MONICA HERNANDEZ Y EL PLIEGUE DE LA IMAGEN
MONICA HERNANDEZ Y EL PLIEGUE DE LA IMAGEN
Desde Colombia, Ricardo Arcos-Palma
Sabemos que la primera imagen que tenemos de nosotros mismos se constituye a través del otro. Ese otro inmediato (la madre), se transformará en ese espejo que permite reconocernos como seres vivientes. Esa relación intima, se desborda con el tiempo, donde el otro, puede ser el mismo cuerpo. En la obra de la joven artista Mónica Hernández, el cuerpo deviene el lugar idóneo para que la iamgen fotográfica se doble en si misma y comience a desplegarse en otro sentido, en otro plano representativo. Este mes en revelado, echaremos un vistazo crítico a la obra de Hernández que constituye un imaginario visual, bastante interesante.
Sus fotos hace referencia al espejo. Pero en realidad no es solamente un reflejo lo que interesa, sino también la cercanía de ese reflejo. Podemos decir entonces que ese límite, donde las imágenes se tocan, surge la esencia de la fotografía de Hernández. En una de sus fotos, vemos como por ejemplo a manera de secuencia, el cuerpo se reconoce cuando guarda una cierta distancia en el reflejo de su imagen. A medida que se acerca al punto de unión, al pliegue de la imagen, el cuerpo se hace prácticamente irreconocible. Se genera entonces otro cuerpo, informe (¿?) que nos hace pensar en esa famosa fórmula artaudiana: el cuerpo sin órganos.
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