Alebrijes: El arte de creerle a los sueños
Alebrijes: El arte de creerle a los sueños
Por Ximena Jordán: ximejordan@gmail.com
“Es como si la imaginación de volviera realidad…” comenta una de mis alumnas al pasear por la exposición de alebrijes monumentales del Paseo Reforma, ciudad de México, en Noviembre del presente año. Y es que ocurre literalmente de ese modo. De pronto, lo que solo la imaginación humana es capaz de mentalizar, está al frente del espectador representado por unos seres enormemente fantásticos. Fueron cerca de 200 alebrijes monumentales los expuestos este año, por lo que la variedad de temas y formas era insospechada. A su vez, el carácter de “monumental” se los da el tamaño de estos seres, los cuales a pesar de ser creados durante todo el año y en distinto formato, para la exposición de la cual hablamos debían de ser grandes. Muy.
Tradición nacida en los años ‘40 y en el mismo estado de México, los alebrijes tienen un origen tan curioso como su misma apariencia. Pedro Linares López, cartonero de oficio y originario de la ciudad de México, es quien extrae a estos seres de su imaginación onírica; aquella activada durante los estados de sueño. En algunos afortunados casos como este, las creaciones de esta imaginación permanecen latentes en la mente del soñador, quien las materializa una vez despierto, en obras que inevitablemente tienen un carácter estético-onírico. De este tipo de proceso creativo proviene la estética del surrealismo francés, y la estética de los alebrijes.
Al igual que el surrealismo, históricamente los alebrijes encontraron su origen en la imaginación onírica. A pesar de tener esto en común, a estética de los alebrijes no es una estética solo surrealista. Los alebrijes constituyen un acierto estético-creativo independiente con respecto a cualquier forma creativa que se les asemeje. A diferencia del surrealismo, los alebrijes carecen de un componente intelectual tanto en su forma como en su contenido. En cambio, gozan de una conexión con el mundo natural (de ahí su calidad ecológica y medioambientalista) y con el mundo emocional (de ahí su calidad edificantemente humana) que los hace ser apreciables, entendibles y disfrutables por espectadores de todas las edades. Hasta por los bebés.
La historia de los orígenes de estos seres toma escena en la Ciudad de México de principios del siglo XX. Pedro, quien era cartonero de oficio, a la edad de 30 años, enfermó quedando inconsciente. En medio de su profundo sueño, intensificado por su malestar, tuvo un delirante sueño. Se encuentra en un lugar desconocido y muy apacible; algo así como un bosque “donde había árboles, rocas y animales”. Todo estaba en calma, él no sentía dolor y estaba feliz de estar caminando en ese lugar. Imprevistamente “las rocas, las nubes y los animales se convirtieron en criaturas extrañas e imposibles de distinguir tales como “un burro con alas, un gallo con cuernos de toro, un león con cabeza de perro”. Estos “animales combinados” gritaban repetidamente una sola palabra: "¡Alebrijes, Alebrijes, Alebrijes!"
Cuando despertó de ese sueño, Pedro empezó a recuperarse de su enfermedad para sorpresa de los parientes que lo cuidaban. Ciertamente, lo que este cartonero padeció fue un afiebrado delirio que le produjo estas fuertes y extrañas visiones oníricas. Una vez despierto y en vías de recuperación, aprovechó su conocimiento del cartón para representarles estas criaturas a sus seres queridos. Así nace poco a poco la técnica y el arte de los alebrijes. Linares los trabaja disciplinada e ininterrumpidamente hasta su tardía muerte. Es invitado a exponer a Europa y EE.UU. Con la paulatina exposición, difusión y venta de su obra funda una nueva tradición plástica que forma parte integrante del arte popular mexicano en la actualidad.
Ahora bien, los alebrijes ¿forman realmente parte del arte “popular”? Sí y no. Por una parte, la inspiración y caracterización de estas creaciones emanan de una tradición, la cual sin duda tiene un componente de leyenda, lo que es propio del arte popular. Con respecto a la diversidad de formatos en los cuales se producen y de mercados en los cuales se comercian, también podríamos afirmar que los alebrijes son arte popular. No obstante, los alebrijes de mediano a gran formato, no parecen pertenecer únicamente a la categoría de "arte popular", sino que cumplen con los atributos para ser considerados obras de arte "popular de autor". Esto, porque ningún alebrije es igual a otro, no son fabricados en serie y aunque obedecen a ciertas normas de composición y materialización, sí expresan un componente de individualidad de cada uno de sus autores, el cual es evidente y determina las diferencias entre uno y otro. Es decir, su autoría es tanto individual como colectiva, el ser de alebrijes les viene de su relación con una colectividad y la singularidad de su forma les viene de su autoría. Y es que vienen del mundo de los sueños, mundo en el cual todo tipo de combinaciones raras, son posibles.
Los alebrijes tienen “garras para aferrarse a la tierra y alas para no olvidar sus sueños”. Ambas son las máximas para que los seres sean tales. Todo lo demás es mera creatividad de sus autores. El material ideal para su confección es cartón mojado, arrugado y pintado a modo de papel maché. Es el material que, creo, deberían continuar cultivando y desarrollando los creadores de alebrijes, ya que enfatiza el caracter medioambientalista que estas creaciones tienen, no solo con respecto a la combinación creativa que hacen de seres de la naturaleza sino también en relación a su calidad reciclable y biodegradable. Asimismo, en el estado de Oaxaca los alebrijes se realizan en un material también orgánico: la madera. Estos, a mi parecer, no gozan de la aparencia de movibilidad que les otorga el cartón, sin embargo continúan siendo mágicos en sus formas, materia y colores.
Encontrarse con ellos en cualquier tamaño es una experiencia digna de ser vivida. No se olvidan con facilidad y generan mucha emoción e interrogantes en el espectador. No solo sus formas son ilógicas e impredecibles; también sus colores son estridentes e invasivos. No son discretos, no quieren pasar desapercibidos, no quieren combinar con el entorno donde se insertan. Más bien es evidente que quieren desordenar, sorprender y causar desajustes para confundir la mente y avivar el espíritu. Nos demuestran que los límites de la creatividad no están sobrepasados, ni siquiera alcanzados por las corrientes de arte contemporáneo occidental, como algunos teóricos del arte tienden a creer.
Lo cierto es que los alebrijes están demasiado locos para ser creados por un artista de formación académica. Requieren de un natural desapego a la norma y a la lógica. Necesitaríamos del alma mexicana para poder crear uno de veras; emanan a la singularidad cultural de artistas-artesanos de esta nación y por eso a ellos pertenecen. Una vez creados, como toda obra de arte, trascienden los límites locales de su creacion. Su belleza y contenido toca la sensibilidad de todo quien los encuentra. No son crípticos ni complicados, ni persiguen serlo. Por el contrario, intentan despertar la emoción e imaginación para que percibamos en ellos lo que aparentemente no puede suceder. Pretenden agudizar los sentidos, para que el espectador sea capaz de captar sus múltiples detalles, curvas y colores.
Pedro Linares recibió el Premio Nacional de las Artes por su trabajo. En la actualidad eximios artistas-artesanos, especialmente del estado de México y Oaxaca, continúan creando los alebrijes que Linares "dio a luz" desde sus delirios hace ya más de cincuenta años. Extraordinarias criaturas que detonaron el talento artístico de un iluminado cartonero, en la actualidad son reconocidas como parte del acervo artístico mexicano, de alto valor a nivel mundial: “Los Alebrijes”.
Encontrarse con uno es algo que hay que hacer antes de dejar este mundo. No estoy haciendo la metáfora. Cuando los vea, recordará este artículo.
Ximena Jordán
Master in Art Curatorship, Melbourne University
Licenciada en Estética PUC
Email: ximejordan@gmail.com
Imágenes: Ximena Jordán y Verónica Jordán
Referencias: http://www.alebrijes.com.mx/
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wowwww excelente publicación
Ximena!Gracias por el
Los alebrijes son de esas
Los alebrijes me encantan,
Me pareció un muy buen
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Sin duda, los alebrijes
Creo que el Paseo de la
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El origen de los alebrijes
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