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EN BUSCA DE PALIPÁN
Por: Vivienne Barry
Había una vez un niño y una niña indígenas, que se llamaban Antu y Amancai. Ellos vivían en un hermoso y verde villorrio de la región andina de América del Sur, ahí donde el cielo es tan azul, que algunos dicen que por ese lugar la tierra respira. Su papá era Tumaro, un hombre muy singular, que durante toda su vida se había dedicado a guardar las más antiguas tradiciones. Él era el Representante Verdadero de una cultura milenaria basada en el amor y en el respeto a la naturaleza. Por eso a Tumaro, en una ceremonia muy especial en la Cordillera de Los Andes, los sabios le habían entregado una maravillosa flauta llamada Palipán, cuyas melodías tenían la virtud de preservar el ciclo de la vida y el orden de la naturaleza.