Santiago de Chile, por: Raúl Hernández
El poeta joven Diego Ramírez ha sido apresado por un supuesto almacenamiento indebido de material pornográfico infantil. Y ahora que releo sus libros pienso en la prisión del escritor, la censura de la libertad, la intención del delito.
La palabra la tiene la justicia chilena acerca de lo que se supone que paso, lo que iba a pasar, lo que no pasó y lo que es. En tanto, recuerdo a Gustave Flaubert procesado por los tribunales franceses por "ofender a la moral pública" en su "Madame Bovary". Tiempo antes había dicho: "Siempre detesté que mis sentimientos pudieran trascender al público y que las pasiones se debatieran como tema de conversación". Para Flaubert, el artista debía hacer creer a la posteridad que no ha existido nunca, cosa que Jean Genet (huérfano, ladrón, pederasta, ex convicto, poeta, novelista y dramaturgo) no se debe haber cuestionado mucho.
Pero Diego dice en uno de sus poemas: "Estoy escribiendo una declaración de amor con la fragilidad de mi jueguito inocente" y "...quiero tocar la punta de los pies y memorizar algo de Cortazar y escuchar el testimonio enrarecido de los amigos que se pierden". Acá, en lo más remoto de la noche negra, se oye la crónica relamida.
"Usted dotó el cielo del arte de un escalofrío nuevo" dice Víctor Hugo de Charles Baudelaire, procesado por su libro "Las Flores del Mal". Maestro a posteriori y muerto sordo y paralítico; sufrió de la "injusticia de la justicia".
"Por que nos odiamos tanto bajo la consigna de amarnos entre todos", Diego habita un "low-profile" santiaguino, urbano de escondite. Y en La Piojera o en la desaparecida La Clínica avanzaba fantasmalmente entre los comensales.
Paul Verlaine, condenado a dos años de prisión por intento de homicidio, comportamiento homosexual, cesante e inmigrante ilegal, escribió sus mejores versos en prisión lejos del alcohol y de Arthur Rimbaud, el más importante "poeta joven" de todos los tiempos. Este comenzó como espía para terminar traficando armas en África.
"Lo que en mi es natural es lo no natural para los otros" diría Oscar Wilde condenado a dos años de prisión por una supuesta "monstruosa tentativa de corrupción ejercida sobre los jóvenes" por parte de sus libros, según el juez. Después de esto todas sus obras, hasta los cuentos infantiles, fueron revestidos de intenciones deshonestas y pervertidas. Nadie recordó sus palabras: "Los que encuentran intenciones feas en cosas bellas están corrompidos".
En Chile, María Luisa Bombal fue procesada por intento de homicidio al atentar en pleno centro de Santiago en contra de la vida de su novio con un disparo ( y a la Teresa Willms Montt la "apresan" en loqueros sufriendo lo que, años mas tarde, sufriría Rodrigo Lira......pero eso es otro tema).
"Que nos hicieron que no nos dimos cuenta" reza el titulo de una crónica de Diego Ramírez, ningún delincuente habitual, ni mucho menos.