Santiago de Chile.
Revista Virtual.
Año 8

Escáner Cultural. El mundo del Arte.
Número 84
Junio 2006

 
LOS TRUKEROS
SENTIMIENTO PURO

 

El constante pulsar del teclado del piano logra la armonía perfecta, la guitarra puntea, el dedo resbala por el cuero del pandero y las palmas siguen el compás. La chingana se desata. Cuequeros bravíos son Los Trukeros y sus amigos, al rescate de las tradiciones y de nuestra identidad, porque las prohibiciones de antaño no lograron su efecto. La cueca brava, la del roto chileno, está más viva que nunca y busca su reivindicación. Acá la lucha de sus protagonistas.

 

Prohibición de los Carnavales en 1816

: "Teniendo acreditada por la experiencia, las fatales y frecuentes desgracias que resultan de los graves abusos, que se ejecutan en las calles y plazas de esta Capital en los días de Carnestolendas (carnaval), principalmente por las gentes que se apandillan a sostener entre sí los risibles juegos y vulgaridades de arrojarse agua unas a otras; y debiendo tomar la más seria y eficaz providencia que estirpe de raíz tan fea, perniciosa y ridícula costumbre; POR TANTO ORDENO Y MANDO que ninguna persona estante, habitante o transeúnte de cualquier calidad, clase o condición que sea, pueda jugar los recordados juegos u otros, como máscaras, disfraces, corredurías a caballo, juntas o bailes, que provoquen reunión de gentes o causen bullicio..."

 

"Historia Secreta de Santiago de Chile" de Ismael Espinosa y Temo Lobos

Chile es un país de aventura, difícil de vivir, climas hostiles, distintas condiciones, pero un mismo sentimiento. La música como detonador del diario vivir ha estado siempre. La cueca brava, la de los barrios bravos, la que se cantaba en los matrimonios, bautizos, asados y dieciochos. Esa que se nutre de la cotidianidad de sus personajes, de las aventuras del artesano, del minero, del lustrabotas, del peluquero, del pije y del choro. Guapo, habiloso y cantor el roto chileno, desde el tiempo de La Colonia, reprimido y castigado se le prohibió desbancarse, había que trabajar y producir para el patrón. La bohemia claramente afectaba sus bolsillos.

Por más que las tradiciones del pueblo se intenten disuadir por la del bolsillo más grande, esa cultura del patrón de fundo, de manta y espuela, siempre queda algún registro de los verdaderos personajes de esa época y existen personas que dedican su vida a su estudio y a poner en práctica dichas tradiciones, así nos devuelven un poco de nuestra historia, de esa realidad de cien o doscientos años atrás.

 


DE VISITA CON LOS TRUKEROS

Los Trukeros nacen en 1997 apadrinados por su maestro y fundador de los Chileneros, Hernán Núñez, la banda se alimenta de toda la experiencia del "Nano", para sus amigos, para reivindicar una vez más a la cueca, por sus más de 200 canciones, por toda su trayectoria y por su legado.

8 músicos Carmen López (voz y pandero), Rodrigo Miranda y Pablo Guzmán (voz y guitarra), Pavel Aguayo (voz, guitarra y chinchín), Dángelo Herrera e Inti González (voz y acordeón), Max Cárcamo (voz y bajo) y Ángelo Guerra (batería), son los encargados de transmitir el mensaje y el ambiente de la chingana a las nuevas generaciones.

Nueve años de trayectoria posicionan a Los Trukeros como unas de las bandas lideres de esta nueva generación de músicos de escuela y autodidactas, que de a poco comienzan a meter bulla y a ser considerados por los medios de comunicación, a base de una renovada cueca urbana, llena de potencia y teatralidad.

Gracias al aporte del Fondart, la agrupación pudo lanzar sus dos discos, el último "Los Trukeros de Visita" (2005), que recopila las experiencias de la banda en sus giras por el sur de Chile. Cada cuidad, cada pueblo, una canción, además el registro incluye grabaciones en vivo de la gira.

Una placa sumamente interesante, que a veces no respeta la métrica natural o tradicional de la cueca en seis octavos, hay introducciones más largas y ritmos que mantienen la atención constante. En vivo el mensaje se refuerza con la puesta en el escenario, cada tema una escena e historia lúdicamente recreada, en un barrio bravo, sustentado con la participación de Carmen López que es actriz y del gran histrionismo de sus compañeros.

Con Rodrigo Miranda (voz y guitarra), conversamos largo y tendido en uno de sus refugios. La Posada del Corregidor, en calle Esmeralda 748, en pleno casco antiguo de Santiago.

 

¿A qué se debe el desconocimiento de la mayor cantidad de la población de la las cuecas bravas y sus historias?

Los cuicos, sin ser peyorativa la palabra, siempre nos han quitado la forma de expresión. Desde La Colonia y después en la República, el pueblo chileno que era el mestizo, dejó de ser el esclavo, pasó a ser parte de la sociedad. Desde Casimiro Marcó del Pont en adelante, al roto chileno, se le prohíbe toda manifestación popular, la chingana, por eso carecemos de personalidad. Existe una desinformación genética, muchos años de prohibiciones. A los que detentan el poder les molesta la bulla, la no moderación, pero nunca permitieron que el pueblo aprendiera a moderarse dentro del desborde, prefieren reprimir cualquier acto.

¿Ustedes como Los Trukeros, sienten la misión mostrar esta identidad al resto de la gente?

Nosotros buscamos nutrirnos de toda esta historia, de vivir en tradición, porque la tradición no es a la antigua, viene de lo antiguo, pero sufre transformaciones. Nosotros podemos seguir haciendo tradición, podemos seguir celebrándonos entre amigos; Juan, Pedro, Maria. El canto a la rueda, reunirse en rueda, en torno a una mesa, en un juego de naipes, cosas simples de la vida, con alegría.

¿Que te pareció cuando Los Tres tocaron las cuecas en el Unplugged en Miami?

Bien tocadas, al estilo Roberto Parra. Yo creo que una de las grandes herencias que dejó, fueron sus historias y su forma de tocar la guitarra. Todos la utilizamos, la fuerza, la energía, bien punteadas. Cuando aparecieron Los Tres, ellos conocieron la tradición y la transmitieron a los jóvenes. En las discotecas tocaban las cuecas y todos salían a bailar. Provocaron a la juventud, después todos los "cabros" aprendieron a tocar guitarra. Importante.

¿Han sido apoyados por el Fondart, como calificarías la labor gubernamental en el desarrollo, promoción y difusión de nuestra cultura?

Hay mucho crecimiento, hay más espacios para poder desarrollarnos, sin embargo creo que las políticas están mal enfocadas, por ejemplo se deben grabar 50 discos al año, pero no sirve de nada si no lo difunden, nos podemos quedar con el CD en la mano, pero no llega a la gente, no hay promoción Otra crítica. Existe una categoría de proyectos de excelencia, que entregan financiamiento a largo plazo, pero solo pueden postular personas con doctorados y títulos. Ahí nos están delimitando, yo no fui a la universidad a estudiar música, pero no por eso no entiendo de partituras. Es elitista, nos vuelven a restringir.


EL LOTE DE LA POSA

De lejos se sienten. Al entrar, la rueda en torno al piano de cola, la venas se hinchan y la voz se rompe. Llegan de a poco, se saludan, estrechan sus manos, se abrazan con cariño y respeto. Todos son parte fundamental, unos traen la guitarra, otros los panderos y el cajón no se queda atrás. Los pañuelos se alzan, comienza el baile.

Todos los lunes de seis a tres de la tarde, el piño se reúne, porque como nos decía Rodrigo Miranda: "Para cantar cueca sólo hay que tener al lote, al piño de amigos y si no hay instrumentos no importa". La Posada del Corregidor y sus salones son testigos de estás reuniones, ubicada en Esmeralda 748, entre Mack Iver y San Antonio, la ex morada del corregidor Zañartu.

"Primero empezamos a juntarnos los puros del grupo, los días lunes teníamos tiempo, de apoco empezaron a llegar, gente de la Católica, de la Chile, amigos del barrio, cabros más jóvenes de 14, 15 años y así se fue formando un grupo de 15 a 30 personas. Nos juntamos, tocamos cueca, para tener repertorio, por que el cantor debe saberse todas las cuecas, para poder participar en cualquier rueda. Después descubrimos que los lunes era el día libre de los trabajadores de la vega, del mercado, así que le dio todo un contexto súper entretenido, señala Miranda.

Los Trukeros como anfitriones reciben al resto de los contertulios. Desde jóvenes que se inician, otros más expertos y uno que otro anónimo que pasa y se asoma a mirar, pero las diferencian no existen, entre cueca y cueca se conversa, se comparte sin distinción. Las morenas buenas mozas, la rubia encantadora, el cantor bravío.

Están todos invitados, por el aguante de la banda conmoción. Trae tu guitarra, el acordeón, el pandero, acompaña con las palmas, también sirve. La puerta está abierta de par en par, todos los lunes, para conocer y disfrutar lo bello de nuestro país y su gente, por nuestra identidad, por seguir viviendo en tradición. ¡Salud Mierda!

 

DATOS DE INTERES

- Libro "Mi Gran Cueca". Hernán Núñez Oyarce

- Discografía de Los Trukeros disponible en "Disco Manía".

Calle 21 de Mayo. Galería antes de llegar a Santo Domingo. Santiago

www.cuecachilena.cl

www.nuestro.cl

 

 


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