Santiago de Chile.
Revista Virtual.
Año 7

Escáner Cultural. El mundo del Arte.
Número 74
Julio 2005

NOMBRAR IMPOSIBLES

Texto escrito para e l panel foro "Desafío de la escritura poética en la época actual" en conmemoración del Dia mundial de la poesía 2005
(Convocado por el GRUPO CULTURAL "LA TERTULIA",
CENTRO DE INVESTIGACION TEATRAL "PROMETEUS" Y UNEDA (UNION DE ESCRITORES DE AMERICA)
Sala Vaz Ferreira - Biblioteca Nacional - 31 de marzo de 2005

Por : Mariella Nigro

Urge el pensamiento conectando
¿se siente? ¿alguien entre líneas?
¿errata? ¿paréntesis? ¿qué signo?
¿escuchan?
(La claridad del lenguaje
tiene apenas
la intensidad ambigua del poniente)

Amanda Berenguer

 

Poema Visual de E.A.Vigo.

Agradezco la invitación de Julia Galemire para compartir con Uds. estas reflexiones. Su propuesta ha sido preguntar dónde está hoy la poesía. Y hacia dónde va.

Me limitaré a dejar planteados sólo algunos aspectos que me parecen interesantes para una reflexión que, tanto por razones de tiempo como de competencia, yo no puedo desarrollar.

La poesía seguramente está, como siempre -tal vez desde los aedos griegos-, desafiando los esquemas formales y sustanciales del discurso, en busca de lo innombrable. Desafío del logos , desafío del canon, zancadilla al lenguaje, transgresión de los límites; una inmanente tendencia a desbordar los propios del género, como si éstos fueran más lábiles que los de los otros discursos.

Me refiero, más que a la escritura poética, a las poéticas, a la acción poética, o, simplemente, a la poesía, esto es, a las diferentes expresiones y modos en que el hecho poético se manifiesta, lo que alcanza por ejemplo, a la poesía visual y a la performance . En un sentido más general, la reflexión alcanzaría también al arte visual, por esa intertextualidad y esa transgresión de límites que se plantea entre las diferentes áreas expresivas, tal vez porque, como dijera Luis Cardoza y Aragón, "el pintor y el poeta tienen el mismo centro aunque estén en distinto sitio" . Se trata, siempre, del hecho poético.

Pero está, definitivamente, en otro lugar en el inicio de este siglo, si se le mira en relación con los recursos expresivos, con los tópicos emergentes de la posmodernidad, con los propios desafíos contemporáneos.

Poema de Miguel Alba.

Si con las revulsivas vanguardias artísticas europeas que eclosionan en el siglo XX se produce la inflexión entre el arte 'viejo' y los nuevos enfoques anticanónicos, con los planteos de las últimas décadas, -con acoplamientos de lenguajes, cruces de disciplinas y sistemas de signos-, se vuelve, de otra forma y desde otro lugar, a romper moldes y cánones. Me refiero a los nuevos modos de expresión, a la intertextualidad de palabra e imagen, como en la poesía concreta y la poesía visual, a la poética del cuerpo como en las performances , y a la gran incidencia de los nuevos recursos tecnológicos.

Se trata de observar que si aquellas vanguardias (tanto europeas como latinoamericanas) plantearon la ruptura con las pautas hegemónicas de creación, en las últimas décadas del siglo XX y particularmente en los últimos años, se produce la gran renovación de los lenguajes visuales y poéticos.

Poema de Joan Brossa.

Claro que no puede desconocerse la importancia de las vertientes de semejante ruptura: así -por dar algunos nombres paradigmáticos-, de Mallarmé a Apollinaire, de Breton a Huidobro, y de allí hasta llegar al conmocionado lenguaje de Gelman, a las derivas rioplatenses del neobarroco de Milán o Echavarren o a la poesía experimental de Padín, hay como un hilo de luz que fluye, refractando cada vez en diferentes direcciones.

Pero las nuevas posturas creativas y las nuevas concepciones de la poesía ya no sólo traen innovaciones en el lenguaje o juegos de tipografía y dibujos sobre la página, como en las poéticas de las viejas vanguardias; se trata de cambios también en los vehículos de expresión, en los instrumentos de creación, en sus modos de propagación, por Internet, a través del arte-correo, de las acciones poéticas o del CDRom . Dos ejemplos de esas modalidades de comunicación son las acciones y creaciones de la poesía inobjetal de Clemente Padín, o el soporte multimedia del libro Arbol veloz de Luis Bravo. La polisemia de estas poéticas, la avidez de estos gestos creativos reclaman necesariamente el desborde de los canales convencionales del libro de papel, su compresión y fijeza, ese apacible cobijo entre tapa y contratapa; y bajo otro amparo, en la pantalla de un computador, con un click del mouse , se hace realidad el deseo de Bravo: "... quiero estar / y no estar / al mismo tiempo" , o la proclama de Padín: "la poesía no sólo se lee sino que, también, se ve" . La poesía queda, así, entre trazo, letra y acción, entre lo efímero y lo eterno, lo real y lo virtual, la huella de la voz y la quimera de lo innombrable, y muestra, descarnadamente, la etimología de la techné , actualizada entre técnica y arte.

Es verdad que ya con las vanguardias del siglo XX, tanto en el arte visual como en la poesía, cambiaron los códigos, no sólo de producción sino también de recepción de la obra, esto es, en el plano axiológico y en el plano de su hermenéutica: lo que se dice y hace, y también la mirada y el oído con que se le recibe. Pero la ruptura es superlativa en las últimas décadas, y el fenómeno alcanza a todas las áreas del saber, dejando de manifiesto así, a mi juicio, la gran incidencia del pensamiento posmoderno.

Poema de Guillermo Deisler.

No es la oportunidad de ahondar en estos temas, pero me parece interesante al menos su planteamiento. El cambio en la actitud epistemológica que trajo el pensamiento posestructuralista, con sus transgresiones, su destrucción de códigos y el desplazamiento de las pautas racionalistas en beneficio de un nuevo ejercicio de conocimiento, se corresponde con los cambios en la creación artística y su nueva construcción de sentido. A ello se suma la innegable presencia de los instrumentos informáticos.

No me parece forzado plantear una correspondencia entre esa renovación en las áreas creativas y el diferente modo de pensar la realidad que se ejercita desde la filosofía. En todo caso, parece que los instrumentos de pensamiento y obra (esto es, reflexión y creación) llevan en sí los mismos síntomas manifiestos de una sociedad 'posmoderna', con todos sus hallazgos y sus falencias. Entendiendo por 'posmodernidad' el abandono definitivo de los postulados racionalistas, positivistas y cartesianistas que rigieran el saber precedente, y la reivindicación de la sensibilidad intuitiva, la comprensión endopática de las diversidades, lo imaginario, lo lúdico, como modalidades de abordar la realidad, y también la virtualidad...

No puede ignorarse la nueva forma de ver y pensar la realidad contemporánea y, en consecuencia, la nueva forma de crearla o recrearla, a través de la técnica y del arte. (Lógicamente acoto mi observación al mundo occidental más próximo, por cuanto ignoro, aunque presumo totalmente diversas, las otras realidades culturales).

Franklin Valverde.

Este planteo del tema de la posmodernidad que informa el pensamiento y el arte contemporáneos debería referir, al menos mencionar, el de la correspondencia que se plantea entre cultura y poder, y la confrontación entre canon y marginalidad, entre homogeneidad y diversidad, que alcanza, también, al terreno de la creación poética.

Es un tema que ha sido abordado en forma muy interesante, en el marco cultural uruguayo, en un libro editado en el 2002 por la editorial Caracol al galope , "Conversaciones oblicuas entre la cultura y el poder. Entrevistas a diez intelectuales uruguayos" , de las escritoras Silvia Guerra y Verónica D'Auria. Esas reflexiones invitan a la consideración de las culturas marginales y las 'literaturas especiales' que, con el derrotero que parecen marcar los nuevos tiempos, transgreden más que nunca los patrones 'clásicos' de la creación artística.

En ese orden -de las diversidades que llaman a reflexión-, debe hacerse, a mi juicio, al menos una mención a los desafíos propios que plantea el discurso femenino, con sus especificidades de género, como su emergencia frente al discurso patriarcal, la temática inmanente a su obra -plástica y literaria-, como la corporalidad y la maternidad, y las particularidades en su tratamiento del lenguaje y en la proyección de su mirada. Asuntos que, ya desde su consideración como tópicos, provocan controversia y también coincidencias, como quedó de manifiesto en el Primer Encuentro de Literatura Uruguaya de Mujeres organizado en el 2003 por Tatiana Oroño, Melba Guariglia, Sabela de Tezanos y Alicia Migdal, en el marco de la Casa de los Escritores del Uruguay, cuyo material se encuentra en edición.

Fernando Aguiar en performance poética.

Tal vez estos temas, de fondo y de forma, de las marginalidades, transgresiones y diversidades (culturales, de género, de técnicas, de temas y modos de expresión) por un lado, y el de los recursos tecnológicos que dan nuevos soportes a las expresiones artísticas, por otro, son, a mi juicio, dos de los aspectos más relevantes que plantea una observación del arte contemporáneo y una prospectiva del arte futuro.

Pero, más allá de estilos, de recursos técnicos, de concepciones y códigos, la poesía sigue, en mi opinión, con la misma naturaleza y el mismo derrotero; sigue siendo una forma de conocimiento a través del lenguaje: tal vez esa voz visceral, intuitiva, inefable de la que siempre se habla, pero también una voz que se piensa a sí misma.

"(...)Yo muero extrañamente... -dice Delmira- (...) muero de un pensamiento mudo como una herida" . Como si, ya desde inicios del siglo XX y desde la voz de un ser femenino, lenguaje y pensamiento fueran los dos brazos de la poesía, cuyo abrazo el poeta va buscando sin pausa, de ida y de vuelta, en su escritura y en su lectura. Misterioso péndulo, entre la razón y la locura, la vigilia y el sueño, y también en el silencio, el " que se entrevé, prendido a los versos" , en expresión de Alfredo Fressia. Esa es mi idea de la poesía, que fluye y refluye de la cabeza al corazón, como la sangre, cruzada por el tiempo. Y por tan dramático recorrido, resulta ser, como dice el poeta brasileño Floriano Martins, "(...) una caravana cuya belleza es terrible" , "(...) nuestro aliento posible (...) un tipo de alarde que vuelve la palabra contra quien la escribe" . Así de poderosa.

Bartolome Ferrando en performance.

Si es escrita u oral, verbal o visual, textual o performática (poesía del lenguaje o poesía del espacio, diría Artaud); si su soporte es el formato electrónico o el convencional de papel, serán contingencias de su emisión. El estilo o el lenguaje que adopte, si habla de un sueño o de una emoción, de un pensamiento, una historia o una peripecia, si muestra lo peculiar femenino, lo marginal u otras diversidades, no alterará su naturaleza.

En todo caso, siempre conservará ese carácter sagrado que ha observado el poeta Jorge Arbeleche, ubicándola entre la inteligencia y la gracia, entre "el principio ético" y "el principio del misterio" .

Como proclama en su libro "El oficiante" : "mirar lo que se pueda con palabras / escribir de todo lo mirado de todo / lo mirado lo que se pueda ver, / se vea..." . La poesía como un acto de fe y también de conocimiento; y el poeta, como el 'oficiante' de Arbeleche, pensador y a la vez soñador, queriendo, sin poder, nombrar al mundo.

"Pensar imposibles es bueno" , reflexiona Rafael Courtoisie. Entonces, como en un silogismo, yo colijo: la poesía es buena; porque la poesía es pensar imposibles.

 

(Dedico este texto a Marosa di Giorgio, que escribió: "El alma debe andar por ahí entre los árboles, todavía. Estará parada, enredada, colgando" . Como la suya.)

 

Mariella Nigro
Marzo, 2005



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