Brazos que saltan, bocas agrandadas, cuerpos vibrantes que se apagarán en el segundo exacto del crimen. El espanto de la espalda esperando la traición, el atisbo en el ojo embriagado del arma mortal. Una neblina y dos y más. Todo gris y el polvo asalta, se desparrama, y una vez y otra, lo inerte.
MIENTRAS. ¿Pero donde habitan los cojones para impedirla? El organismo sufriente en épica construida. Nuestros brazos, porque los de ellos los de Palestina son los nuestros también, como fueron en algún momento los cuerpos de los judíos en el holocausto. ¿Como no se acuerdan ellos mismos, de lo que les aconteció? Es que el poder repito, pregunto, ¿el poder del dinero lo puede todo? ¿Que tienen que ver en esta masacre los civiles? Y seguimos construyendo armas, y seguimos dándole poder a los militares del mundo entero. Por destino antagónico algunos de los judíos afincados en Vigo condenaron la invasión del ejército de Israel en territorio palestino, así como la política de este país, que tacharon de "genocida", al tiempo que pidieron la implicación de la Junta de Galicia, a la que exigen que "fije su posición" sobre este asunto. EXIGIMOS "Aunar voluntades", ya que el conflicto árabe israelí, "es un problema de la Humanidad, por lo tanto de todos los ciudadanos". “Llamamiento común para la paz". FINALMENTE
Tu cuadro de Guernica querido amigo Picasso, sólo ha servido para que se lucren de él. Ese cuadro donde con gran maestría graficaste la masacre de de la ciudad corpórea. Las fauces abiertas del toro gimiente, el relincho del caballo despavorido, el ser inmóvil frente a la luz. Las personas de hilo y cuadrado, están allí dando la ojeada, la mayoría, se fijarán en la línea perfecta, pocos en ese contenido continuo del exterminio.
Vicky Larrain
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