Santiago de Chile. Revista Virtual. 
Año 4
Escáner Cultural. El mundo del Arte.
Número 40
Junio de 2002

DESACIERTOS, HALLAZGOS Y REDENCIONES

Desde Viña del Mar, Chile, Jaime Torres Gómez                                                                                                                          

             El sábado 27 de abril pasado forzosamente tuvimos que trasladarnos a la ciudad de Santiago para presenciar una esperada presentación de María Cecilia Toledo que originalmente iba a realizarse en el Teatro Municipal de Viña del Mar, pero debido a un irresponsable manejo comunicacional de las entidades involucradas, tal concierto fue "pospuesto hasta nuevo aviso"...

Situaciones desacertadas como ésta, en que claramente no se trataba de una cancelación técnica y/o artística del espectáculo, nos hace suponer que lisa y llanamente no existió una planificación económica adecuada como para concretar dicha presentación. Y más nos duele esta situación al tratarse de la intervención de una artista local que se presentaba con la orquesta más importante del país en su propia tierra.   

            En definitiva, se "trasladó" el concierto anunciado desde el Teatro Municipal de Viña a la imponente Recoleta Domínica de Santiago, aunque de pésima acústica.

            El programa anunciado contempló hitos del Festival Español que organizó la Sinfónica de Chile entre marzo y abril pasado en el Teatro de la Universidad de Chile en Santiago. Bajo la dirección de David del Pino Klinge, titular de la agrupación, se escucharon obras de Manuel De Falla, Joaquín Turina y Gioacchino Rossini.

            En primer término, oímos una pulcrísima versión de la Danza de la "Vida Breve" de Manuel De Falla, obra que tuvimos ocasión de escucharla en dos oportunidades previas al mando del maestro Del Pino (en la Universidad Santa María y en la versión completa de la ópera, en Santiago). Nos llamó la atención el alto grado de refinamiento y sorprendentes hallazgos después de haberla escuchado en un lapso tan breve -desde marzo pasado- lo que habla bien del director peruano en cuanto a su poder imaginativo.

            Y la obra que más esperábamos, "El Amor Brujo" del mismo De Falla, esta vez nuevamente con la intervención de María Cecilia Toledo, mezzo-contralto viñamarina de figuración internacional, quien ya había logrado sobrevivir ante un desastre de director como el que la dirigió en el tercer programa de abono del Festival Español mencionado. Aquí pudo verse las bondades artísticas y sus potencialidades técnicas frente a una obra que le cae como anillo en el dedo para su espesor vocal, su marcado peso en los graves y ante todo sus encomiables intenciones interpretativas. Si bien concedemos que en su anterior presentación claramente se vio disminuida en lo vocal para la extenuante primera intervención (Canción del Amor Dolido), ahora pudo apreciarse absolutamente todo lo contrario escuchándose todos los matices y colores de su apasionado y a la vez sereno canto. Así, con un elocuente paso en la endemoniada primera parte, pudo apreciarse aun más la virtual y real fortaleza artística de la Toledo, que ante una buena dirección como fue esta vez la de Del Pino Klinge, todo comentario adverso quedaría jibarizado a lo mezquino. A la postre, una versión notablemente redimida por el binomio Toledo-Del Pino ante la crucificción de Moncusí.  

            Seguidamente escuchamos una versión un tanto amorfa de la chispeante Obertura de la Opera El Barbero de Sevilla de Rossini. Aquí nos pareció completamente desacertada la visión adoptada por el maestro Del Pino al optar por una versión excesivamente numerosa del requerimiento instrumental sobretodo que hoy en día se están reviviendo las versiones más camerísticas de las obras de Rossini. Pero independiente de este aspecto, igualmente Del Pino delinea la obra con trazos débiles y francamente soporíferos aun cuando al menos se pudo apreciar el relieve de los envolventes crescendos rossinianos.

            Continuó el programa con la Sinfonía Sevillana de Joaquín Turina, que curiosamente no fue dirigida por Del Pino Klinge. Esta vez lo hizo el joven maestro chileno Víctor Hugo Toro, patrocinado por la misma Orquesta Sinfónica de Chile y enmarcado en el programa de difusión de los jóvenes talentos nacionales. La escasez de directores de orquesta en nuestro país es considerable, razón que nos hace apreciar entusiastamente el resultado del maestro Toro, en especial por haber abordado de manera muy interesante la colorida y descriptiva obra de Turina cuyos requerimientos artísticos y técnicos son importantes. Nos pareció de buen logro el tema conductor del corno inglés en el entrañable Por el Río Guadalquivir (segundo movimiento) y la extensión casi doblada del tempi en la especie de coral de las trompetas en la Fiesta en San Juan de Aznalfarache (último movimiento). 

             Finalmente, el maestro David del Pino Klinge volvió a hacerse cargo de la orquesta interpretando vivazmente la Danza Final del ballet "El Sombrero de Tres Picos" de Manuel De Falla, brindándonos una digna coronación de lo que fue la extraordinaria aventura sinfónica hispánica del reciente Festival Internacional de la Orquesta Sinfónica de Chile.

 

Si quiere comunicarse con Jaime Torres puede hacerlo a: torresj@entelchile.net
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