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LOLA ORTEGA Y EL JUEGO TONAL
Desde España, Francisco Arroyo
Artista Plástico / Crítico Independiente
La luz se torna en característica esencial, en base de su obra , en factor de atracción sensorial, complementando la utilización en su justo plano de las tonalidades , las cuales provocan la ambientación y calidez deseadas.
Como un aura luminiscente , cada trabajo engloba al espectador atrayéndolo al espacio formado, envolviéndolo con sinuosidad espectral, llevándolo hacia la luz, fuente e inspiración de cada obra, centro y pilar fundamental en el que basa toda composición.
La armonía estética se nos muestra como absoluto reflejo, como transparente exaltación de fluctuaciones que pululan por un espacio recreado en el que fondo-forma se conjugan a la perfección para dar en sí una respuesta, un fiel reflejo de las inquietudes de la autora.
Dichas fluctuaciones o formaciones asemejan un telar, un conjunto basado en la diversidad de tonalidades que parecieran ser llevadas por la fuerza del viento, recreando de esta manera simulaciones de movilidad que dotan a la obra de una sensibilidad especial.
Lo etéreo es palpable, lo tonal indisoluble, el gusto por la expresión colorista destacable.