PREMIO INTERNACIONAL DE
POESÍA Y RELATO BREVE
TILO WENNER
-2003-
Poesía
1º Premio: Lídice Alemán (Ciego de Avila, CUBA),
" En el nombre del padre y del Hijo y del Espíritu Santo "
2º Premio: Antonio Polo González (Madrid, ESPAÑA), " Testamento ".
3º Premio: Guillermo Coulter (Rosario, ARG), " Puzzle de ciegos ".
4º Premio: Martín Carlomagno (Paraná, ARG), " Están velando al poeta ".
5º Premio: Andrés Bohoslavsky (Cipolletti, ARG), " Paré la guerra ".
1º Premio
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo
En El Nombre Del Padre...
Miro tus manos y temo
al rostro de lo que fue.
Me quiebra tanto lo que
desequilibra tu remo.
Sujetas firme el extremo
como quien espera más.
Tirita el ocaso. Haz,
padre, que el último rito,
tenga la clave del grito
y la embestida de un As,
para que abraces el fin
como entonces la mañana
y se condense la humana
lasitud del querubín.
Yo me quedaré en el ruin
silencio, en esta oquedad
asfixiante, en la verdad
que no comparto contigo,
para restarle un testigo
a tan necia oscuridad.
...Y Del Hijo...
Implacable como fuego
que sin quererlo me azota,
obligándome a la rota
fertilidad de este juego,
al desequilibrio, al ruego,
al invierno inconsecuente,
así destruyen el puente
que me conduce a la luz,
para que caiga la cruz
de punta sobre mi frente.
Sabrán que rompí el espejo
por su necedad amarga.
Soy espuma, fiebre, larga
desmotivación, reflejo
que me desintegra. Dejo
en cualquier copa mi vino.
Estoy inerme, el camino
va quebrando las raíces,
el sosiego, los matices,
la diana que nunca atino.
...Y Del Espíritu Santo (*)
(*) San Mateo 28,19
Fue simple para aquel dedo
cercenar cada peldaño.
Nadie calculó el tamaño
malévolo de su credo,
menos supuso este miedo
que se nos desbordaría.
Cayó la daga ese día
de bruces en el revés,
por salvar la sensatez
cuando la carne moría.
Después tan leve el gemido
mordió la risa y el traje,
para que fuera el ultraje
nuestro principal vestido.
Nos caló el terror. El nido
no logró salir ileso.
Fue todo ruinas; el hueso
se descarnaba y aquel
nunca se inmutó ante El,
tornando ballesta el beso.
Lídice Alemán
2º Premio
Testamento
Hoy a tantos de tantos, en plenas facultades mentales y gobernando sobre lo que se podría denominar mi propia vida, he decidido legar todos y cada uno de los bienes que constituyen -sin paliativos- la mayor fortuna a la medida de los hombres.
Por tanto, hoy a la tierra quemada, primera estación de todos los desiertos, dejo el eco de las alondras.
A la niña del Pulitzer 94, a quién doblegó la miseria, le dejo la desbocada lluvia del arroz y los pies de una gacela para huir del hambre y la sabana.
A los meninhos da rua les dejo el estallido de mis riñones y una sonrisa.
A Francisco Montes, en usufructo permanente, le dejo la paz entre los círculos concéntricos de las carpas.
A los soldados y a los Poetas, cuyas espadas están manchadas de sangre y de hexámetros, la primera galerada del Libro de los Menesterosos.
A mis amigos les dejo un atardecer en Mantova mientras el sol se adentra en las aguas del lago.
Al vigía de la torre, la luz reveladora del mediodía y los caballos azules que anuncian precipitadamente las olas.
A Mohamed VI le dejo el inquietante sueño de los niños saharauis.
Y a mi mujer, con la que estoy permanentemente en deuda, le dejo diez minutos de todas las primaveras.
Para que así conste cuando llegue mi último día, dejo por adelantado estos bienes que constituyen -sin paliativos- la mayor fortuna a la medida de los hombres.
Hoy, a tantos de tantos.
Antonio Polo González
3º Premio
Puzzle de ciegos
mientras suspende
el pensamiento
un color,
se
es ciego por dentro,
siempre nueva
tu cara llenaba
sonrisas
en el estrecho
sillón de mimbre,
pegaría pedacitos de
vos en un espejo,
a Paul Klee
le gustaría
ver
montañas rojas,
rubíes colgando
pechos
de amarillos flechazos
a un corazón sincero de
margarita,
desbaratando ventanas,
vestidos viejos,
encontrando el polvo,
en el polvo
de alguna noche desojada,
buscando pedazos
que faltan
sin saber
de donde,
sin saber hacia donde
Guillermo Coulter
4º Premio
Están velando al poeta
Metió palabra en bolsa por sí la suerte.
Publicarán tres poemas suyos
en un papel mezquino
para que no lo olviden, será su muerte
muerte sin más explicaciones
que las del algún crepúsculo.
Nadie navegará en sus ríos
y la tarde será una mudanza en la camisa
para vestir la soledad.
Se morirá de sol, de viento,
de tristeza, de amor y de destierro
pero sin duda alguna será olvidado.
No habrá periódicos,
estará solo con su pala quebrada por la tierra
sin lágrimas de otoño,
sin canción de primavera.
Rendido como todos
sostenido por una sola pierna
se acostará en la noche sin estrellas
y ya no soñará.
Erguido por ser hombre.
Violento por ser poeta solamente.
Se secará en las hojas de algún árbol lejano
y solo será olvido para el que lo recuerde.
Martín Carlomagno
5º Premio
Paré la guerra
Te va a parecer increíble
pero paré la guerra
estaba trabajando en el desierto
cuando vi pasar un tomahawk
y quise ver la hora
como el reloj se había detenido
tiré la palanquita hacia fuera
giré las agujas para atrás
al principio el misil se detuvo
luego comenzó a retroceder por donde había venido
sopló un viento fuerte
y aparecí de la mano de mamá
en la puerta de la escuela siete
era 1972
tenía mi viejo portafolio y un mantecol chico
me dio un beso, entré corriendo
saqué el cuaderno de geografía
tenía los deberes hechos
el mapa del Golfo Pérsico
me saqué un sobresaliente
le conté a la maestra la historia de los Persas, los Otomanos
los Árabes
sonó el timbre
pensé que papá tal vez venía a buscarme
nunca llegó
y me puse a llorar
como ahora en el desierto.