Por: Ricardo Arcos-Palma

 

 

Este vistazo crítico destinado a Revelado de Escaner Cultural, tiende a develar lo que he llamado el silencio de la espera en la fotografía de Yves Reymond. Jean Baudrillard en sus notas sobre la fotografía, decía que no hay nada más fotogénico que un objeto. Pues el objeto tiene algo que hace que la fotográfico perdure sin caer en extremos de la comedia del arte contemporáneo donde todo parece haberse convertido en fotografía. Las fotografías de Raymond, van más allá de lo artístico y del reportaje. Tampoco las podemos situar en la publicitario. Simplemente sus fotos son eso: fotografías. En su teória del objeto, Baudrillard nos muestra como este a ocupado el lugar de privilégio ocupado antes por el sujeto. En estos términos la mirada objectiva del sujeto cambia. Ya no es el sujeto que observa los objetos, al contrario son estos que nos observan. Tal como lo ilustró de una manera magistral Paul Klee en su famoso diario: "Los objetos me observan". Esta frase lejos de ser la de un paranoico, nos muestra como los objetos dejan de ser objetos de nuestra mirada para observarnos. "A través de la foto - dice Baudrillard -, el objeto es el que nos mira y el que nos piensa (...) Es una relación especular. Hasta ahora el sujeto era el espejo de la representación, y el objeto era sólo su contenido. Esta vez es el objeto el que dice: "I shell your mirror" (yo seré tu espejo), o lo que es lo mismo: yo seré el lugar privilegiado de tu desaparición/ We shall be your favory disappearing act" 1.

 

La fotografía del joven fotografo suizo-colombiano Yves Reymond, nos muestra precisamente esa relación especular de la que habla Baudrillard. Sus fotos estan desprovistas de toda figura humana. Solamente existen algunos objetos. Pero estos objetos no son cualquier objeto. Se trata de sillas en el metro de París. Cada silla nos remite sin embargo a la ausencia del individuo. Pero qué tipo de persona es la que va a sentarse en ellas? Si nos fijámos con detenimiento, el espacio donde se encuentra la silla, nos dará una idea del tipo de persona que se sentará. A veces una papel que a sido tirado fuera de la caneca, se trasforma en rastro silencioso del pasajero... como en una de sus fotos. En otra foto, la frase "dos paquetes de café molido" de la publicidad del fondo nos despierta en el inconsciente un aroma a mañanas en familia. En otra de las fotos el fragmento de un anuncio cinematografico, revela extrañamente el deterioro del lugar. El puntum de estas fotos no son propiamente las sillas... sino más bien esos rincones donde algo queda... el papel, la frase y las baldosas deterioradas...

Las sillas son practicamente las mismas: el mismo diseño y prácticamente el mismo color. Pero es el entorno el que cambia. En ocasiones, pese al extremo grado de limpieza, el deterioro y la basura, tratan de imponerse, mientras la espera se da. En este no-lugar , por utilizar la formula del antropólogo MarcAugé, la espera es una evidencia. Pero tal espera es absolutamente silenciosa, donde estas sillas aguardan ser usadas. Tiempo en el que las sillas deciden observarnos mientras que seguimos nuestro camino marcado por el acelerado ritmo urbano. Sillas espejos, donde la ausencia del ser humano, nos habla más que nunca de él.

 

Estos objetos mudos, son el simbolo del reposo, de aquél individuo pasajero de la cotidianidad que se deja llevar por la "gusanera motorisada", como diría Cioran. En resumen, las fotografias de Raymond nos revelan ese mundo objetual, donde el sujeto a desaparecido para dejar paso a la ficción, al similacro, a la comedia urbana donde solamente la espera parece tener sentido en el silencio.... El tren ha llegado y las sillas seguiran esperando en el silencio.

Ricardo Arcos-Palma
París, 25 de abril del 2005.

1 Jean Baudrillard. El paroxista indiferente. Barcelona. Anagrama. 1998. p. 141.

 

 

 

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