Santiago de Chile. Revista Virtual. 
Año 4
Escáner Cultural. El mundo del Arte.
Número 42
Agosto de 2002

BERTHE MORISOT
MUJER DE OJOS GRANDES

Por: Rúbila Araya

"BERTHE MORISOT"

La concepción que generalmente ha prevalecido sobre Historia del Arte, es la de una sucesión de tendencias o movimientos, producto de una innata  necesidad expresiva del ser humano, que ha llevado a los grandes maestros a manifestar su genialidad creativa y a perpetuarse a través del tiempo. Y cuando se habla de maestros, es eso, "maestros", en su género masculino, y no como una generalización referente también a las "maestras" del arte.

            Lo anterior, no obedece en ningún caso a la inexistencia de la mujer en las diferentes ramas y etapas artísticas. Los historiadores bien conocen la presencia e importancia de representantes del sexo femenino en toda la historia del arte universal, pero a nivel popular, probablemente porque no se la ha difundido en igualdad de proporción y de énfasis, la creación femenina es casi desconocida. En las actividades artísticas, especialmente en la pintura, la mujer ha sido vista más como figura alegórica representada en una obra, que como agente creador y ejecutante de ésta.

"SUSANA Y LOS VIEJOS, GENTILESCHI"

            Artemisia Gentileschi, es la primera que sale a relucir cuando se trata el tema de la mujer en la pintura, pero mucho más posterior a esta verdadera artista renacentista y más cercana a los comienzos de nuestros tiempos modernos, está Berthe Morisot, la primera femme en unirse al grupo de los impresionistas.

            Al relacionar a la mujer con el impresionismo, automáticamente, nacen las imágenes  de bailarinas ensayando, prostitutas en un burdel o cantantes de un cabaret, pero la participación de ésta en el movimiento estético de la segunda mitad del siglo XIX, va más allá de posar como modelo para un retrato, es como participante activa de este fenómeno creativo. A este grupo reducido, pero no menos destacado, pertenecen, junto a Morisot, Mary Cassatt (1844-1926), Marie Bracquemond (1840-1916) y Eva Gonzales (1849-1883).

Berthe y Edma

"MADAME PONTILLON"

Berthe Morisot nació el año 1841 en Bourges, Francia, y el hecho de que su familia fuera culta y adinerada, gracias a que su padre fue un alto funcionario público, permitió que desde muy joven se acercara al mundo del arte a través de clases de pintura con importantes artistas, actividad que compartió con su hermana Edma, a quien posteriormente retrató en varios cuadros con el nombre de Madame Pontillon.

            Por esos tiempos, las normas burguesas de una Francia decimonónica que se enorgullecía de su desarrollo intelectual y artístico, aún no permitían participar a la mujer en ese elevado mundo creativo hecho por y para hombres, por lo que la aspiración máxima de toda mademoiselle no iba más allá de cultivar sus talentos artísticos a través de clases y lecciones, sin otro afán que convertirse en una atractiva y completa candidata para el matrimonio.

"JOVEN MIRÁNDOSE AL ESPEJO"
"LA LECTURA"

            Pero las hermanas Morisot tenían otra cosa en mente, a pesar de que los padres consintieron y fomentaron la afición de sus hijas, en un principio no imaginaron que éstas tenían objetivos más ambiciosos que la mayoría de las muchachas solteras, y que lo de la pintura era en serio. Por lo que Edma y, sobre todo, Berthe siguieron cultivándose hasta convertirse en reales talentos. Se cuenta que un día uno de sus maestros dijo a los señores Morisot que pusieran atención a sus hijas, porque  así como iban, se convertirían en artistas.

"MUJER EMPOLVÁNDOSE"

            Las hermanas estaban totalmente decididas a dedicarse a la pintura y dejar a un lado las convenciones del matrimonio, así es que mientras practicaban como copistas y tomaban clases con destacados maestros, su madre realizaba numerosas cenas para llevar a casa a caballeros que pudieran transformarse en serios pretendientes y lograran convertir a sus modernas hijas en mujeres casadas. La primera en desviarse del propósito inicial y acceder al casamiento, fue Edma, quien al contraer el lazo matrimonial se separó de Berthe, dejándola inmersa en una soledad, que si bien la hizo dudar de sus convicciones liberales en pro del arte, no logró alejarla de lo que sería la pasión de su vida.

"DESAYUNO EN LA HIERBA"

Los impresionistas

            El primer maestro de Berthe Morisot, fue Joseph Benoit, quien la introdujo en la escuela clasicista, para luego orientarse a una tendencia más realista con Camille Corot (Retrato de Campesina), el pintor romántico que le enseñó a dominar la técnica de la luz.

            Pero su acercamiento con el movimiento impresionista fue cuando el verano de 1868, - en uno de sus habituales paseos por el Louvre, para copiar las obras de los grandes clásicos-,  es presentada  a Manet por Fatin Latour. De ahí en adelante, surge una estrecha relación con el artista, que la acercó a los demás integrantes de lo que seis años más tarde fue denominado "impresionismo".

"NAVEGANDO POR EL SENA"

            Edouard Manet encabezaba un grupo de pintores formado por Claude Monet, Camille Pissarro, Pierre Auguste Renoir, Alfred Sisley, Paul Cézanne, Frédéric Bazille y su amigo Edgar Degas, quienes solían reunirse en la tertulia del Café Guerbois, donde discutían sus opiniones sobre el arte y la sociedad. El año 1863 habían expuesto en el Salon des Refusés, en el cual estuvieron todos los cuadros rechazados en el Salón Oficial de Otoño de ese mismo año, a modo de respuesta a los salones que mantenían el arte estancado, en esta muestra figuró el conocido y polémico cuadro de Manet, Desayuno sobre la hierba (1862-63).

"RETRATO DE ELENA CARAFA"

            Al entablar una estrecha amistad con los pintores, Morisot comenzó a adherirse a la vanguardia, no sólo como artista, sino como participante activa de discusiones y reuniones, y organizadora de importantes eventos.

"IMPRESIÓN, AMANECER"

           Berthe Morisot fue parte de la determinante exposición independiente del año 1874 y de las siete que siguieron. En el evento, al margen del tradicional Salón Oficial, se presentaron obras como Impresión, Amanecer (1872), de Claude Monet, título que se repitió en forma similar en varios cuadros, por ser considerado el reflejo de la característica fundamental de éstos, detalle que llevó a que el crítico Louis Lorey llamara despectivamente a la muestra: "La exposición de los impresionistas". De ahí en adelante, el mundo y la historia conocería a este movimiento como Impresionismo.

"EUGENE Y SU HIJA"

La modelo de Manet

            A partir de 1868, Berthe estableció estrechos lazos con  Manet y pasó a ser una más del grupo. Su casa -ubicada en la calle 4 de la Bougiral, frente al Río Sena-, fue escenario de constantes encuentros intelectuales, a los que asistieron no sólo pintores, sino, también, escritores como Mallarmé.

            Se comenta que Edgar Degas se mostró un tiempo interesado por la pintora, pero ella nunca le prestó atención. En una de las cartas que escribió a su hermana Edma, Berthe le confiesa su afecto por Degas, pero aclara que su personalidad retraída no se compara en ningún caso con la del temperamental Manet.

"PUERTO DE LORIENT"

            Aunque los historiadores niegan toda relación amorosa con Edouard Manet, y ella se casara en 1874, a los 33 años, con su hermano Eugène, -con quien tuvo una hija llamada Julie- hay quienes piensan que entre estos dos pintores hubo algo más que mutua admiración artística. 

Entre los primeros cuadros importantes de Morisot, está Puerto de Lorient (1869), aunque en una primera impresión a Manet le pareció inconcluso, le gustó tanto que terminó pidiéndole que se lo regalara. En la obra está Edma sentada en un muro y contemplando el puerto.

"BALCÓN, (de Manet)"

            Berthe fue la modelo de varios cuadros del líder de los impresionistas, el artista siempre admiró sus grandes ojos oscuros, considerándola una imagen irresistible de retratar. 

La primera obra en la que Morisot posó para Manet, fue Balcón (1868-69), con ella aparece la violinista Fanny Claus y  el pintor Antoine Guillemet. La imagen más conocida de la artista es la del cuadro de 1872, titulado con su nombre, en el que, como siempre, sale vestida de negro.

"BERTHE MORISOT, DE MANET"

Una de las últimas pinturas de Berthe como modelo de Manet, debido a la próxima boda de ella con su hermano, fue Berthe Morisot vestida de negro (1874), en ésta es retratada con un rostro triste, debido al reciente fallecimiento de su padre, y un fondo oscuro, que contrasta con la luminosidad de su cara.   

Para Berthe Morisot fue un honor ser retratada por Manet, pero se dice que surgieron problemas de celos cuando la pintora Eva Gonzales comenzó a asistir a su estudio para posar como modelo. Si bien, algunos insisten en descartar todo lazo sentimental entre los artistas, aún quedan vestigios que alientan a los que sí consideran que entre ellos hubo una relación amorosa. Prueba para los que defienden esta segunda postura, es que yacen juntos en una cripta del cementerio de Passy, a pesar de que en vida cada uno estuvo casado por separado.

 
"BERTHE MORISOT DE PERFIL"
"BERTHE MORISOT CON ABANICO"
"BERTHE MORISOT VESTIDA DE NEGRO"
"BERTHE MORISOT DE PIE"
 

La profesión de Morisot

            El principal objetivo de los impresionistas, fue capturar la modernidad, a través de pinceladas imperfectas que lograran reflejar el instante preciso en que la luz afecta las imágenes, haciendo que la retina del espectador las recomponga y visualice la impresión que el artista quiso mostrar.

"LA CUNA"

            El nuevo estilo de vida burgués, produjo todo un fenómeno social que alteró el uso del campo y de la ciudad. El campo y  los parajes naturales, como el mar, dejaron de ser lugares de trabajo y pasaron a ser concebidos como sitios de ocio  y entretención, por lo que se ponen de moda actividades como las excursiones campestres y las regatas. La ciudad, en cambio, se convirtió en el hábitat cotidiano de la nueva clase social, nacieron los flenneurs, caminantes que se desplazaban por las calles de París para lucirse y asistir a los conciertos que se realizaban en los jardines y los  boulevards. Los paseantes nocturnos, la bohemia de los cafés, las acaloradas tertulias intelectuales y las cantantes de cabaret, se transformaron en verdaderos símbolos de la época.

"EN EL BALCÓN, (de Morisot)"

            Son éstas las escenas y escenarios que ocupan la temática impresionista, que también influye en la obra de Morisot, pero enfocada desde otra perspectiva, una más intimista y delicada, en que lo femenino cobra preponderancia sobre la activa vida social, generalmente protagonizada por hombres. La mujer aparece una y otra vez, pero no como  participante de la  actividad nocturna o artística, sino inmersa en la intimidad del hogar o en la contemplación de la naturaleza.

Es quizás esta última, la observación que puede realizarse a la mayor parte de la obra de las mujeres impresionistas, que a diferencia de los pintores, presentan un campo visual más limitado, mayoritariamente, restringido a las escenas familiares o exteriores desprovistos de la muchedumbre de  lugares de diversión nocturna o estival. 

"Muchacha en el baile, Morisot, 1875"

            En los cuadros de Morisot, -que evidencian influencias de Manet, Monet, Degas y Renoir a partir de 1885-,  la mujer es ajena a la bulliciosa vida parisina y es retratada en acciones hogareñas o rurales, con un alto contenido maternal. Su relación con la ciudad es más bien como una observante absorta en su propio mundo interior (En el balcón, 1871-72), incluso en las pinturas que sugieren su inserción en la vida social, ésta, aparece abstraída del entorno (Muchacha en el baile, 1875).

"DÍA DE VERANO"

            Aún así, es innegable que sus grandes pinceladas en óleo o acuarela, con efectos transparentes y tornasolados, la hicieron merecedora de un importante lugar en el masculino mundo artístico e intelectual de fines del siglo XIX. A pesar de que al recordar a los maestros del impresionismo, los primeros nombres que salen a relucir son  Manet, Monet, Degas, Renoir, Pissarro o Cézanne, desde un comienzo se destacó entre los integrantes de su grupo, y no por ser mujer, sino por la sensibilidad y delicadeza de su obra. "No creo que exista un hombre que haya tratado a una mujer como su igual y es todo lo que pedí; sin embargo, estoy segura que valgo tanto como ellos", expresó alguna vez, refiriéndose al tema. 

            Berthe Morisot, murió de neumonía en París, a los 54 años, una mañana del 2 de marzo de 1896, heredando sus 700 pinturas a sus amigos Degas, Monet y Renoir. Aunque ya gozaba de reconocimiento internacional como artista, su médico anotó en el certificado de defunción: "sin profesión".

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