Introducción:
Con una especie de curiosidad
e intriga leo en la prensa diaria todo lo referente a sexualidad, no porque
esto me preocupe más que otros contenidos, tales como lo social,
económico o político; si no por la importancia de esta actividad,
que podemos destacar entre los acontecimientos sociales importantes de
la humanidad. En realidad la sexualidad, en todas sus expresiones e intereses,
se ha transformado en este siglo en una de las actividades culturales de
masas por esencia.
Si en una época se podía
decir que sexualidad y sensualidad formaban una manera de expresar sentimientos,
hoy ya no ocurre esto, ya que los sentimientos y otras sensibilidades humanas
van dejando paso a una cultura (equivocada o no) de lo erótico y,
sin ir más lejos, en pornografía pura, dura y al alcance
de cualquier mortal. Los tiempos posindustriales van recreando una sexualidad
de consumo, como cualquier mercancía, permitiendo que la mentalidad
de las personas, de todas las capas sociales, haya transformado ese viejo
e histórico tabú en actividad que ya casi no llama a la curiosidad
ni a la intriga y de un contenido cuasi vacío de sentimientos. Por
ejemplo: una buena pregunta, tan antigua como el besarse o realizar el
coito, ¿Qué tiene que ver la sexualidad con el amor?
El Sexo en la Historia
Indudable,
el sexo en la Historia de los pueblos y a través de los tiempos,
ha jugado un rol innegable. Junto con el inicio de todas la civilizaciones
ha emergido la sexualidad, a veces como complemento y muchas veces como
factor determinante, como han sido las acciones de conquistas de ejércitos
que han secundado a sus generales en pos de adueñarse del corazón
de una princesa que el enemigo le niega, etc. Tampoco es raro que se desconozcan
las aventuras de Julio Cesar y otros en Egipto, trenzándose en feroces
combates para adueñarse de la reina Cleopatra; y las experiencias
se suman y continúan hasta nuestros días.
Que bello romance el que escribe
W.Shakespeare basándose en una historia real, ocurrida en la ciudad
medioeval de Verona (Italia), y me estoy refiriendo a Romeo y Julieta.
Para ser franco, hasta ahora, nunca he podido encontrar un caso en que
los actores de una fuga y sonata de amor estén deslavados de sensualidad
y de fogosidad sexual, sabio equilibro que la naturaleza ha dispuesto como
vara para medir nuestra virilidad o feminidad. Tan solo Adolfo Hitler,
el fuehrer de los nazis o, tal vez, un Napoleón, se quedaron al
margen de la historia procrativa debido a presuntas impotencias o a estreces
políticos producidos por el poder. Así y todo, se sabe que
fueron amantes a su manera.
El Sexo en la Religión
Estoy
casi seguro que tan solo el cristianismo, adelantándose a la Era
Victoriana, fuerza un génesis totalmente ajeno a la procreación,
por tanto al contacto físico, al crear una mentalidad desligada
a los aparatos reproductivos. Cuando dice en sus Escrituras que la mujer
"nace" de una costilla del primer hombre, con esto está negando
a la humanidad lo más importante, su sensualidad y la importancia
del sexo como motor de la creación, y de los cambios estructurales
en el desarrollo histórico de la humanidad. ¿Es acaso una
negación derivada de la propia castración del Eros divino?
En cambio, religiones nacidas
en culturas mesopotámicas o indostánicas, dan a la sexualidad
una posición que deriva entre lo divino y lo puramente humano. Y
esta experiencia sexual-teocrática juega un rol de suma importancia
en el grado de desarrollo en estos pueblos, quienes no separan lo espiritual
con lo puramente físico; o sea que no se "inventa" el tabú
de entre lo físico y metafísico de entre la espiritualidad
y los cuerpos. Todo es uno. En las civilizaciones animistas, por ejemplo
en África y entre los pueblos indígenas de nuestra América
(quienes en su religión combinaban lo espiritual con los fenómenos
naturales)gozaban de una sexualidad muy acorde con la necesidad de sobrevivencia,
por lo tanto lo sensual funcionaba con lo práctico en armonía,
de acuerdo también, con el equilibrio de la naturaleza misma.
Por esto no es nada de extraño
que entre las divinidades de los pueblos antiguos encontremos las más
variadas expresiones produciéndose una mezcla entre lo terrenal
-puramente humano- con el más allá. No es ajeno, además,
que entre la liturgia, las esculturas y otras expresiones culturales encontremos
a dioses y diosas en formas de penes, vírgenes exuberantes, etc.,
que barrían desde la infancia misma con los tabúes de los
pueblos y las aberraciones que conocemos hoy. Dejando sin chance alguna
a avispados traficantes y mercaderes del sexo. Eso de la esclavitud sexual
deviene en culturas posteriores con el advenimiento del mercado.
Heterosexualidad versus Homosexualidad
Con
la irrupción de las clases sociales deviene también, no de
manera automática, pero sí como un lento proceso "purificador",
religioso y moral la división de los sexos.
También las necesidades
que el poder iba engendrando iban determinando una estructura de lo humano
basada en un estricto orden social. Así como el hombre no siempre
vistió traje para cubrir sus "vergüenzas", así también
el hombre en su edad paleolítica careció de un ropaje moral.
Por lo tanto, esto de las reglas es pura cuestión de costumbres,
las cuales han determinado una cultura propia de los intereses creados.
Si en los tiempos helénicos, romanos (anteriores a la república,
por supuesto), faraónicos y en otras avanzadas culturas (o civilizaciones
como acostumbran llamar los antropólogos modernos)ser heterosexual
era pésimamente mal visto; hoy, por el contrario, ser homosexual
es poco menos que pedir a gritos ser ejecutado. Por lo tanto y, es cierto,
que la sexualidad es un asunto de culturas, más que de ideologías.
Que estas últimas se aprovechen para legitimar ciertas reglas de
urbanidad y de moral, todo es cuestión, al fin y al cabo, de intereses
típicos de quienes desean imponer por la fuerza una cultura maniatada,
ignorante y carente de sabios valores. En vez de educar nos entregan pornografía
cargada de virulencia y sin ningún valor educativo, como en esas
publicaciones (diarios y revistas)en donde mujeres y hombres "en cueros"
nos entregan una visión de piedad más que de erotismo puro,
libre y progresivo!
Por lo general, tal como los
moluscos y las plantas, los dioses en las culturas antiguas eran hermafroditas
(ni machos ni hembras), simplemente se recreaban, gozaban y procreaban
en si mismos. Por lo tanto no había espacio para la discriminación
sexual. La sexualidad lo era un todo: divino, terrenal y optativo.
Matriarcado y Patriarcado
Dos
fuerzas centrifugas cuyos orígenes los encontramos en las escalas
de valores impuestos por nosotros, los humanos, y no por las leyes de la
naturaleza. La antigua propiedad colectiva otorgaba a la mujer poderes
preponderantes, especialmente en lo familiar; pero con el "invento" del
machismo se inicia un período de retroceso en el desarrollo de la
mujer, no solamente en lo económico y social, sino que también
en lo sexual, cuestión que me ocupa en este artículo. La
propiedad privada impuesta por la fuerza de las armas y la brutalidad masculina
da origen a la explotación no tan solamente de la naturaleza misma
sino que del hombre por el hombre también. Ricos valores y virtudes
desarrolladas durante el matriarcado como la bisexualidad, la poligamia,
etc., se convierten en pecados con el "invento" de las religiones monoteístas
y la supremacía del machismo: sinónimo de intolerancia, prostitución,
pederastia, celos, crímenes pasionales, y un largo etc.
Conclusiones
Como todo análisis (incluyendo
el psicoanálisis de Sigmon Freud, ante quien me quito el sombrero),
debo terminar mis reflexiones con una pequeña pregunta: ¿después
de la explosión, qué?
Así la humanidad está
dividida (y subdividida, como en la India) en clases sociales, así
mismo la sexualidad humana se encuentra divida, según los intereses
de una cultura impuesta a ultranza. Por lo tanto, junto con las reivindicaciones
más políticas que existen, deben también existir reivindicaciones
de tipo sexuales que terminen con el sexismo del actual régimen
de explotación socio - económico. Que las mujeres y homosexuales
sean recriminados ¿es pura casualidad? Me parece que esto se debe
a un plan muy bien calculado, que merece la pena incluir en las plataformas
políticas que luchan por democracia, igualdad social y libertad
(sexual)!
Aunque parezca un poco agitativo,
sería interesante que la cultura que se desprende de lo humano no
se quede ahí no más, sino que se involucre más allá
de la razón y, que además, abarque los sentidos.