Santiago de Chile.
Revista Virtual. 

Año 7
Escáner Cultural. El mundo del Arte.
Número 69
Enero y Febrero 2005


LO CURSI REVISITADO


Texto: Carlos Yusti

En su diccionario María Moliner afirma que la esencia de lo cursi es pretender ser "elegante, refinado o exquisito", pero con resultados de "afectado, remilgado o ridículo". Corominas, finalmente, aparte de admitir lo incierto del origen del vocablo, cree que la palabra entró a Andalucía desde Marruecos como apropiación de la palabra kursi, que habría evolucionado, semánticamente, desde la connotación de cátedra, sillón solemne y trono de un soberano, a pedantería y pretensión. Por cierto, la palabra apenas aparece documentada en español desde 1865.

Se podría denominar que lo cursi es una exageración empalagosa por el artificio, es una inclinación en superlativo por el mal gusto. Posee una lógica entre lo solemne y lo caricaturesco. Lo cursi no es el paraíso, sino su añoranza con soponcio y telele incluido. Es la Miss Venezuela electa, quien sobreactuando su sorpresa por ser la ganadora se baña en lágrimas de cocodrilos y reparte besos, mientras las perdedoras la saludan cuando en verdad quisieran asesinarla. Es el político que con gravedad protocolaria exclama: "¡En esta hora decisiva que la Patria nos llama, acudimos presurosos y con la frente en alto.!". También es el politicastro brutazo que en sus discurso exclama: ¡bueno como decía Ortega y Gasset: hoy estamos viviendo una rebelión de las masas!, sin saber que lo que está citando es el título del libro. Es cursi el galán de telenovela que con voz de Pavarotti entelarañado le dice a la mala: ".ese hijo que vas a tener es mío, pero mi corazón le pertenece a esa humilde muchacha a la cual se le quemó el rancho, fue violada por su padrastro, quedó paralítica, estuvo presa y luego fue recluida en el manicomio.y para colmo contrajo el dengue".

Escapar a la cursilería no es tan sencillo. Mauricio Gonzáles de la Garza ha escrito que cursis somos todos, como médicos, poetas y locos, sólo que algunos viven la cursilería como vocación vital o como doctorado honoris causa. Uno es cursi muchas veces a conciencia y otras es cursi a la fuerza. La cursilería va machihembrada al mal gusto. Tuve una novia actriz a la que le encantaba Armando Manzanero. Enamorado como estaba el tal Manzanero me resultaba un poeta a la altura de Octavio Paz, Ramón Palomares o Pablo Neruda. Las visitas a esta novia, aparte del telón musical almibarado de fondo, me fueron provechosas porque tuve la oportunidad de conocer a Antonin Artaud. O sea, esta novia me obsequió un ejemplar del Teatro y su doble. Con semejante recompensa tener que tolerar las melosas canciones de Manzanero fue si se quiere un precio muy bajo.

Pero no sólo en la música hay cursilería que juega garrote, sino en el arte, la poesía y sobre todo en la vida mundana y silvestre. Podemos hacer una lista sumaria de cuestiones cursis y que en el fondo llegan a ser casi pavosonas:

* Viajar en microbús enfluxado a punta de 2 de la tarde en Maracaibo o en Ciudad Bolívar.

* Dar serenatas con pista de karoake.

* Despecharse escuchando calipso.

* Llegar a la funeraria y afectado por el dolor dar el sentido pésame a todos los presentes para luego comprobar que uno no sólo se ha equivocado de velorio, sino que aquello es un acto solemne para celebrar el día de la bandera.

* Asistir a los ciclos de Opera en el Teresa Carreño, para dárselas de culto y a los primeros acordes dormirse y de paso roncar a pierna suelta.

* Escuchar una cadena de Chávez como si se tratara de la 5ta sinfonía de Beethoven.

* Asistir a la toma de posesión de la presidencia del Club de Bolas criollas en la parroquia.

* Ser orador de orden en cualquier cámara municipal.

* Llevar una ofrenda floral al padre de la patria muy serio y circunspecto para la foto.

* Casarse de velo y corona en la catedral de Duasdalito o en una iglesia en Sabaneta de Barinas.

* Las tanganas y golpizas que se forman en la Asamblea Nacional.

Son cursis los títulos de nuestras telenovelas: "Lucecita", "Por amor a mi madre", "La mujer prohibida", "La pecadora vestida", "La invasora de Venús", "El pecado de una madre", "Tremendas lolas y yo sin freno". "Trapitos íntimos con remiendos". Algo realmente cursi y que ocupó algunos episodios de mi adolescencia era un serial de radio titulado "Martin Valiente, el ahijado de la muerte". La voz de este héroe vernáculo era de Arquímedes Rivero, quien en la actualidad es el asesor plenipotenciario de los dramáticos en Radio Caracas.

Cursi también son los raperos criollos. Cursi son algunos poemas de Andrés Eloy Blanco por carencias, así como son cursis algunos poemas de Ramos Sucre por excesos. Cursilisímo es la antología poética de Luis Edgardo Ramírez, los poemas de José Ángel Bueza.

En literatura, sobre todo en poesía el abuso del lugar común desemboca de manera inmediata en poemas cursilones y así "noche estrellada", "luz de mis ojos", "dolor del alma", "sueño despierto", "ángel de mis anhelos" y "agua de mi dicha" son muletillas poéticas con las cuales se puede confeccionar el siguiente poema:

En la noche estrellada / Apareces cual ángel de mis anhelos / Y me aseguro que no sueño despierto/ Ya que en esta sed de mi soledad /puede ser el agua de mi dicha /para calmar el dolor de mi alma / o hacer florecer la luz de mis ojos marchitos.

Como ven la cursilería literaria surge cuando el escritor es incompetente para darle un nuevo vigor y fragor con los materiales con los cuales trabaja. Para darle a las palabras de siempre una magia particular, una combinación creativa.

También hay cursilería en algunas películas nacionales con sus malandros y prostitutas de postín, cuyo lenguaje cloacal se lleva todo los premios. Cursi era un amigo mío que tenía un vaso de cama, de esos de peltre con flores. Mi amigo cuidaba dicho recipiente como si se tratara del Santo Grial. Un día en la pensión donde vivíamos se lo escondimos y el hombre casi se suicida.

La cursilería es un animal carnívoro peculiar en el bestiario existencial de los individuos. A veces somos una presa fácil, otras nos damos nuestras mañas para esquivar sus embestidas, sus emboscadas.

Lo peor que le puede pasar a un escritor es que lo lleguen a municipalizar, que lo conviertan en ejemplo egregio para la comunidad o que utilicen su nombre para proporcionarle identidad a una escuelita en un asentamiento rural, o darle plusvalía cultural a una calle, que vendría siendo la suma de lo cursi. Lo cursi en el arte necesita otro texto.

 




Si desea escribir a Carlos Yusti puede hacerlo a: carlosyusti@cantv.net

Esperamos Su Opinión.
¿No está suscrito? Suscribase aquí. 

[Volver a la Portada] - [Visita la Comunidad Escáner Cultural]

 

Las opiniones vertidas en Escáner Cultural son responsabilidad de quien las emite, no representando necesariamente el pensar de la revista.