ciudades tiene relación con el transcurrir cultural que importe a sus semejantes, con su participación directa, protagónica y comprometida, sin la despersonalización del progreso mal concebido como tal.

Éste, con la demolición de inmuebles, obligando al desplazamiento de miles de familias acostumbradas a sus redes personales y sociales a otras áreas desconocidas y desconectándolas de sus barrios amables y solidarios, que no tiene otro objetivo de “construir” vías veloces dentro de la ciudad para los automóviles que atochan a ciertas horas las carreteras urbanas, no es progreso.

Los ciudadanos de La Reina y Peñalolén ponen en alerta el mal concebido progreso, que no contempla mejorar la locomoción pública, ciclovías y más parques por donde desplazarse a pie al trabajo. Dan la voz de alerta que este tipo de progreso concebido por el ministerio de Obras Públicas de Chile, atenta contra el saludo de la mañana en la puerta de la casa entre prójimos, donde se ha construido la confianza y la solidaridad. En este sentido, la pretensión de la autopista no es valórica. Y los valores son los que contribuyen al mejoramiento urbano. Hablamos de los valores integrativos éticos saludables de conservación de la riqueza humana en sus asentamientos, de cooperación entre sus miembros donde los problemas se resuelven aportando ideas creativas en el plano de la igualdad, sin discriminación de ninguna especie; de privilegiar la calidad de vida, no la cantidad de autos que pasarán por la autopista más veloces, de la asociación, valor que contempla el desarrollo de redes, opiniones libres dentro de un sistema centrado en la organización social, protagónica no jerárquica que impone sus criterios sobrepasando la inteligencia de la gente.

Las comunas son construidas por la gente, por la vecindad, enriquecidas por sus aportes culturales y de convivencialidad. Y las autopistas trasladan vehículos desconectando territorialmente a la gente de sus redes humanas. No es solución construir una autopista seccionando parte de las comunas en mención. El daño psicológico y social que se les haría a sus habitantes no podría repararse jamás. Las distancias enormes de los abuelos por recorrer para ver a sus nietos, o de los nietos para reunirse con ellos, las comunicaciones de las familias para compartir emergencias, sus desplazamientos y movimientos a los que están habituados, la memoria colectiva reforzada por proyectos comunitarios, las creaciones culturales de la vecindad se verían impactadas por una autopista sin futuro. Cabe señalar aquí que las “autopistas” no tienen por qué tener estudios de impacto ambiental lo que atenta y agrava aún más la situación debido a que evidentemente, una “autovía” como suelen llamarle, provocaría de todos modos, este impacto.

Se cree que las vías rápidas en barrios urbanos son soluciones que reducen la congestión vehicular y mejoran la seguridad de sus habitantes. Profundo error utilizar estas razones para instaurar la autopista en La Reina y Peñalolén.

El diseño urbano de una ciudad debe contar con la opinión de la comunidad, el clamor de las personas en contra de la autopista tiene más sabiduría que cualquier decisión de un ministerio, pues la gente vive y sabe qué le conviene, por la experiencia. La autopista empeoraría la congestión pues la espera de los conductores en las salidas y entradas afectaría la red en horas de intenso tráfico. Autobuses del Transantiago y camiones deteriorarían, por su peso, la calzada rompiendo la red vial a poco andar y por su dificultad en frenar podrían causar graves accidentes, al margen que contaminan y generan un ruido ambiental al cual los vecinos no están acostumbrados cargándolos con problemas adicionales a los que no tendrían por qué dar solución, especialmente de salud pública.

Si bien se dice que el ministerio “descartó” las expropiaciones en las comunas de La Reina y Peñalolén, el tema en el MOP está a sujeto a profundas contradicciones. Los alcaldes Carolina Leitao y Raúl Dockaster junto a concejales, dirigentes de las Coordinadoras de La Reina y Peñalolén y vecinos apoyando el movimiento asistieron al Congreso Nacional, a la comisión de Obras Públicas, el martes 8 de enero. Las promesas de palabra en Chile no se cumplen, bien lo sabemos, y la ministra de OOPP estuvo ausente de tal reunión dando como resultado que debemos seguir alertas y movilizados solicitándole al gobierno firmar un acuerdo solemne en que no se construirá la autopista, a menos que sea a través de un túnel minero, evitando la intervención de calles emblemáticas derrumbando casas y partiendo en dos las comunas.

He de ensalzar aquí, la movilización de los vecinos de La Reina y Peñalolén quienes, sin descanso, permanentemente creativos, entusiastas, sacrificados en sus tiempos y quehaceres han tomado en sus manos la solución consciente y racional: impedir un descalabro ambiental, urbano y cultural en sus comunas junto a sus Coordinadoras Vecinales y sus dirigentes.

Retornamos a defender los valores centrados en que todos los seres vivos formamos parte de una trama ecológica vinculada, a través de redes de convivencia interdependientes entre sí, a lo ético que alcanza el respeto por la Vida y en base a ello, se toman las decisiones. ¡Basta de imposiciones de negocios donde ganan unos pocos y pierde la gente! ¡De decisiones jerárquicas que se imponen para favorecer a las concesionarias, malls y empresas asociadas en desmedro de los vecinos de La Reina y Peñalolén que entienden la paz y la ecología de la convivencia como una forma de desarrollo sustentable!

Entendemos que este es un proceso de organización ciudadana que se ha ido fortaleciendo en la medida de sus movilizaciones asertivas y creativas, y me imagino que ningún querido vecino mío podría estar pensando en vender su casa a esta altura, donde su compromiso y protagonismo con el movimiento ha puesto el tema, en el ámbito nacional, de la defensa cultural de barrios patrimoniales tanto sea por su arquitectura, su memoria colectiva o su sustentabilidad ecológica. En la aldea del Encuentro el aire que se respira es de renacimiento, de una voz libre, ajena a los egoísmos donde todos tienen la posibilidad de implementar las medidas consensuadas luego de explayarse en la búsqueda de soluciones. El mundo se hace más humano, noble y amable, cuando la solidaridad transparente, se hace presente. Se profundiza cuando nos ayudamos entre los vecinos. ¿Acaso no es lo que queremos para compartir con las familias, hijos y nietos?

No es un solución urbanística planificada que respete a los vecinos y habitantes de estas comunas, la construcción de una autopista que dividirá en dos las comunas destruyendo más de 8oo viviendas, comercios minoristas, una escuela, un hogar de ancianos, plazas y calles con sus arboledas y flores que ampararon la historia personal y social de los vecinos.
Las veloces vías no son la solución pues no conectan a la gente a sus barrios. Nuestra ciudad puede pensar en el manejo eficiente de las vías que tenemos, incentivar el transporte público y de uso de suelo que disminuya el manejo de los autos y la construcción de ciclovías.

El Ministerio de Obras Públicas descartó expropiaciones en las comunas de Peñalolén y La Reina por la construcción de autopista Vespucio Oriente.

El segundo trazado de la autopista, que comprende el tramo de Príncipe de Gales hasta Rotonda Grecia y que ha generado movilizaciones entre los vecinos de Peñalolén y La Reina, aún no ha sido definido.

Así lo confirmó este martes Mariana Concha, directora general de Obras Públicas, en la reunión que sostuvo con los alcaldes de las comunas afectadas.

Los alcaldes Leitao y Donckaster, junto al MOP, resolvieron analizar este caso en conjunto e integrar a los vecinos en una mesa de trabajo que se realizará periódicamente para diseñar las alternativas que consideren el menor impacto social posible en la construcción del polémico trazado.

El diseño de la autopista Vespucio Oriente en el tramo Príncipe de Gales y Grecia no pasaría por el interior de las comunas de Peñalolén y La Reina, y se evalúa como alternativa la construcción del túnel minero.

Pese a que los alcaldes de Peñalolén y la Reina valoraron la mesa de trabajo propuesta por el MOP, el edil Raúl Donckaster hizo un llamado a los vecinos a seguir alerta, pues aún no hay nada definido.


NOTICIA DE LA CONSTRUCCIÓN TUNEL MINERO 2007

Jueves 6 de Septiembre de 2007

Futura carretera con tag Vespucio Oriente: Concesionarias salvan autopista en túnel

Privados financiarían ruta sin necesidad de pedirles recursos a alcaldes e inmobiliarias.

UZIEL GÓMEZ y VÍCTOR ZÚÑIGA

La Asociación de Concesionarios de Obras de Infraestructura Pública, Copsa, anunció que está dispuesta a financiar la construcción en túnel de la autopista Vespucio Oriente.

Para que la carretera se autofinancie y no haya que pedirle recursos a las inmobiliarias y Vitacura, Las Condes, La Reina, Ñuñoa y Peñalolén, el contrato de concesión debe durar 50 años, en vez de los 20-30 actuales.

"Hay voluntad de las concesionarias de invertir a 50 años. Sólo falta la decisión política del Ministerio de Obras Públicas. A mayor plazo, el costo del proyecto baja", dijo Herman Chadwick, presidente de Copsa, propuesta que podría tener el respaldo de inversionistas europeos y chilenos en concesiones.

Los 50 años cubrirían los 932 millones de dólares que cuesta construir la carretera con tag entre la rotonda Grecia y el puente Centenario, en Vitacura.

"El déficit se puede paliar a través de ampliar el plazo de la concesión para que los inmobiliarios y los alcaldes del sector oriente no tengan que poner recursos", aseguró.

El MOP sólo debería poner los 100 millones de dólares que prometió para financiar los corredores de buses de Transantiago.

La fórmula de ampliación de la concesión permitiría a los usuarios pagar tarifas de $120 por kilómetro, el tope máximo que indican los estudios del ministerio para que la autopista sea usada por los usuarios.

Pero Chadwick aclaró que el costo definitivo del proyecto saldrá de las ofertas económicas que hagan las concesionarias interesadas en adjudicárselo, que podría ser menor a los US$ 932 millones que señala el ministerio.

Chadwick pidió que se hagan las ingenierías básicas para que el mercado fije el costo final.

El ejecutivo coincidió con el ministro Eduardo Bitran en que la carretera no se debe postergar porque es imperiosa ante el crecimiento inmobiliario del sector, pero rechazó hacerla en superficie, como propuso el ministro en caso de que no haya aportes.

"Hacer Vespucio Oriente por arriba es liquidar la ciudad. Los alcaldes no lo permitirán", dijo.

Financistas consultados dijeron que la modalidad de financiamiento a 50 años es inédita en las concesiones chilenas, pero que es muy usada en Europa o Estados Unidos.

La extensión del plazo de la concesión es respaldada por los alcaldes del sector oriente, idea que surgió del alcalde de La Reina, Luis Montt, como un efectivo mecanismo de financiamiento para hacer la ruta en túnel.
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Los indignados vecinos, liderados por el recién electo concejal de La Reina, Pedro Davis, están en pie de guerra, apoyados como corresponde por los alcaldes Raúl Donckaster y Carolina Leitao, de las dos comunas comprometidas. La ministra del MOP, Loreto Silva, abogada que se desempeñó por un buen tiempo en la Cámara Chilena de la Construcción, para evitarle a su gobierno un conflicto mayor en un período de elecciones presidenciales y parlamentarias, ya comunicó oficialmente que la licitación se hará en dos tiempos. Para el tramo menos dificultoso -que pasa por Las Condes y Vitacura- la licitación se realizará dentro de los próximos meses y para el trazado más complejo -en La Reina y Peñalolén- se postergó para el próximo gobierno. Así, el ex ministro del MOP y casi seguro candidato presidencial de la Alianza, Laurence Golborne, se evitará dar difíciles explicaciones en los foros a los que deberá asistir.

En todo caso proponemos que el MOP tenga una relación fluida con los vecinos afectados y, en tal sentido, sería más que necesario que el Comité de Desarrollo Urbano del Colegio de Arquitectos asista a esa comunidad en sus futuras reuniones con los ingenieros de transporte de ese ministerio. Si se procede en consecuencia, esta nueva autopista podría ser un verdadero aporte a la ciudad.

La ministra Loreto Silva, para dejar en evidencia que bajo su regencia las cosas se empezarán a hacer bien desde el punto de vista medio ambiental, expresó que este proyecto se someterá al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA) bajo la modalidad de Estudio, sin saber posiblemente que todas las autopistas tienen la obligación de ingresar al SEIA a través de un Estudio, conforme al mandato de la ley respectiva.

Ella, como activa relacionada con el sector de la construcción, a lo mejor sabía que en los gobiernos anteriores se urdió una fórmula para que las autopistas no se evaluaran ambientalmente: se sostenía que esas carreteras concesionadas eran autovías, vocablo distinto al de autopista. Con esta trampa se violó la ley, por los menos en la autopista Vespucio Sur, lo que fue impugnado por la Contraloría General de la República, sin que las autoridades superiores del MOP se dieran por aludidas (vea la investigación de CIPER “Los errores del MOP en Vespucio Sur que costarán 25 millones de dólares”). Parodiando a Carlos Pezoa Véliz, en ese episodio nadie dijo nada y así el engaño institucional quedó en el más absoluto de los olvidos.

En síntesis, 1) apoyamos a los vecinos de La Reina y Peñalolén que protegen sus viviendas con energía y necesario bullicio en la calle; 2) consideramos innecesario el fraccionamiento del proyecto, el que se debe ejecutar con la técnica disponible más moderna y menos invasiva, aunque sea la más cara, y 3) es indispensable que el MOP le pida a Ministerio de Desarrollo Social que sus expertos efectúen una completa evaluación social de este discutido proyecto vial.

Pero por ningún motivo se debe subsidiar esta obra vial y para reducir el precio de los  peajes se debería ampliar el plazo de concesión. Y si las empresas privadas que lucrarán con su explotación demuestran desinterés en presentarse a la licitación, deberá ser el Estado el que asuma la inversión total entregándole a un especialita la gestión de la operación.

Ello será muy factible porque los chilenos tenemos cuantiosos recursos monetarios en el mercado financiero internacional. Procediéndose de esta manera, los inversionistas privados habrán perdido una buena oportunidad de negocios y los automovilistas, futuros usuarios de esta autopista efectivamente pública, pagarán una tarifa justa para llegar sin retrasos a sus destinos.

Lo que acaba de leer es la opinión de uno de aquellos tantos que propugnamos las ciudades a escala humana.

 


Moira Brnčić Isaza

Creadora y directora Iniciativa SANAR EDUCANDO reconocida por Naciones Unidas, UN-Hábitat como Good Practice in the World, 2008 y 2010.

SANAR EDUCANDO: sanareducando.blogspot.com


 

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