Texto: Carlos Yusti
De aquellas figuras femeninas de grandes ojos y metafóricos cuerpos queda poco de esta nueva exposición "La otra sensación" de Montse Morillo.
Ahora el color es el protagonista. El color utilizado con cierto desgarro. Algunos rostros y tenues figuras se dejan entre ver en pinceladas amplias de color. En este trabajo pictórico no es estático. Existe una fuerza, una pulsación intensa al momento de utilizar la fuerza de los colores.
En muchos de los cuadros los colores están en pugna. Colores cálidos como el amarillo se entremezclan con colores fríos como los azules, los verdes y los grises sin desarmonizar y logrando un equilibrio tenso, pero que el espectador capta con emotiva sorpresa.
Pintura hecha con los sentidos y con la fuerza del cuerpo. El espectador asiste a una propuesta donde el colorido lo es todo. No obstante, no es un colorido soso ni que empuja hacia la meditación, sino más bien hacia la sombra. El espectador trata de leer y explorar en las telas esas sensaciones que tienen mucho de musical. No es casual entonces que algunos cuadros tengan títulos como: Jazz Time, Hip Hop, Jazz Fussion I.
El color en esta exposición más que una propuesta plástica es una experiencia interior que trata de trascender los límites del lenguaje pictórico y acercarse mucho a la vida de el ritmo de un colorido lleno de vitalidad, fuerza y cierta poética que traduce de alguna manera el mundo de Montse donde las sensaciones buscan crear efectos estéticos.