revista virtual de arte contemporáneo y nuevas tendencias
año 8
Número 90 - Diciembre 2006

 


 

POESÍA
este verbo, esta palabra...

Desde Panamá, Rolando Gabrielli ©2006

TÚ VOLÁNDOTE

Siempre volándote...
cuando te haces un ovillo de silencio,
en mis manos,
tu risa tan clara y los ojos
que tienen alma
de ventana y agua,
tus piernas que me llevan a todas partes,
cuerpo tibio y mirada,
lo que en ti nace y nunca muere,
lo que viene de tu mano,
lo que me regresas sin que lo pida,
lo que no se ve y queda...

Rolando Gabrielli©2006

 

 

POESÍA, este verbo, esta palabra...

La chimenea de la Poesía chilena necesita más tiraje. Es hora de cargar con pinos nuevos el fogón y dejar que las cenizas sigan avivando el fuego de los dioses que van naciendo con la palabra. La muerte prematura de Gonzalo Millán truncó el camino que seguía la sucesión poética chilena, de alguna manera, dejó un vacío. No es la única rama del tronco, pero crecía firmemente, en árbol propio. Es el riesgo en esta “maratón”, que es la literatura, la cual han sabido cubrir espectacularmente dos de los más grandes corredores de fondo de la poesía castellana: Nicanor Parra y Gonzalo Rojas. Se saltaron la muerte física, pero ya hace unos años se repiten poéticamente y no en vano suman casi dos siglos de sus residencias en la tierra. Totalmente normal en un oficio de mastines.
Hahn, en Ohio y Santiago, escribe poco, lo que para él es una bondad, y arriesga poco además. Barquero, en Marsella, frisando los ochenta, también es historia en el largo camino de la poesía. Armando Uribe, puso toda la carne al asador y se alzó con el Premio Nacional. Tiene una obra hecha. Igualmente Arteche. De la vieja guardia, no sé cuantos quedan, pero ya hicieron historia. Forman parte de la poesía chilena entre dos siglos. Más que suficiente para cualquier calendario poético.
Es un puente, la poesía, asediado por colmillos de viejos cocodrilos, en caminos que se bifurcan. Un pie nos lleva a otro lugar y dirección. Siento que el puente reclama otros pasos. Son los más jóvenes los que debieran marcar la nueva ruta y dejar que la lámpara en la poesía vuelva a encenderse sin que medie un interruptor. Luz oscura claramente luminosa, renovada, fresca.
Parra y Rojas están muy entretenidos con el Premio Nobel y ninguno de los dos lo recibirá, por muchas razones, entre otras, porque el mundo ha cambiado y son otros los escenarios que interesan. Ambos siguen empujando el carro de la poesía chilena y castellana con su obra y presencia física. Y eso es muy bueno para todos, inclusive la poesía.


Pezoa+ Huidobro+ Mistral+ Neruda+ Parra+ De Rokha + Gonzalo Rojas+Rosamel del Valle+ Díaz Casanueva+ Arteche+ Lihn+ Barquero+Teillier+ Hahn+ Millán+Silva Acevedo+Cuevas=Poesía chilena. Y vienen y hay más nombres, sin duda, algunos haciéndose en el camino, despuntando al alba de todos los comienzos, porque la punta de la poesía no tiene comienzo, ni fin, es orilla de un largo río. Existen los poetas aún no vistos.


A seguir levantando piedras en Chile y saldrán nuevos poetas. Lo pesado son las lápidas que ponen sobre la cubierta del poema, aquellos críticos y medios, que sólo tienen páginas y ojos para los iconos, los consagrados, las vacas sagradas, que existen en todo tiempo y época.

En poesía no se desciende de las ramas y aunque siga siendo la misma, inefable cosa contada en palabras, siempre habrá una voz diferente que la ponga a temblar de una nueva manera, al pájaro en la rama se le deja volar. Entonces la poesía respirará nuevamente. Eso ocurre cada ciertos años. Las épocas son marcadas también por grandes poetas. Voces que se erigen dentro de todas las voces para ser la vos y marcar los tiempos en el tiempo Dante/Quevedo/Rimbaud/Whitman/Eliot/Darío/ Pessoa/Vallejo/Neruda/Parra/, no vayamos tan lejos en el tiempo, pero la poesía viene detrás de la primera noche, al alba del alba, con los primeros sonidos de la antigua primera garganta de la humanidad, las vocales de todos los antepasados. La palabra debió ser profundamente oscura, hermosamente acariciada, en la caverna bucal de los sentidos y dicho como una clara cascada de rocas suaves.



La poesía no es trompeta de un solo trompetista. Los ratones se seguirán encantando con la palabra. En poesía siempre habrá algo nuevo bajo el sol. Todo dentro del Todo, el pasado, porque nada arranca del aire, menos el futuro y si el presente existiera, habría que seguir inventando el día a día, como siempre. Chile es un claro ejemplo, aunque los poetas hayan viajado, leído los clásicos, y contaminado estén con Occidente y Oriente, la antigüedad, y Babel misma.

A mí me gusta la definición de poesía de Ezra Pound, el más contaminado, plagiador de oficio, original, maestro, investigador, poeta de biólogo que desmenuza el espécimen poético. Pound nos enseña oficio en la lectura, crítica y humildad en el texto. No hay poema que no pueda corregirse. La poesía, dice, es el lenguaje cargado de sentido.


Hay métodos, formas y maneras para aproximarse y resolver el enigma de la página en blanco y hacer hablar el poema. Neruda fue torrente genial de la materia, naturaleza, historia, de los social y sobre todo, el amor. El caballo verde de su poesía no reconoció fronteras en la materia de las cosas que nombró. Millán fue la observación olfativa, gustativa, táctil, el ojo a ojo, el perfil hondo de la cosa en su superficie e interioridad. Tocó con la yema de los dedos los asuntos que fueron de su interés. Palabra a palabra, armaba sus poemas. Nueve versiones. Nada espontáneo. Diccionarios, autores y mucha originalidad. Tejió con su ombligo de sastre el centro de su poesía, las costuras de sus orillas, daba puntadas de noche y de día. Teillier fue imagen sobre la imagen y Lihn mucho cerebro.


La poesía chilena es rica, variada culta, popular, coloquial, objetiva, simbolista, vanguardista, filosófica, surrealista, neovanguardista, escéptica, iconoclasta, antipoética. Siendo que viene de España, Francia, Inglaterra, Norteamérica, y más atrás, tiene su propia tradición, y el siglo XX se corona con fuerza en lengua castellana.


Forma y contenido, no están en pugna a mi manera de ver, se exigen y deben así mismos en el poema una total correspondencia.


Metáforas, tropos, imágenes, topos, para retórica hay más retórica personal frente al espejo de la palabra.


Poesía del vaticinio, por más que algunos averigüen de ese arte de vaticinar que se reserva el poeta; poesía amorosa; política; de la vida (siempre): poesía sobre la poesía; poesía del Yo inmenso; Antipoesía de la poesía (poema con varios sombreros)). Muchos Amigos, profetas, pequeños dioses iluminados, alquimistas, redentores, oráculos de los nuevos tiempos, auténticos, dignos falsificadores de la realidad. Toda la poesía en la poesía.

Vacas sagradas, iconos, santones, vedettes, siempre existirán estos ruiseñores dormidos en la palma de una mano. Alguien querrá cortar el sol con una gillette o recoger el mar en una botella y lanzarla al fin de los tiempos.

Poetas del lugar común, poetas malditos, poetas cómicos, cósmicos, cosméticos, poetas del Norte, Centro y Sur de Chile, poetas, poetas, confíen más en la palabra que aún no se ha dicho. Rolando Gabrielli©2006

DF

DF, la ciudad no la fijan millones
ni un paisaje de escombros vacíos,
ruinas de un sol que existió en tu memoria,
México, el tiempo es la rueda,
tus pasos que dejé caminar
como si la ciudad no tuviera piernas,
sino ecos de tu eco, pasos,
del Ángel de México, amor,
y creciera de mis manos tu Monte de Venus
bajo sus alas doradas temblorosas,
y yo adorara tu sacrificio en la punta de mi lengua,
feroz aspiro un oxígeno salado a todo pulmón.
En tu historia viaja la mía, on the floor
esta tarde de noviembre,
no otra, no otra,
donde pulso húmedo centinela
ombligo de una sola cara,
el rostro de México dibujado
en tus noches de águilas ciegas,
muros, caderas, rótulas, el espinazo del D.F.
que impulsas en mi otra memoria,
pedales de una misma rueda detenida
y alguien debió bajar por esa escalera Maya,
en el oscuro pozo negro veo mi deseo,
tiembla el rostro de México en tus manos.
¿De tus ojos caenmis ardientes sueños,
el humo de una cortina perfecta
en este cuarto de dos prisioneros?
Diosa, por fin respiro tu aire,
tus divinas melancólicas largas piernas,
y mi amanecer nunca morirá
en la serpiente mágica de México.
Detrás de toda historia existe una historia,
un balcón apenas para asomarse al mar,
geografía del azul turquesa, amor, tu cuerpo,
mi horizonte encadenado a tus palabras,
hundo el bastón en tus algas marinas,
insurrección de la noche, digo,
no parto, no me quedo,
dame en el centro de la noche,
un poco la luz que nos queda
y la pared del DF, es nuestro graffiti,
en la mano de un niño
que adivina la rosa que el silencio
le permite crecer
donde el cemento opaco
aún respira mudo.
Rolando Gabrielli©2006



S
Sólo ámame,
sedúceme
con tu libertad.
Ancla en mí,
vuélame.

Dios se vuela
El Dios que vuela
en todas partes
sube en ascensor,
desciende con sus propios pies.
Ya sin alas,
bluejeans de calle,
mira los rascacielos
con interés de ornitòlogo,
deja que el sol
ilumine en el trigo la rata
y se vuela, se vuela

PIEDRA BURRA

Debajo
del lomo gris
de una piedra,
burra, el camino,
yo tropiezo
con la esperanza
de mi pie
que quiere avanzar.

AQUÍ QUEDA LA PALABRA
Aquí queda en el ojo
la palabra ciega,
torpe velo , vuelo del verbo,
a tientas, ojo,
primero el ojo,
después el ciego.

Poema
A veces
siento
que he alimentado
un elefante
blanco.
La página, la página.

Pie

Se me duerme el pie,
pero si no voy a caminar.
Duermo en la memoria
de mañana
y pasado será otro día,
quizás camine
o vuelva a renovar
mi pasaporte
y abandone la ciudad
después de haber
soñado con tus pasos

Ella Alas

Aire, más aire,
el aire,
que la vuela
de su propio vuelo.


 

 

 

 Rolando Gabrielli Rolando Gabrielli
es Periodista y Escritor chileno.
Actualmente vive en El Dorado, Panamá

Web: http://rolandogabrielli.blogspot.com

Si desea escribirle puede hacerlo a:
panaglobal@hotmail.com



 


 
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